Según ha explicado a Europa Press Gianluca Buono, coordinador de operaciones de UNICEF en Siria, hasta la fecha no se tiene constancia de que haya casos de desnutrición dentro del este de Alepo, la zona controlada por los rebeldes y asediada por las fuerzas sirias, pero "si sigue así la situación, con falta de acceso a carne y verduras, nos preocupa que pueda producirse". "Las reservas de comida se están terminando", ha alertado.
La situación en el este de Alepo es "terrible", ha reconocido, entre otras cosas porque los elevados precios de los alimentos --una lata de atún ha pasado de 2 a 10 dólares, por ejemplo-- y la falta de suministro de los mismos dificultan el que los habitantes puedan alimentarse adecuadamente.
A esto se suma, el que hay pocos hospitales y clínicas operativos y los que funcionan carecen de personal suficiente y de medicinas. Como resultado de ello, según Buono, "hay niños en condiciones críticas que están siendo rechazados porque no hay personal para atenderles".
Otro de los principales motivos de preocupación para UNICEF es la falta de agua, ya que el suministro en el este de Alepo depende de bombas para las que hace falta electricidad, algo que no siempre está disponible. También hay falta de combustible, lo que impide en ocasiones recurrir a generadores. "Tenemos miedo de que los niños y sus familias tomen agua de pozos contaminados", ha reconocido.
A este dramático panorama hay que añadir ahora la llegada del invierno. Según el responsable de UNICEF, por el momento las temperaturas no han caído en exceso pero lo harán en las próximas semanas. La agencia de la ONU ha elaborado una "estrategia de invierno para todo el país", que incluye la distribución de ropa de abrigo y mantas, así como vales para que las familias puedan adquirir ropa en determinadas tiendas.
"El desafío es cómo hacer llegar esta ayuda al este de Alepo", ha subrayado Buono, ya que en el caso del oeste de la ciudad, bajo control del Gobierno, UNICEF sí que puede llevar a cabo su labor de protección de los niños y de distribución de ayuda aunque "con dificultades".
"Desde julio no hemos podido entrar en Alepo este, así que nuestra única esperanza es que de alguna manera las familias tengan ropa de abrigo de la temporada anterior", ha explicado, subrayando que desde UNICEF "estamos trabajando contra el tiempo" para intentar encontrar una solución. "Habrá consecuencias muy grandes si no podemos entrar" en un futuro, ha insistido Buono.
RIESGO MÚLTIPLE
En resumen, ha dicho, los niños de Alepo se enfrentan a un "riesgo múltiple". Por un lado, la llegada del invierno y el frío, por otro la falta de vitaminas por la mala alimentación, por otro la falta de atención médica, lo que hace que enfermedades que no son mortales puedan terminar siéndolo, y por la falta de agua potable.
UNICEF también tiene en marcha en Siria una "campaña para el regreso a las escuelas" ya que hay 2,5 millones de niños que no van a clase. En el marco de la misma, se trabaja en la distribución de material educativo, como libros o cuadernos, así como en la rehabilitación de centros.
En este sentido, ha lamentado que se hayan producido ataques contra escuelas en las últimas semanas y que algunos centros hayan tenido que cerrar sus puertas porque no son seguros para los escolares. "Algunos niños tienen miedo de ir a la escuela porque vieron lo que les pasó a sus compañeros", ha explicado.
"La situación es dramática en Siria en general pero en Alepo en particular", ha subrayado el responsable de UNICEF, haciendo hincapié en que en la parte oriental de la misma están "sitiados" aunque en la parte occidental también son víctimas de los ataques de las fuerzas rebeldes. También se ha referido a otras zonas sitiadas del país, pero ha aclarado que en algunas de ellas sí que es posible hacer entrega de ayuda alimentaria o medicinas.