Cultura

El Bellas Artes de Bilbao presenta la primera gran antológica de Ignacio Zuloaga

La exposición reúne más de 95 piezas, muchas de ellas no habían sido exhibidas en España

  • Mujer de Alcalá de Guadaíra (1896) Museo Ignacio Zuloaga. Castillo de Pedraza

A punto de cumplir dos años al frente del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zugaza continúa indagando en los cabos sueltos o aquello que permanecía inexplorado. Si hay algo que merezca una revisión, Zugaza sabrá rescatarlo como ya hizo con la colección personal de Alicia Koplowitz -que se exhibió primero en París y luego en Bilbao- o con su revisión de la colección permanente del MBA. Una vez más, Zugaza reafirma su labor casi arqueológica con Zuloaga 1870–1945, la primera gran exposición retrospectiva dedicada al pintor vasco Ignacio Zuloaga (Eibar, Gipuzkoa, 1870–Madrid, 1945), uno de los artistas más importantes del panorama artístico de principios del siglo XX y referente de la pintura figurativa de su tiempo.

Compuesta por 95 obras, la exposición Zuloaga 1870–1945 despliega el conjunto de la trayectoria del pintor. Compartimentada en tres grandes periodos biográficos, la selección arranca con grupo de obras de juventud que Zuloaga pintó en París en la década de 1890. Lo influye entonces el naturalismo, el impresionismo y el simbolismo francés, además de una mirada enraizada en el realismo de corte social que le permitió desplegar un mosaico de los suburbios parisinos. Allí extrajo una veta retratística no exenta de la influencia concreta de pintores como Eugène Carrière o James Whistler.

Dos años tras llegar al Museo de Bellas Artes de Bilbao, Zugaza continúa indagando en aquello que permanecía inexplorado

Como Machado, aunque jalonado por otras razones, Zuloaga descubrió Segovia. Una región que se impone en su paleta. Su pintura se volcó en explorar la identidad castellana mediante una particular fórmula estética que se valía del naturalismo y del simbolismo, y que hundía sus raíces en la cultura rural y en la tradición artística española, inauguró una nueva manera de entender la figuración en el arte europeo. Una genialidad que ha provocado que su obra escape de cualquier clasificación que lo circunscriba a una escuela o movimiento concreto.

La muestra, que biográficamente se extiende hasta 1924,coloca el foco en un conjunto de escenas ambientadas en el inhóspito medio rural de Segovia. Tocadas por la síntesis, a veces abrupta de lo urbano y lo árido, esta sepulturas valieron a Zuloaga la acusación de de hurgar en la crisis nacional surgida tras la pérdida de las últimas colonias en 1898. El contexto político y social es importante en la articulación de un discurso sobre la obra de Zuloaga y no sólo en este periodo, sino en los que continúan.

El recorrido de la exposición cierra con la época de madura, marcada por las circunstancias sociopolíticas: desde la redefinición del panorama artístico europeo hacia la tradición figurativa del “regreso al orden” hasta la proclamación de la Segunda República y el estallido de la Guerra Civil. Atravesado por una mirada en la que el retrato cobra especial protagonismo,  Zuloaga vivió estos acontecimientos en primera línea, y los volcó en su manera de retratar.

Miguel Zugaza, director del MBA; Nora Sarasola, directora de Obra Social BBK; y Gorka Martínez, director general de BBK.

Zuloaga, del Prado al Bellas Artes de Bilbao 

Miguel Zugaza obró el milagro de El Prado. Ha sido el director más joven que tuvo la pinacoteca madrileña y el que más ha durado en el cargo: quince años. Desde marzo de 2018 dirige el Museo de Bellas Artes de Bilbao, institución de la que ya había sido responsable entre 1995 y 2001, antes de asumir las riendas del Prado. Su llegada a la institución coincidió con los 110 años del museo bilbaíno, que se presenta ahora ante el público con un aire renovador que conserva esa impronta tan suya de entender el arte y la gestión cultura. 

Desde su fundación en 1908 hasta nuestros días, el Museo de Bellas Artes de Bilbao ha reunido una colección de reconocida calidad con un desarrollo enciclopédico y una cronología que se extiende desde el siglo XIII hasta el XX. La colección comprende más de 14.000 obras de arte: 1.621 pinturas, 489 esculturas, 884 piezas de artes decorativas, 11.152 obras sobre papel y, junto a ellas, cerca de 3.000 obras en depósito. En ocasión de su aniversario, la institución ofrece al público una muestra con 110 de las más significativas. 

Por qué es importante Zugaza en el resurgir de este museo, por todo. Llegó al museo del Prado con 37 años. Bajo su gestión se impulsó la Ley del Prado, aprobada en el año 2003 y que dotaba al museo de mayor autonomía económica y programática. Se creó el Campus el Prado. La renovación del sistema de iluminación. Impulsó y completó la obra de ampliación del claustro de la iglesia de los Jerónimos, incluida como parte de la pinacoteca. Su hoja de gestión, además de impecable, refleja una concepción distinta de entender los museos. Lee en las colecciones, descifra el árbol genealógico de aquello que le da sentido. 

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