El actor estadounidense Chadwick Boseman falleció en agosto de 2020 con solo 43 años a causa de un cáncer, lo que conmocionó al mundo del cine. Dos años antes, protagonizó Black Panther, la primera película de Marvel con un elenco en su mayoría negro, así como el primer filme de superhéroes en recibir una nominación a la mejor película en los Oscar. Esta semana, cuatro años después, llega a los cines Black Panther: Wakanda forever, que se presenta como un digno tributo al actor y se convierte en la número 30 del universo cinematográfico de Marvel.
Ryan Coogler vuelve a encargarse de la dirección en esta secuela, bastante más larga -de los 134 minutos de la primera se pasa a 161 minutos en esta ocasión- y con un protagonismo eminentemente femenino, encabezado por Angela Bassett, como reina Ramonda, Letitia Wright, como Shuri, que luchan para mantener su nación, Wakanda, lejos del control de las potencias mundiales, tras la muerte del rey T’Challa.
Además, Black Panther: Wakanda forever sirve también para introducir a un nuevo personaje en el universo cinematográfico de Marvel. Se trata del anti-héroe Namor, interpretado por el mexicano Tenoch Huerta. Si bien este personaje con los pies alados está bien trazado y también interpretado, la nación a la que representa y el ejército que lo defiende recuerda demasiado a los personajes del mundo de Avatar. Si uno busca las imágenes del cómic pronto se preguntará por qué a los creadores no se les ha ocurrido nada mejor.
Da la impresión de que hay una carrera en los taquillazos por alcanzar la duración más extensa aunque, como todo, las cosas tienen más que ver en muchas ocasiones con la percepción que con los hechos. En este caso y desde cualquier perspectiva, Black Panther: Wakanda forever es larga, incomprensiblemente eterna, tanto que da la impresión de que el final de la cinta se alarga inexplicablemente una hora y esa espera puede no agradar ni a los más cafeteros porque, al fin y al cabo, no hay historia en esta película que sustente tanto metraje. De hecho, incomprensiblemente, hay más contenido en la escena postcréditos que contiene el filme, que en toda la parte final.
Eterna Black Panther
Lo que está claro es que esta es una película dirigida a los fans y, de momento, la web Rotten Tomatoes incluye en su mayoría críticas positivas de la prensa, aunque hay también espacio para textos devastadores según los cuales esta es la peor película de Marvel en sus 14 años de historia. Para saciar el apetito de quienes buscan una entrega digna, no falta en esta cinta imágenes impactantes, luchas, mucha acción, persecuciones nocturnas en coche y mundos submarinos atractivos e inimaginables, así como esa constante necesidad por saber quién será capaz de doblegar al otro.
La emoción, al fin y al cabo, no solo se consigue con un tono solemne e incluso dramático del filme -no hay aquí espacio para ni una de las bromas tan presentes en otras entregas de Marvel-, sino que se consigue con una historia a la altura que aquí no existe
Sin embargo, le falta mucha alma a esta película, así como algún que otro personaje accesorio que incomprensible entra y sale de la trama sin demasiado sentido. La capacidad para mantener la emoción durante todo el filme debería ser proporcional a la ambición en minutos, y la emoción, al fin y al cabo, no solo se consigue con un tono solemne e incluso dramático del filme -no hay aquí espacio para ni una de las bromas tan presentes en otras entregas de Marvel-, sino que se consigue con una historia a la altura que aquí no existe.
Aún faltan meses para conocer las nominaciones a los Oscar -previsiblemente, el 24 de enero-, pero algunas webs ya se han aventurado con las primeras predicciones y en ellas aparece la secuela de Black Panther como uno de los Blockbuster que podrían competir por la estatuilla a la mejor película. Para esta redactora de Vozpópuli, sin quitar mérito a esta cuidada producción, lo cierto es que las quinielas que publica la prensa norteamericana revelan la escasa calidad del cine estadounidense estrenado en este 2022, que se aleja bastante a la de otros años.