La personalidad arrolladora de la duquesa quizás dejaba en un segundo plano la multitud de obras sociales y benéficas que realizó. Procuraba siempre ser discreta con las obras que hacía y entre ellas estaban desde prestar su imagen para actos benéficos, culturales o ayudar directamente a jóvenes artistas que acudían pidiéndole ayuda.
La música, el teatro, el cine, el flamenco, los toros, fueron sus grandes pasiones pero, por encima de todo, su pasión por la gente, por escuchar, su interés por todo lo nuevo y también su sentido del deber.
En Sevilla cuenta además con una glorieta que tiene su nombre, a la entrada del Puente de la Barqueta y antes de la calle Calatrava, además de una Unidad de Día para enfermos de Esclerosis Múltiple.
Cayetana estaba muy unida a Andalucía y cumplió su último deseo de quedarse en Sevilla para siempre.
Precisamente en el templo de la Hermandad de Los Gitanos, a la que estuvo tan unida y ella ayudo a construir, se celebrará hoy a las 7 y media de la tarde una misa en su memoria.