El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, indicó que podría considerar la adhesión a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) a tenor de los últimos episodios de disociación en el eurobloque, al que Turquía aspira a unirse como recompensa por su papel como estado tapón en la crisis migratoria.
Según Erdogan, "el Brexit fue una buena señal" y "ese tipo de cosas pueden ocurrir en otros países europeos" como Francia e Italia, según declaraciones realizadas a su regreso de su gira por Uzbekistán y Kazajistán, recogidas por el diario 'Sabah' y por la agencia oficial de noticias rusa, RIA Novosti.
"No debemos afirmar que la UE sea la única opción. ¿Qué impide a Turquía ser un miembro de la OCS? Lo comenté al estimado (presidente ruso, Vladimir) Putin, al estimado (presidente kazajo, Nursultan) Nazarbayev. La participación de Turquía en la OCS nos dará más libertad de acción en ese contexto", dijo.
El Parlamento Europeo votará el próximo 24 de noviembre sobre el posible cese de las negociaciones sobre la adhesión de Turquía a a la UE a causa de las acciones de las autoridades turcas contra miles de periodistas, jueces, abogados, militares y activistas en el marco de la purga ordenada después del fallido golpe de Estado de julio.
La semana pasada la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, declaró que la UE y los países miembros siguen con gran preocupación los últimos acontecimientos en Turquía, refiriéndose también a las propuestas para restablecer la pena de muerte, así como a las continuas restricciones a la libertad de prensa.
La OCS integra a China, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán. Afganistán, Bielorrusia, India, Irán, Mongolia y Pakistán son Estados observadores de la organización, mientras que Armenia, Azerbaiyán, Camboya, Nepal, Turquía y Sri Lanka ostentan el estatus de socio de diálogo.