Carmen Machi es una de las actrices españolas más prolíficas, que puede presumir de contar con una trayectoria amplia tanto en el cine como en la televisión y en el teatro. Esa dimensión poliédrica se traslada también a los géneros en los que ha destacado hasta el momento, un amplio abanico de grises entre el drama y la comedia, capaz siempre de dotar a sus personajes de luz, como es el caso de su papel en la película Llenos de gracia, que se estrena este viernes en los cines.
En esta película, una comedia familiar basada en hechos reales y dirigida por Roberto Bueso, la actriz interpreta a la hermana Marina, una monja que supuso una revolución en la vida del futbolista Valdo Lopes, en quien despertó la autoestima y el espíritu de equipo, para llegar a convertirse en un jugador de primera división. Orgulloso, el deportista dedicó un gol a aquella mujer que le enseñó a confiar en sus posibilidades.
"Debajo de ese hábito había una mujer absolutamente excepcional, que fue muy adelantada a su tiempo, que tuvo una juventud decidida por ella, que se fue de su casa para estudiar en Londres, viajar por París, que tenía muchísima cultura e idiomas", ha señalado Carmen Machi en declaraciones a Vozpópuli con motivo del estreno de esta película.
La hermana Marina es del Real Madrid, al igual que la actriz, que ha tenido la oportunidad de estar en contacto con una de sus pasiones: el fútbol. En Llenos de gracia, la intérprete se mete en la piel de esta religiosa, que fue enviada a principios de los años 90 a un orfanato a punto de cerrar sus puertas. Allí, llama la atención de unos niños fuera de control gracias a su carisma, especialmente de un joven Valdo, con quien conecta de una manera especial. Como fórmula para evitar las escapadas nocturnas, decide formar un equipo de fútbol.
"Es un personaje que existe, es real y, por tanto, merece todo el compromiso y la responsabilidad para hacerlo creíble y que se parezca lo más posible a ella", ha afirmado Carmen Machi sobre su personaje. La historia de su encuentro con Valdo ocupa un capítulo del libro La revolución emocional, de Silvia Puig.
Un día un señor profesional del fútbol de primera división que se llamaba Valdo se levantó la camiseta y le dio las gracias a esa mujer que formó parte de su infancia", cuenta Machi
"No he tratado de componerla desde fuera, sino que me he inspirado en lo que ella realmente era: una mujer diferente con una naturalidad increíble, que parecía que se salía de lo que es el canon de la monja porque lleva un hábito", agrega la actriz sobre su personaje.
Para Carmen Machi, el hábito es lo de menos en su caso a la hora de proyectar lo que la hermana Mariana proyecta, que es "un ser humano absolutamente genuino". En este sentido, señala que, tras haber estudiado en un colegio de monjas siempre ha pensado que son "completamente diferentes" y "no como se cree". "Son señoras normales y corrientes que han decidido casarse con Dios en vez de con un señor de Murcia", apunta.
Para la actriz, existe un "prejuicio" acerca de lo que es una monja. "En este caso, ella se limitó a observar a un grupo de chavales, quiso elevarles la autoestima y darles un sentido a su vida y hacerles una compañía que no les hicieron otros, porque por circunstancias eran huérfanos. Ella sacó de ellos brillo, sacó luz, y de repente un día un señor profesional del fútbol de primera división que se llamaba Valdo se levantó la camiseta y le dio las gracias a esa mujer que formó parte de su infancia", cuenta.
Algo falla cuando dejas audios en lugar de conversaciones telefónicas, para que nadie te corte", señala la actriz
Recientemente, en una carta enviada al diario El País que se hizo viral, un hombre que había perdido a su mujer denunciaba la falta de empatía que existe en la actualidad. Sobre este asunto y en relación con la actitud del personaje que interpreta, Carmen Machi está convencida de que la pandemia ha provocado un cambio en lo social.
"Haber vivido una pandemia ha provocado empatizar con otros -uno ha tomado mucha conciencia con los abuelos, que se había perdido y a los nadie había prestado atención-, empiezas a valorar mucho más la amistad, pero también te empiezas a dar cuenta de que puedes vivir sin ello, eso es terrible. Te das cuenta de que puedes vivir sin salir a la calle y sin quedar con la gente. Algo falla cuando dejas audios en lugar de conversaciones telefónicas, para que nadie te corte, así vas hablando todo lo que te de la gana y luego ya contestar al otro. Todo eso son fórmulas que tiene que ver con algo que pasa", reflexiona la actriz.
Yomismo
Película mala donde las haya.
Sevilla
Una atea haciendo el papel de una monja....el mundo al revés