La escritora Almudena Grandes (Madrid, 1960) ha expresado su confianza en que "las instituciones empiecen a reconocer, antes de que muera el último guerrillero, la contribución decisiva que supuso la lucha de la resistencia (antifranquista) para llegar a la democracia". La autora considera que España es, en cuanto a su memoria, un país "anormal": "las manzanas caen de los árboles en todas partes menos aquí", ha sentenciado.
La novelista ha realizado estas manifestaciones en una rueda de prensa ofrecida en la Feria del Libro de Valencia para presentar su nueva obra, El lector de Julio Verne, en la que recrea los movimientos guerrilleros del trienio 1947-1949 en la sierra de Jaén. El libro es además la segunda entrega de los Episodios de una Guerra Interminable, el proyecto narrativo de que ha emprendido la autora, integrado por seis novelas independientes y que comenzó con Inés y la alegría.
Grandes ha confesado que el maquis es un tema "sobre el que podría escribir toda la vida". "Siempre se seguirá escribiendo sobre la II República y la Guerra Civil española porque son grandes momentos de la humanidad y por eso nunca se van a acabar, como no lo harán el Imperio Romano, la Revolución Francesa o el Tercer Reich".
Asimismo, ha mostrado su esperanza de que "algún día este país será consciente de que hubo una dictadura que duró 37 años durante los cuales hubo gente que no dejó de luchar contra ella ni un instante".
"En otros países de Europa -ha proseguido- el orgullo nacional se ha fundado sobre memorias más débiles que la de la resistencia española; y no porque perdieran, porque Budapest está lleno de monumentos a los héroes del 56 y les pasaron los tanques soviéticos por encima, pero son conscientes de que el único referente que les vale para construir el país donde quieren vivir es ese, aunque fuera una aventura que fracasara".
Por ello, ha manifestado que España es, en lo referente a su memoria, "un país anormal" y ha recalcado que "la resistencia francesa es un chiste comparada con lo que sufrió y se luchó" aquí.
Precisamente, el clima de terror que se implantó durante el franquismo y los pequeños ámbitos de libertad que se intentaban abrir constituyen el motor de 'El lector de Julio Verne', que recupera esta época a través de los ojos de Nino, personaje inspirado en su amigo Cristino Pérez. El libro constituye además "un homenaje a la literatura, que abre puertas a lo maravilloso para escapar de una realidad trágica".
"Creo firmemente que los que leen viven más", ha aseverado la autora. Además, Grandes ha aconsejado a un joven admirador --un niño aficionado a la literatura que le ha preguntado cómo superar los momentos en blanco-- que hay que esperar a tener una cierta "madurez" para escribir novelas. Así, ha citado a Jorge Amado al decir que lo necesario para escribir es "vivir".
A Almudena Grandes se le ha preguntado también por el Día Mundial de la Libertad de prensa, que se celebraba ayer, sobre el que ha comentado que "el papel que juegan los medios de comunicación ha sido tan importante que cualquier presión o intento de manipulación es un drama para un estado democrático".
"Ahora ya sabemos que la globalización ha implicado, entre otras cosas, que ya los partidos políticos no tengan periódicos, sino que casi son los grandes medios los que tienen partidos". "Han cambiado las reglas del juego de una manera muy peligrosa para la libertad de expresión y para el pensamiento crítico", ha lamentado.
La autora también ha advertido de "la moda de las redes sociales", que a su parecer, puede hacer que la comunicación "se consolide cada vez sobre el valor de la instantaneidad, lo que va en detrimento de la reflexión". "La situación es grave, por eso esta bien que los periodistas tomen conciencia y salgan a la calle, aunque eso sea una cosa feísima según la opinión de algunos ministros del Gobierno de este país", ha ironizado.