Cultura

Blanca Marsillach: "Mi padre modernizó el teatro clásico"

Con motivo de los diez años de su desaparición y del 30 aniversario de la fundación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, se rinde un homenaje

  • Blanca Marsillach: "Mi padre modernizó el teatro clásico"

Es una de las figuras fundamentales del teatro español. Actor, director y fundador de la Compañía Nacional de Teatro (CNTC), Adolfo Marsillach forma parte de la historia cultural de las últimas décadas de la cultura en España. Con motivo de los diez años de su desaparición y del 30 aniversario de la CNTC, Varela Producciones (la compañía de su hija Blanca Marsillach) y la Obra Social 'la Caixa' homenajean este viernes su figura y su obra en el CaixaForum de Madrid, a las 11:30 de la mañana.

Es una de las figuras fundamentales del teatro español. Actor, director y fundador de la Compañía Nacional de Teatro (CNTC). Se trata de Adolfo Marsillach

Al evento acudirán diferentes personalidades del mundo del teatro y la interpretación como Juan Ribó, Magüi Mira, Emilio Gutiérrez Caba, Carlos Hipólito, Mercedes Lezcano, Juanjo Artero, Silvia Marsó o Aitana Sánchez Gijón, quienes desde el escenario rendirán tributo a Marsillach. Acompañan el acto diez personas mayores que en la tarde participan en la adaptación de la obra Una noche con los clásicos, ese mismo día en la tarde. El acto, que lleva por título Entre versos y Marsillach, ampliará su gira por el resto de España en distintas ciudades donde otras personas de la tercera edad participarán en el montaje teatral.

“Mi padre fue el que modernizó a los clásicos”, asegura la actriz Blanca Marsillach. "Los cortó, los modernizó, les puso música, los hizo sexys, los hizo accesibles".

“Mi padre fue el que modernizó a los clásicos”, asegura la actriz Blanca Marsillach. "Los cortó, los modernizó, les puso música, los hizo sexys, los hizo accesibles". Tras su debut en el teatro Español con su interpretación de Hamlet, Adolfo Marsillach consolidó su carrera en los escenarios e incursionó como director con sus adaptaciones de El Tartufo y Marat-Sade . Sobre el Marsillach padre, dramaturgo, persona y personaje habla la actriz y empresaria teatral en esta entrevista.

-¿Qué tipo de homenaje recibirá Adolfo Marsillach este viernes?

-Además de los 13 años de su desaparición, se cumplen los 30 años desde que él fundó la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Hemos decidido, un grupo de personas de la profesión, entre ellos Juan Ribó, Magüi Mira, Emilio Gutiérrez Caba, Carlos Hipólito, Mercedes Lezcano, Juanjo Artero o Silvia Marsó, Aitana Sánchez Gijón, gente que ha trabajado con él, rendirle un homenaje por todo lo que nos ha dejado con la CNTC y con muchísimas otras cosas de las que él fue pionero.

"Se trata de una proyección de Varela Producciones, que ofrece este largometraje en la mañana y por la tarde, la obra que él hizo con Amparo Rivelles y María Jesús Vallés sobre El Siglo de Oro: Una noche con los clásicos"

-¿En qué consiste Versos y Marsillach?           

-Este 24 de febrero, los profesionales del teatro que he mencionado y quienes quieran acercarse, nos reunimos y proyectamos un vídeo que recuerda su figura. Se trata de una proyección de Varela Producciones, que ofrece este largometraje en la mañana y por la tarde, la obra que él hizo con Amparo Rivelles y María Jesús Vallés sobre El Siglo de Oro: Una noche con los clásicos . La interpretan personas mayores que nunca se ha subido a un escenario. Reivindicamos su figura por la mañana y cerramos con el broche de oro por la tarde haciéndole saber a la gente mayor que a medida que va cumpliendo años, pueden seguir cumpliendo sueños.

"No sé si es porque trabajo con él todo el rato, pero lo tengo muy presente. Es como si no se hubiera ido. Sin embargo, la imagen de él como profesional para mí lejana"

-¿Qué imagen tiene de Adolfo Marsillach como persona y como profesional?

-Ayer, cuando veía el vídeo, pensaba: qué joven, qué guapo, qué bien hablaba, cuántos cosas ha hecho. Como padre, tengo una imagen cercana. La verdad es que lo tengo muy presente, día a día. ¡Hasta lo huelo!, esa colonia que utilizaba (se llamaba Agua Brava) y esos ricitos que tenía en el pelo. No sé si es porque trabajo con él todo el rato, pero lo tengo muy presente. Es como si no se hubiera ido. Sin embargo, la imagen de él como profesional para mí lejana.

-Era usted algo joven, pero … ¿qué recuerda?

-Llegué a verlo como actor en Quién teme a Virginia Woolf y en Una noche con los clásicos pero no vi El tartufo, ni Marat Sade. Sí viví toda la época de la fundación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Tuve la oportunidad de que me dirigiera en obras privadas, porque él defendía mucho la separación de lo familiar y lo profesional. Nunca mezclaba el dinero público con una posible contratación de una hija, por mucho que el personaje fuera perfecto para ella. Me dirigió en Mata Hari, que hacía con Concha Velasco y con Gutiérrez Cava. El personaje estaba basado en mí y aunque me hizo muchas pruebas, me lo terminó dando. Lo recuerdo muy bien como director, pero tengo esa dicotomía de dónde entra el personaje público y dónde entra el padre.

"Lo recuerdo muy bien como director, pero tengo esa dicotomía de dónde entra el personaje público y dónde entra el padre"

-¿Qué la llevó a crear una compañía de Teatro Social?

-Un día estaba en Los Ángeles y pensé: ‘quizá me esté equivocando’. En lugar de mirarme tanto el ombligo y pensar tanto en qué personaje me va a llegar, para ser más conocida, tener más trabajo y ser más famosa (esta profesión es muy egocéntrica), dije: quiero vocarme en otra cosa. Eso, unido a una experiencia personal donde un grupo de mujeres dándome un amor incondicional me salvó la vida, me hizo pensar. Fue cuando mi socia Blanca me dijo: ‘quizá seamos más útiles si utilizamos tu pasión como vehículo para ayudar a los demás’. Y así empezó todo.

-¿En qué áreas empezaron?

-Comenzamos trabajando con violencia de género, luego avanzamos con capacidades diferentes o lo que se denomina discapacidad. Y así pasamos a la inclusión social, con la Fundación la Caixa y la Fundación Repsol. Todo nuestro trabajo está volcado en incluir en el mundo laboral a actores con algún tipo de discapacidad. Llevamos ya diez años desde que Varela producciones y mi compañía se unieron para hacer teatro social.

"Los 40 años que tuvimos de dictadura ya nos colocó en la cola de la cultura. Mi padre fue el que dijo: vamos a acercar los clásicos a la gente, que lo entienda"

-¿Qué puede hacer el teatro para acercarse más a la gente?

-Yo creo que jugamos con desventaja. Los 40 años que tuvimos de dictadura ya nos colocó en la cola de la cultura. Mi padre fue el que dijo: vamos a acercar los clásicos a la gente, que lo entienda. Los cortó, los modernizó, les puso música, los hizo sexys, los hizo accesibles. Pero en el colegio no habíamos tenido una asignatura de teatro, leer no era parte del día del ciudadano medio español, creo que eso viene de lejos. A diferencia de países como Argentina o Inglaterra, donde el niño está acostumbrado a que la cultura es parte de su vida.

"Me dicen que la Compañía es muy diferente de la que fundó mi padre. Quizá porque era el momento político de la transición"

-¿Cómo ha asimilado la CNTC el legado de su padre?

-Me dicen que la Compañía es muy diferente de la que fundó mi padre. Quizá porque era el momento político de la transición o porque la forma de decir el verso y el enfoque de la compañía tenía otra manera y creo que era más excitante, quizá por lo nuevo, porque trascendía.

-¿Cuál es la ciudad de España en la que el teatro continúa siendo fuerte?

-Sin lugar a duda, Cataluña. No digo que no se haga buen teatro en Extremadura o en cualquier sitio de España. Sin embargo, en Cataluña la cultura teatral está muy consolidada.

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