Dwayne Johnson ha paseado esta semana por Madrid, donde se ha dado un baño de multitudes en la premiere de la película Black Adam, la nueva entrega del universo DC que acaba de estrenarse en los cines, que también ha presentado en el programa El Hormiguero, donde charló con Pablo Motos sobre los trucos que usan los actores para dar golpes. Y de golpes, patadas y puñetazos está precisamente plagada esta película, en la que da vida a un antihéroe llegado del pasado.

El español Jaume Collet-Serra es el encargado de dirigir esta cinta, que supone el debut de 'La Roca', como se conoce al popular actor, en el cine de superhéroes. Anteriormente ya trabajaron juntos en la producción de aventuras Jungle Cruise (2021), uno de los muchos títulos que vieron retrasado su estreno a causa de la covid. Cuesta entender por qué un actor que en la vida real parece un superhéroe haya tardado en entrar en el género y más vale tarde que nunca, pero es una pena que la oportunidad se haya desaprovechado.

Desde el principio, Black Adam es un juego de pirotecnia que no se deja nada en el bolsillo. Al ritmo de Bullet With Butterfly Wings, de los Smashing Pumpkins, una persecución y huida por las calles de Kahndaq (una ciudad que vive oprimida por Intergang) lleva al espectador hasta las cuevas en las que se encuentra la corona de Sabbac, que otorga un gran poder a quien la porta. Allí descansa también Teth-Adam, un antihéroe que tras ser desenterrado 5.000 años después de haber sido dotado con poderes omnipotentes, está preparado para desatar la justicia tal y como él la entiende, de manera diferente a la Sociedad de la Justicia, que entra en acción en esta película.

Black Adam tiene suficientes elementos para convertirse en una película de superhéroes al menos entretenida, pero todo en esta aventura es predecible

Black Adam tiene suficientes elementos para convertirse en una película de superhéroes al menos entretenida, pero todo en esta aventura es predecible, no hay sorpresas en la historia, ningún giro con chispa, nada que uno no pueda imaginar desde un principio y eso le quita toda la emoción. Es verdad que a estas alturas es difícil fascinar en un género en el que todo parece estar contado ya, pero es que ni siquiera el personaje al que da vida "La Roca" es convincente en una película que pierde por completo el equilibrio.

Vemos un sinfín de banquetes visuales con todo tipo de artificios, peleas y combates con un aspecto de videojuego que gustarán al espectador, y un arranque divertido y frenético, pero esto no parece ser suficiente. Quizás lo único interesante y que aporta algo de atractivo a la historia es la indefinición del personaje de Black Adam entre el villano y el héroe, un lugar impreciso que funciona como motor en una historia que parece avanzar a marchas forzadas.

Esa contradicción, sin embargo, resulta poco jugosa en un personaje tan poco flexible, que explota las cualidades físicas de Dwayne Johnson -uno de los productores del filme-, pero no sus capacidades interpretativas. Uno espera que en el futuro no se desaproveche a un actor que en esta ocasión resulta demasiado serio y demasiado inmóvil, en línea con el todo de una película que tan pronto es solemne como aprovecha bromas anodinas para contrarrestar un resultado insalvable. Si alguien tiene un sentido del humor digno de ser explotado, ese es 'La Roca'.

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