Cultura

2016, el año del 'hat-trick' del Museo del Prado

Bate su propio récord de visitantes, recibe a Norman Foster en las obras del Salón de los Reinos y se hace con tres nuevas obras.

  • La muestra dedicada al Bosco rompió el récord de visitantes de la pinacoteca.

El que está a punto de concluir fue el año del Museo del Prado y eso que todavía falta un trecho para celebrar su bicentenario, previsto para el año 2019. En un mismo año, la pinacoteca calienta motores: bate su propio récord de visitantes gracias a la potentísima exposición dedicada al Bosco; anuncia la participación de Norman Foster en las obras del Salón de los Reinos y recibe tres jugosas incorporaciones: un Velázquez y dos Fray Angélico. Todo en un mismo año. El Prado consigue un triplete de lujo, al mismo tiempo que despide a Miguel Zugaza, director durante 15 años, quien acaba de anunciar que  regresa al Museo  de Bellas Artes de Bilbao, institución que abandonó en 2003 para capitanear la pinacoteca madrileña.

A eso se suma un informe de cuentas más que favorable, ya que en verano de este año, el Museo del Prado difundió su Balance de resultados del ejercicio económico de 2015, en el que se reflejaron unas pérdidas de 81.093 euros, cerca de medio millón de euros menos respecto a las que tenía el año anterior, cuando se elevaron a 587.135 euros. Tanto las cuentas anuales como el informe de auditoría reflejaron unos ingresos de gestión de 38.627.467 euros, frente a los 36.569.318 del año anterior. Entre estos destacaba además la recaudación por venta de entradas, que fue de 16,3 millones de euros, 10,35 por ciento mayor a las las previsiones iniciales para 2015. También se incrementaron las previsiones que había sobre el número de visitantes, que se elevaron a 2.696.666 frente a los 2,5 millones de personas calculadas.

El Bosco, V centenario

Lo dijo muy claro Estrella del Diego: más nunca volveremos a ver al Bosco expuesto de la misma forma. Tenía razón la académica al referirse a muestra que el museo del Prado ofreció en ocasión del quinto centenario del fallecimiento del pintor Flamenco. La exposición, comisariada por Pilar Silva, incluyó piezas emblemáticas como El jardín de las delicias o Las tentaciones de San Antonio hasta otras menos conocidas dentro de la colección del Prado, institución que posee la más numerosa y mejor conservada representación de la obra del Bosco.  En total, se exhibieron medio centenar de obras, entre ellas 21 pinturas y 8 dibujos originales. Inaugurada el 31 de mayo e incluso prorrogada unos días más –estaba prevista hasta el mes de septiembre- , ésta se convirtió en la muestra más visitada del Museo del Prado por delante de El Hermitage en el Prado, a la que superó ampliamente con 585.000 visitantes. La afluencia media semanal para contemplar esta exposición fue de aproximadamente de 34.500 personas.

La exposición recibió obras en préstamo de Patrimonio Nacional, así como de instituciones procedentes de Lisboa, Londres, Berlín, Viena, Venecia, Rotterdam, París, Nueva York, Filadelfia o Washington, y se organizó además en siete secciones, la primera de ellas ubicaba al pintor en su ciudad, 's-Hertogenbosch, y ofrecía un recorrido con obras de artistas de la época; la segunda sección en exhibía un conjunto de obras que podían verse por primera vez tras su restauración, como fue el caso de La adoración de los Magos. La más nutrida fue tercera sección, agrupada bajo la denominación de Los santos y en la que se concedió protagonismo a Las tentaciones de San Antonio, prestada excepcionalmente por el Museo de Lisboa. La obra más conocida del artista, El jardín de las delicias, contaba con una sección propia en la que, a través de una reflectografía y una radiografía, el espectador podía apreciar los cambios que el artista realizó durante sus trabajos tanto en la escena del jardín como en las del infierno y el paraíso. La pinacoteca madrileña preparó esta exposición con la restauración sistemática de sus originales, lo cual generó todavía más interés entre el público que acudió a visitarla.

Dos Fra Angélico y un Velázquez

Hace unas semanas, el museo del Prado recibió el lienzo Retrato de Felipe III, una obra atribuida a Velázquez y que fue donada por el investigador e hispanista William B. Jordan a la institución American Frieds of the Prado Museum, que la ha entregado la obra a la pinacoteca como un depósito temporal prorrogable. Se trata de un inédito, un boceto preparatorio del rostro de Felipe III que el artista sevillano realizó para la composición de La expulsión de los moriscos, fechada en 1627, y que se destruyó en el incendio del Real Alcázar de Madrid en 1734. Fue una obra adquirida hace años en una subasta londinense por William B. Jordan. "La compré por poco dinero y hoy no sé si me darían mucho dinero por ella, pero tiene un grandísimo valor y mucho para el actual Museo del Prado", dijo entonces. Esta incorporación enriquece notablemente los fondos de la institución y contribuye a completar el discurso de Velázquez como retratista real, ya que se trata de una pintura de extraordinaria calidad, inédita para la investigación y que permite arrojar luz sobre una de las obras capitales del comienzo de la etapa cortesana del pintor, aseguran desde la pinacoteca.

Sin embargo, ésa no es la única gran incorporación que destaca en la política de adquisiciones, este mismo año, el Museo del Prado adquirió a la Casa de Alba la tabla La Virgen de la Granada, de Fra Angélico, y recibió (en forma de donación por parte la familia) una escena del entierro de San Antonio Abad. La operación fue valorada en un total de 18 millones de euros. La Virgen de la Granada supuso una incorporación especialmente valiosa, ya que se trata de una de las pocas tablas de Fra Angélico (Florencia, 1395 - Roma, 1455) que aún seguía en manos privadas. Por su carácter "inexportable", su precio de adquisición estaba "muy por debajo" del que alcanzaría en el mercado libre, según explicaron las autoridades del museo en el momento del anuncio. Aunque ni entonces ni en los meses siguientes la Casa de Alba aportó mayores detalles, trascendió que la obra fue tasada en unos 40 millones de euros.

Un detalle de La Virgen de la Granada, adquirida por el Museo del Prado en 2016.

La Virgen de la Granada, de 83 por 59 centímetros y obra favorita de la duquesa de Alba, formaba parte de la colección de la familia desde 1817, fecha en la que fue adquirida en Florencia por Carlos Miguel Fitz James-Stuart, duque de Alba. Considerada como una de las pinturas más hermosas de la iconografía religiosa, perteneció a la Colección Duques de Alba (Palacio de Liria) -que fue expuesta en 2013 en Centro-Centro de Cibeles (Madrid)-, muestra cómo Fra Angelico trabaja los detalles con el preciosismo de la miniatura. Con esta incorporación, el Museo del Prado pasó a disponer  en sus fondos de tres Fra Angélico: el que ya tiene, la Anunciación y las dos últimas piezas aludidas.

Y para cerrar el año, Foster

El anuncio se realizó a finales del mes de noviembre. Los arquitectos Norman Foster y Carlos Rubio resultaron ganadores del concurso de proyectos para la rehabilitación y adecuación museística del Salón de Reinos de Buen Retiro del Museo del Prado. El presupuesto destinado a la elaboración del proyecto será de cerca de 2 millones de euros, que se unirán a los 30 millones que costarán las obras cuyo inicio está previsto para 2018. La reforma que acometerá Norman Foster forma parte del proyecto de rehabilitación del Salón de Reinos, parte integrante del desaparecido Palacio Real de Buen Retiro y antigua sede del Museo del Ejército, adscrito formalmente al Museo Nacional del Prado en octubre de 2015.

La medida forma parte del diseño Campus del Prado, un proyecto que comenzó en 1995 gracias al pacto parlamentario alcanzado para la modernización del Museo. Ha sido un proceso lento y gradual, que finalizará en 2019, coincidiendo con la celebración del bicentenario de la institución y la apertura al público del Salón de Reinos. El Museo del Prado conforma en la actualidad un campus museístico compuesto por varios inmuebles situados en pleno centro de la ciudad de Madrid: el edificio Villanueva, el Claustro de los Jerónimos, el Casón del Buen Retiro, el edificio administrativo de la calle Ruiz de Alarcón, y el Salón de Reinos.

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