Cultura

Carolina Jiménez

  

   

Nací en Madrid y antes de cumplir el año nos mudamos al pueblo serrano de Guadarrama, donde crecí y he vivido casi toda mi vida. En casa se veía mucho cine, y éramos muy aficionados a la ciencia ficción. Mis recuerdos cinematográficos son los de alguien creciendo rodeada del cine de los 80 y 90. Vi muy tempranamente películas como "Star Wars", "Blade Runner", "Alien" o "Dune" que me marcaron muchísimo. Hoy mis películas de culto favoritas, entonces eran para mí mundos más reales que fantásticos a los que dejarme transportar por la pantalla de cine, o de la televisión de casa. De niña una película no es un producto de manufactura humana; es una historia, una realidad a la que un día podrás viajar y vivir esas aventuras que ves a los protagonistas vivir. De este modo al menos me marcó a mí. Y de alguna manera, ahora que lo pienso, he acabado viviendo aventuras de película. No del modo en que me imaginaba cuando era pequeña, pero más involucrada en aquellas realidades de lo que habría imaginado jamás.

2. ¿Qué estudiaste, dónde y por qué decidiste especializarte en el mundo de los efectos especiales?
Yo de niña quería ser científica. Además de por mi amor a la ciencia, porque no concebía que eso de hacer películas fuera una profesión real a la que alguien pudiera dedicarse. Pero circunstancias ajenas a mí hicieron que acabara estudiando arquitectura, una carrera sin duda muy interesante, pero que no había sido nunca mi vocación. Aun así, gracias a la arquitectura tuve mi primer contacto con programas informáticos de creación de entornos en 3D, que por aquel entonces empezaban a hacerse populares para representar digitalmente diseños arquitectónicos de manera realista y no solo delineación de planos. Enamorada por igual del arte y la tecnología, aquello para mí fue un descubrimiento insospechado: crear en 3D imágenes realistas de entornos diseñados por mí en los que las casas nunca se me iban a caer ni requerían permiso de obra alguno. Me resultaba muy difícil limitarme a modelar edificios y no distraerme en diseñar naves espaciales o planetas remotos imposibles. Parecía claro que la arquitectura no iba a ser lo mío, de modo dejé la carrera sin tener muy claro qué quería hacer. Dio la casualidad de que en ese momento se estrenaban los DVDs de la versión extendida de la primera entrega de la trilogía de "El Señor de los Anillos", película que unos meses antes me había fascinado en las pantallas de cine y que me convirtió en gran fan de Tolkien y que hizo que me leyera los 4 libros en tiempo record. Aquellos DVDs incluían documentales sobre cómo se había hecho la película con un nivel detalle que no había visto nunca hasta entonces. En aquellos documentales se veía a artistas entusiasmados con su trabajo, personas normales contando con detalle cómo se hacía una película así. Yo admiraba la tecnología detrás del cine desde películas como "Parque Jurásico" o "Terminator 2", pero nunca había visto con tanta cercanía la realidad tras una gran superproducción. Resultaba que gente normal tras un ordenador, usando programas similares al que yo acababa de descubrir, generaban aquellos mundos, historias y personajes que tanto me fascinaban. Y me dije "yo tengo que dedicarme a eso". Así que busqué en Madrid una buena escuela donde estudiar 3D, modelado y animación virtual, y convertí el trabajo de los artistas de Weta digital a las órdenes de Peter Jackson mi estandarte de sueño a alcanzar.
3. ¿Qué significan para ti los efectos especiales? ¿Por qué te declaras 'friki orgullosa'?
Los efectos especiales suponen poderme dedicar profesionalmente a algo que me apasiona. Unifican para mi arte y tecnología, y me dan la posibilidad de trabajar haciendo cine, una de las cosas que siempre me han fascinado. Con los efectos digitales los artistas como yo contribuimos a llevaros a todos, los espectadores, a mundos fantásticos y contaros historias increíbles. 

El término "friki", tan de moda en los últimos tiempos, tiene varios significados. Para mí un "friki" es alguien apasionado de algo, que lo muestra sin tapujos ni vergüenzas. Un adulto que se ha negado a crecer del todo y conserva intacto el entusiasmo infantil por algo a lo que se niega a renunciar. Tenemos la suerte de vivir en una época en la que amar algo hasta la obsesión ya no es cualidad a esconder o disimular, y gracias a internet no importa lo peculiar o estrafalario que pueda parecer tu frikismo: puedes compartirlo con el mundo entero y encontrar personas que sienten lo mismo que tú y compartirlo abiertamente. Es un nivel de libertad y conexión con otras personas sin precedentes en la historia. No importan nacionalidad, edad o género, no estás solo. Exprésate y compártelo. En ese sentido sí me siento friki orgullosa. De mi trabajo y de todo aquello que me apasiona.

A mí y a mi pareja, que es fotógrafo profesional, nos apasiona el mismo cine, y una de las formas en las que lo expresamos es realizando sesiones de fotos frikis homenajes a nuestras películas y personajes de cine favoritos en las que yo me convierto en protagonista momentánea y para las que ambos construimos sets y atrezo a mano. Lo hacemos por pura diversión y expresión. Ya hemos rendido tributo a "Alien", a "Regreso al Futuro", a R2D2, a Superman... pero la lista de los que quedan por venir es larga. Ya estamos trabajando en las siguientes. ¡Esperamos que os gusten!

 
4. Águila Roja, Planet 51...El Hobbit, ¿Cuándo y cómo se produce el salto a las superproducciones de Hollywood? ¿Soñaste con ello alguna vez cuando jugabas de niña por Madrid?
Dar el salto al cine no fue fácil. Y dar el salto al cine internacional fue incluso más difícil.Tras conseguir trabajar en el cine español con "Planet 51", una experiencia inolvidable, aun me costó un par de años de perseverancia trabajando en otros sectores en 3D en España, mejorando la reel, aprendiendo mucho, trabajando duro, y sobretodo bombardeando a todos los estudios de animación y VFX del mundo con mi material hasta conseguir una oportunidad firme. Los primeros en mostrar interés fueron Dreamworks, pero las leyes de inmigración estadounidenses son especialmente duras, y a pesar de que pasé las entrevistas y pruebas, mi aun escasa experiencia laboral hizo imposible la tramitación de un visado de trabajo para poder trabajar con ellos. Tras este contratiempo parecía que la ocasión no llegaría nunca, pero finalmente los estudios de George Miller, Dr. D, que se encontraban en Sydney, Australia, en plena producción de "Happy Feet 2" se fijaron en mí y me dieron la tan ansiada oportunidad de saltar al cine internacional. No sin un buen susto en el cuerpo hice maletas y lo dejé todo atrás para irme a la tierra de los canguros a trabajar con uno de los directores que ya más admiraba y unirme a su equipo dando vida a sus pingüinos bailarines. Tras esta experiencia las cosas fueron ya más sencillas. Nada más acabar la producción ya tenía una oferta en los estudios MPC de Londres, donde trabajé en "Prometheus" y "World War Z". Mi insistencia enviando mi curriculum a Weta cada poco tiempo acabó dando sus frutos y a los pocos meses se interesaron por mí y me ofertaron unirme a ellos en la producción de la trilogía de "El Hobbit" nada menos, a las órdenes de Peter Jackson en la Tierra Media de mi admirado Tolkien. Para allá nos fuimos mi pareja y yo dejándolo todo atrás. El sueño se había cumplido. Fue una mezcla de trabajo duro, perseverancia y suerte, y aun hoy, ya un par de años después, me sigue pareciendo mentira. Fue toda una aventura, todo un honor, que me enamoró aun más si cabe de mi profesión y del cine. No, ni en mi más locos sueños de niña podría haber llegado a imaginar algo así.
5. Nos han dicho que se te rifan directores de élite...¿A qué crees que se debe tu éxito?
He tenido la fortuna de haberme unido a varios estudios llenos de grandes artistas en estos años, estudios que trabajaban en la producción de las películas de algunos legendarios directores por méritos propios cuando me uní a ellos. Pero no se me rifan a mí, ni mucho menos. Todos estos estudios cuentan con cientos de profesionales de altísimo talento a los que he tenido la suerte de unirme. ¿El secreto? Trabajo duro, un poquito de arrojo, nunca darse por vencido y nunca dejar de aprender. Todo ello aderezado con un pellizco de suerte. El trabajo que yo realizo es siempre en equipo, y sin mis compañeros, todos grandísimos artistas, no sería posible.
 
6. ¿Cómo es trabajar con Tim Burton? ¿Podrías contarnos algunas anécdotas entretenidas con él y otros directores conocidos?
Los grandes estudios de VFX, los efectos especiales por sus siglas en inglés, cuentan con entre 100 y 1000 trabajadores. Aunque nuestro trabajo es guiado por las indicaciones de los directores de las películas, no tenemos normalmente la suerte de trabajar en persona con ellos, especialmente cuando en muchas ocasiones la sede de los estudios y los directores en sí no están ni en la misma ciudad o país. Aun así he tenido la ocasión de conocer en persona a alguno de ellos, como a Peter Jackson, quien obviamente trabajaba en su mismo estudio durante la producción de "El Hobbit", vivía en la misma ciudad, Wellington, y con quien me hice una foto para el recuerdo. Y como a George Miller, que también trabajaba codo con codo con todo su equipo en el mismo edificio, y con quien coincidí en varias ocasiones durante la producción de "Happy Feet 2", la más curiosa de las cuales cuando choqué literalmente con él al salir ambos despistados de nuestros respectivos cuartos de baño. La situación fue lo bastante peculiar como para que los dos nos echáramos a reír juntos. De esta ocasión, como es obvio, no tengo fotografía que la conmemore.
 
7. Cuando una experta en efectos especiales dice que es española, ¿sorprende? ¿Crees que este sector está explotado en España?
En España no hay actualmente grandes estudios de efectos especiales para cine, aunque sí somos prolíficos en talento en cine animación, disciplina hermana. Talento que exportamos más de lo que parece. En todos los estudios en los que he trabajado he tenido siempre varios compañeros españoles. No soy la única, ni mucho menos. Trabajo con compañeros de todas las nacionalidades, y españoles somos muchos y muy buenos, aunque de momento nos toque emigrar para poder dedicarnos a lo que hacemos. 
8. Has vivido en varios sitios (Nueva Zelanda, Sydney,  Londres...), ahora en Vancouver...¿Por qué elegiste esas ciudades?
Son las ciudades en las que se hacía el trabajo que yo quería realizar. Sydney fue mi primera puerta allá fuera, Londres es el gran núcleo de post-producción cinematográfica en Europa, Nueva Zelanda es donde se estaban realizando las películas de "El Hobbit", y donde yo siempre había querido trabajar, un país maravilloso que siempre llevaré en el corazón. Y finalmente Vancouver, que en los últimos años se ha convertido en la nueva meca del cine en el continente americano. No en vano la llaman "Hollywood North", el Hollywood del norte, ya que por conveniencias geográficas y económicas todos los grandes estudios se están mudando aquí. Vancouver es, si no me equivoco, la tercera ciudad en producción cinematográfica y televisiva de América, tanto en producción, como en post-producción de efectos especiales. No hay semana que no nos topemos con un rodaje o dos por las calles del barrio, cuyas esquinas se convierten momentáneamente en trozos de las ciudades y localizaciones más inesperadas. Era casi una predecible evolución el acabar viviendo y trabajando aquí, donde se hace tanto cine, y del que a mí más me gusta.
 
9. ¿En qué película vamos a ver tu toque próximamente? ¿En qué estás trabajando ahora?
 
Después de dedicar la primera mitad del año a trabajar en la producción de "Star TRek Beyond",ahora me encuentro inmersa en 3 películas a la vez, lo cual no me había pasado nunca: "Guardianes de la Galaxia 2", "La Liga de la Justicia" y "Power Rangers", lo que nos mantendrá ocupados al menos lo que queda de año. Trabajando a la vez para MARVEL con DC, otro sueño para cualquier friki. 
10. ¿Volverías a vivir en España?¿Es país para efectos especiales?
En España de momento no hay estudios de efectos visuales, lo cual ojalá cambie en el futuro. Aun así Vancouver se ha convertido ya en nuestra casa. Aquí estamos de momento muy felices y no tenemos planes de más mudanzas internacionales por el momento. Pero nunca se sabe. El mundo es muy grande y quizá aun queden aventuras por vivir.

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