Hay que elegir, lo concedo. Y todavía más, lo celebro: porque en toda buena elección, antes de hacerla, hay un momento precioso en que uno sopesa cuidadosamente las maravillas de cada opción. Pone en acción la mirada admirativa que tendríamos que tener siempre. Después de la elección, bastaría con no ser ni cicateros ni ventajistas despreciando aquello que no elegimos para tratar de fortalecer nuestra inseguridad. Deberíamos llevarnos, además de aquello por lo que optamos, la belleza, la verdad y la bondad que vimos en lo que al final no agarramos. O lo uno o lo otro, sí, como decía Kierkegaard, pero diciéndonos también ¡oh, lo uno; oh, lo otro!
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Quien te insulta te pone un examen sorpresa de conciencia.
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La seriedad es graciosa.
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El poeta mira el mundo como su pequeña finca.
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Los mejores insisten en que es mucho mejor releer que leer, aunque lo malo es que para lo primero hay que pasar antes por lo segundo. También es mucho mejor ser releído que leído, si me perdonan.
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Reza Carlos Edmundo de Ory: "Aunque Dios sea mentira, que haya ángeles". Y mi Ángel de la Guarda, sonriéndose, ruborizado, me dice corriendo al oído: "Ah, no, no; así, no".
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La muerte convierte la vida en una contrarreloj.
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CARTA DE AMOR
Siempre tuyo:
tú, yo:
sin espacio ni signo
de puntuación.
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Bastantes me critican por ser demasiado católico y muy pocos, dos o tres si acaso, por no serlo bastante. Pero es la crítica minoritaria la que me inquieta.
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El tópico literario de Secessus (y qué bonito sería un poema titulado "Apartamiento para dos").
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De ser envidiosos lo que nos cura no es ser envidiados, como creemos, sino humildes.
Otra regla áurea: exígete a ti mismo como a tu prójimo
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Acusar de soberbia a otro acaba resultando poco humilde.
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Consuela, cuando matas a un mosquito de un palmetazo, pensar que la sangre que derrama no es suya, sino tuya.
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El gallo Gordiano
¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¡El gallo!
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Lo peor del pusilánime es que encima confunde la violencia con el valor.
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Quien sigue siendo generoso con los años demuestra que, además de la bondad original, dispone de cierta indiferencia a los agrios arañazos del desagradecimiento.
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O de otro modo, sólo es generoso el viejo, porque el joven ingenuo a lo mejor todavía espera sacar algunos réditos de su bondad.
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Mucho cuidado con comentar, aunque sea de pasada, un libro o un artículo sin haberlo leído. Pensarán que no lo has entendido.
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Hay mucho que criticar; pero hay tanto también que elogiar que no tenemos tiempo que perder.
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Con que meticulosidad se atilda la minuciosa mosca.
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Metamorfosis
La eternidad se gana en el tiempo.
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La lealtad es el método más expedito de no hacer elecciones equivocadas.
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Me molesta muchísimo más que me interrumpan cuando estoy distraído.
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El verdadero regalo es la oportunidad que te dan de dar las gracias.
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El justo peca siete veces al día. En el Padrenuestro se pide que se nos perdonen nuestras ofensas como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. De manera que tenemos que ser ofendidos, en el mejor de los casos, siete veces al día. Para cuadrar las cuentas.
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La luna es una rosa que se deshoja —luna nueva— y que se rehoja —luna llena— a vueltas siempre —me quiere, no me quiere, ¡me quiere!— con nuestra pasión por la vida.
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Valéryana
La forma es la esposa del fondo. No sienten el mismo placer o, al menos, raramente lo sienten juntos. Dárselo es el extremo de la literatura.
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Otra regla áurea
Exígete a ti mismo como a tu prójimo.
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Chin, chin
Hay que ver qué buena resurrección tienen las uvas.
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Ten cuidado cuando vayas a darte golpes de pecho. Pueden sonar a hueco.
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Mi baronía —como el reino de mi Rey— tampoco es de este mundo.
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La doble erre de la palabra "contrarreloj", transmitiendo su radiante vibración.