Rodrigo Sorogoyen lleva este viernes a los cines As bestas, una de sus mejores películas de su trayectoria cinematográfica. Al igual que otros títulos estrenados o presentados este 2022, como Alcarràs o Suro, el director profundiza en el contraste entre el campo y la ciudad y busca además los grises para hallar las contradicciones del progreso, de la dignidad o del poder.
Para esta película, que tuvo su puesta de largo en el Festival de Cannes, Sorogoyen y su inseparable pareja creativa, la guionista Isabel Peña, se inspiraron en una noticia que encontraron en los periódicos, tan oscura y terrible como para convertirse en carne de una película oscura, tenebrosa y recia como esta, aunque con momentos luminosos a los que llegaron después de que el proyecto sufriera numerosos cambios al tiempo que se iban estrenando otros proyectos, tales como Que Dios nos perdone o El reino, según han señalado ambos en declaraciones a Vozpópuli con motivo del estreno del filme.
Aquella noticia permitió "explorar la violencia masculina y la contraposición de cómo las mujeres de la historia tratan de solucionar las cosas de otra manera"
Aquella noticia que ocupó espacio en el apartado de sucesos relataba la desaparición de un miembro de un matrimonio extranjero que años antes se había mudado a una zona rural de Galicia para empezar una nueva vida y que, sin embargo, encontró la oposición de unos vecinos en un clima hostil que terminó en trágicas consecuencias. Aquel suceso tenía "un componente violento clarísimo", lo que permitió "explorar la violencia masculina y la contraposición de cómo las mujeres de la historia tratan de solucionar las cosas de otra manera".
Los actores Denis Ménochet y Marina Foïs interpretan a Antione y Olga, un matrimonio francés que deja su vida en su país natal par empezar un proyecto de vida en un rincón de la Galicia más profunda, donde pronto encuentran la oposición de los lugareños, en concreto, de los hermanos Anta (a quienes dan vida Luis Zahera y Diego Anido) que afectará a la convivencia hasta límites insospechados.
A pesar del tono tosco y desgarrador de As bestas, Sorogoyen defiende el matiz "esperanzador" que ya se percibía en la noticia. En esta línea, Isabel Peña defiende el proyecto de vida que representa la pareja francesa, que lleva junta "media vida" y que, a pesar de no tener "la pasión de una pareja más joven" ni mantener "conversaciones interesantísimas", mantienen un "respeto, una comunicación sin palabras y un proyecto que añade luz", del mismo modo que hay algo luminoso en la manera en la que Xan (Zahera) cuida de su hermano.
Si bien Sorogoyen ha demostrado con maestría ser uno de los mejores directores españoles del momento -no hay que olvidar que As bestas estuvo en la terna candidata a representar a España en los Oscar y que él mismo estuvo nominado por su cortometraje Madre- lo cierto es que el oro de esta película se encuentra en el apartado interpretativo, con un elenco actoral que permite a esta película funcionar como un reloj incluso cuando la acción parece perder fuelle.
El carácter interpretativo de Luis Zahera es de sobra conocido y en su trayectoria cuenta con otras dos colaboraciones con Sorogoyen (El reino y Que Dios nos perdone), mientras que Denis Ménochet o Marina Foïs son dos actores vetearnos que han mostrado en varias ocasiones su capacidad para dar credibilidad a personajes tan diferentes e incluso antagónicos. Pero la sorpresa de esta película es, sin duda, el actor Diego Anido, uno de los nombres que sin duda tendrá protagonismo en la temporada de premios.
Estas personas quieren salir de lo medieval, de lo ancestral, quieren vivir el sueño urbano, irse a Orense con su taxi, y tienen su derecho a hacerlo", señala Diego Anido
En palabras de Zahera, Sorogoyen es un "mago de los grises" y, en concreto en el caso de los hermanos Anta, de un "marrón terrorífico", lo que alejaba toda posibilidad de caer en una caricaturización de los personajes. "Como actores galegos, a estas alturas de la historia, cuando nos proponen algo así tenemos una especie de alerta para no entrar en la caricatura, como público no lo queremos y como ciudadanos no nos gusta", añade Anido.
"Olemos a mierda", señala en un momento de la película el personaje que interpreta Zahera, en una reivindicación de la dignidad. Sin embargo, para Anido, más que dignidad es algo "más primario". "Es una especie de supervivencia de lo social, porque estas personas quieren salir de lo medieval, de lo ancestral, quieren vivir el sueño urbano, irse a Orense con su taxi, y tienen su derecho a hacerlo. Más que dignidad, es querer lo que te venden por la televisión: una vida más cómoda. Dignidad puede ser dejar de oler a mierda, pero ellos quieren un poco del pastel de lo que ven", apunta.