Alfredo Landa es uno de los pocos actores que pueden presumir en tener un género propio: el 'landismo'. Un género que representa al macho español fanfarrón y reprimido de los años 70. Este martes 9 de mayo se cumplen diez años de su fallecimiento a los 80 años. El actor dejó un legado de más de 140 películas que le hicieron ganador de hasta tres premios Goya, uno de ellos el honorífico.
El actor fue hijo único de un guardia civil y una ama de casa, nació en Pamplona el 3 de marzo de 1933. Junto a varios amigos fundó el Teatro Universitario de San Sebastián en el que se curtió en el humor de Jardiel Poncela o Mihuera. Con 25 años decidió mudarse a Madrid, con tan solo 7.000 pesetas en su bolsillo y una carta de recomendación.
Landa también logró el respeto de la crítica con películas tan importantes como "Los santos inocentes", "El bosque animado" o "El crack". Además, con la primera de ellas, es decir, en la obra dirigida por Mario Camus, consiguió el premio a mejor actor en el Festival de Cannes por la interpretación de Paco el Bajo.
Con el aniversario de su muerte, en Vozpópuli recordamos algunas de las mejores películas de Alfredo Landa.
Los santos inocentes (1984)
Con esta película, la adaptación al cine de la novela de Miguel Delibes, le llegó el éxito internacional. Fue en el Festival de Cannes cuando recibió el premio a la mejor interpretación compartido con Paco Rabal, por su papel de cuñado con discapacidad mental.
El bosque animado (1987)
Este película de José Luis Cuerda le llevó a conseguir el Premio Goya. Esta no fue la única ocasión en la que recibió el este galardón, sino que unos años más tarde, en 1992 también logró levantarlo gracias a su interpretación en "La marrana".
Atraco a las tres (1962)
Landa entró en el cine con esta película. Lo fichó José María Forqué para "Atraco a las tres". Fue todo un éxito en taquillas porque supuso un sorteo de la censura por el humor negro que utilizaba en el que envolvía su mordaz crítica social.
Amor a la española (1967)
Tras varios años haciendo cine se especializó en las conocidas como "españoladas". Esta película es una de ellas pero también destacan otros títulos como "Cateto a babor" (1970), "París bien vale una moza" (1972) o "No desearás al vecino del quinto" (1970). En todas ellas se metía en el papel del macho ibérico que persigue a las sueca. Este fue el origen del 'landismo'.