El flamante ganador de cinco Max por Veraneantes, el director Miguel del Arco, asegura que la situación del teatro en España es "bochornosa" porque aunque las salas se llenan y hay gran actividad creativa, "la gente no tiene para comer" por culpa, entre otras cosas, de los impagos de los ayuntamientos.
Del Arco, que ha presentado en el Teatro Valle-Inclán El inspector, la obra con la que el Centro Dramático Nacional (CDN) cerrará su presente temporada, ha afirmado que "recortar en Cultura es dejar a un país sin identidad y en el caso de España será volver al pleistoceno".
"Si yo estoy como estoy siendo el 'hombre de moda' -ha bromeado- cómo estarán las compañías pequeñas" en referencia a la deuda que tienen con su productora, Kamikaze Producciones, algunos ayuntamientos desde 2009.
Cree que a lo largo de 2012 van a cobrar pero el camino hasta aquí "ha sido tremendo: ha habido que recordar que nosotros también somos proveedores para que nos incluyan en esa ley que obliga a las corporaciones locales a cumplir con sus compromisos de pago y nos reconozcan la deuda", ha dicho.
Su productora, ha presumido, ha pagado "al día siguiente" a todos cuantos han intervenido en sus obras pero a costa de lo que han ido "juntando" con la "mileurista" "La función por hacer", con la que el año pasado ganaron siete Max.
"Afortunadamente no hemos tenido que pedir créditos, como les ha sucedido a muchos, pero la situación es bochornosa, muy complicada y desesperante porque a no tener dinero no se acostumbra nadie. Hay una cantidad de paro y desesperación nunca vistas", ha subrayado.
A su juicio habría que "bombardear" la cantidad de auditorios "gigantescos" que los consistorios han construido en muchas poblaciones "porque son inútiles, con sus fosos para orquestas filarmónicas y primera fila a 20 metros del escenario".
Ha revelado que en Parla (Madrid), se pagaron las butacas para La violación de Lucrecia, que dirigió él con Nuria Espert de protagonista, a 4 euros, "una medida absolutamente populista que no hace ningún bien a nadie".
Por eso cree que las giras "serán un recuerdo del pasado". De hecho, ha precisado, Veraneantes echará el telón definitivamente este mes porque no tienen contratación y no quieren ir a taquilla."Hemos llenado 900 butacas y los espectadores han pagado 9 euros por cada una. Con eso no cubrimos ni siquiera gastos", ha lamentado.