De todos es sabido que la España profunda tiene fama de ser escenario y argumento de sainetes. Todavía en algunos pueblos uno puede sentirse personaje de un libreto teatral de los hermanos Quintero. Y si no, ¿En qué otro lugar del mundo puede una mujer de 81 años convertirse en fenómeno mundial al restaurar una pintura de la iglesia de su pueblo?
En España. Sólo en España.
Fue en el verano de 2012, en Borja, un municipio de Zaragoza. El calor sofocante ya empezaba a apretar de lo lindo y el aburrimiento propio del estío empujaron a Cecilia Giménez a animar el cotarro. Y es que sin autorización de nadie y en un arranque de generosidad artística para su pueblo, Cecilia se convirtió en noticia y fenómeno mundial al restaurar el Ecce Homo del santuario de la Misericordia. Cualquier parecido de su versión a la obra anterior de Elías García Martínez, era pura coincidencia.
El pueblo, España y casi el mundo entero se rindió ante tal hecho. De alguna manera, la historia pictórica del primer y preciado Ecce Homo había cambiado. Donde antes había arte, ahora había un rostro casi deforme.
Desde entonces y hasta ahora, Cecilia y su Ecce Homo han tenido cuerda para inspirar millones de tweets, noticias dentro y fuera de España e incluso un musical y un documental. Lo curioso y en lo que pocos han caído hasta hace poco es que si el pueblo del Ecce Homo se conoce, es gracias a Cecila. Y precisamente esta realidad es la que retrata el documental Fresco o Fiasco que narra cómo una mujer de más de 80 años pasó de ser la vergüenza, el sainete y el entremés de un país a ser el salvavidas económico un pueblo al que, cinco años después, siguen llegando más de 1000 personas al mes.
Reclamo turístico
La restauración fue un fiasco, pero el resultado final de la obra y mofa de Cecilia terminó siendo rentable. Borja se abrió al turismo y recibió de golpe a todos los visitantes que nunca había recibido y que ahora buscaban hacerse un selfie junto al esperpéntico Ecce Homo de Cecilia.
En el fondo, su chapuza terminó siendo un icono y en agradecimiento, Borja quiso rendirle el homenaje merecido a esta anciana inaugurando un museo dedicado a su particular "refresco" de la obra original de Elías Martínez. Junto a su obra se exponen otros cuadros pertenecientes a la Asociación de Vecinos del Santuario de la Misericordia.
La particularidad de este museo es que lo recaudado con las entradas, que tienen un precio de dos euros, se destina a la Fundación Benéfica Sancti Spiritus y Santaurio de la Misericordia, que gestiona una residencia para afectados por minusvalías severas y que en los últimos años se ha nutrido con el goteo constante de visitantes. Desde el 2012 y hasta el año pasado, más de 170.000 personas acudieron a verlo. Este año, y según las declaraciones que desde la Fundación hacen a altavoz, reciben una media de 2.000 personas al mes. Según explican desde la entidad "la afluencia de visitantes no es tan intensa como durante los primeros meses, pero se mantiene alta y constante para beneficio del pueblo".
Lo que son las cosas. Colón tuvo un error y descubrió América. Cecilia dio una pincelada de más y puso a Borja en su sitio.