La sentencia se publicará, previsiblemente, el próximo 7 de marzo, según ha informado el diario 'El Nacional'.
Durante el juicio han testificado informantes de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) que participaron en la detención de los Flores, además de un controlador del aeropuerto de Honduras, que apareció como testigo 'sorpresa' de la Fiscalía.
Se han presentado grabaciones en las que se les escucha hablando con narcotraficantes en Honduras y en las que se menciona tanto a la esposa de Maduro, Cilia Flores, como al primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello.
Asimismo, se ha confirmado que los sobrinos de la esposa de Maduro utilizaban la rampa presidencial del aeropuerto internacional desde el que enviaban la droga a Honduras, la última escala antes de que la mercancía llegara a su destino final.
Francisco Flores y Efraín Campo, sobrinos de Cilia Flores, fueron detenidos hace un año en Haití por efectivos de la DEA que se hicieron pasar por narcotraficantes por intentar introducir cinco kilos de cocaína en el país norteamericano.
La Fiscalía les acusa de "conspirar" para introducir y distribuir droga en Estados Unidos, cargos por los que podrían enfrentarse a cadena perpetua.
VENEZUELA Y EL 'NARCO'
Este caso podría dinamitar la relación entre Estados Unidos y Venezuela, que ha acusado insistentemente a su vecino del norte de lanzar una campaña internacional para desprestigiar al Gobierno de Maduro y propiciar su caída.
Cabello acusó a las autoridades estadounidenses de "secuestrar" a Flores y Campo, mientras que el Departamento de Estado ha subrayado que su detención obedece "estrictamente" a un "asunto de seguridad".
La prensa internacional ya vinculó al que fuera presidente de la Asamblea Nacional con un cártel encargado de introducir droga en Estados Unidos. El exjefe parlamentario ha demandado a varios medios de comunicación por este motivo.
Según el Departamento de Estado, más de la mitad de la cocaína producida en Colombia se trafica a través de Venezuela hacia Europa y Estados Unidos, en medio de lo que ha descrito como un "ambiente permisivo y corrupto".