A punto de cumplir los tres años que fijaba su mandato al frente de la Academia de Cine, Enrique González Macho ha decidido colgar los guantes. Así lo ha anunciado este martes: no tiene previsto presentarse de nuevo. "Quiero que haya renovación, porque creo que es buena", ha dicho, "yo no voy a presentar ninguna candidatura". Antes de marcharse, ha dejado recado para Cristóbal Montoro, el ministro de Hacienda. Y no ha escatimado en ironía. "Es como una película de terror de Jaume Balagueró, nunca sabes por dónde va a salir".
La junta directiva de la Academia aprobó el pasado 17 de febrero la convocatoria electoral, esta misma semana se anunciará la fecha de arranque para la presentación de candidaturas y está previsto que a finales de mayo se celebre la asamblea de la que saldrá el nombre del ganador.
González Macho ha estado frente a la Academia en uno de los momentos más difíciles para el sector: cines que quiebran -incluyendo los de su cadena, los Renoir-; cuota de pantalla que se desploma; la dotación oficial que baja y los impuestos que suben, así como las no pocas polémicas con el gobierno. El productor y distribuidor santanderino considera que su mayor logro al frente de la Academia ha sido mantener el equilibrio y el respeto hacia el organismo.
"No hemos hecho nada excepcional, porque se requieren más medios, pero se ha mantenido como un sitio que la gente respeta. En momentos turbulentos no es fácil mantener el equilibrio y creo que lo hemos conseguido", ha afirmado González Macho. Como éxito más concreto, menciona la puesta en marcha de la Federación Iberoamericana de Academias de Cine y como cuestiones pendientes, culminar el paseo de las estrellas en Madrid o rodar un vídeo con testimonios de los mayores de la profesión.
"Montoro un día dice una cosa, otro otra; es como una película de terror de Jaume Balagueró"
Dice que en general se va satisfecho, aunque en el terreno político admite una sensación de frustración. "La tenemos todos los que estamos en cine", asegura, en relación con la subida del IVA, el recorte de ayudas o la ausencia de los prome tidos incentivos fiscales para revitalizar el sector.
Al ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, le ha tocado lo suyo. " Montoro un día dice una cosa, otro otra; es como una película de terror de Jaume Balagueró, nunca sabes por dónde va a salir", dijo. El problema de fondo, insiste, es que no hay unas normas del juego claras. "Hay unas reglas basadas en una ley de 2007 que se quiere derogar y promesas de cambios. Y está bien que haya cambios, pero que los haya, porque estamos igual que hace tres años", añade.
El aún máximo responsable de la Academia ha sufrido en primera persona los envites de la crisis, con el cierre en 2013 de su distribuidora Alta Films y la reducción del número de salas de exhibición que gestionaba bajo el sello Renoir, que llegaron a ser 200 y se han reducido a unas 40.Eso sí, aunque deje la Academia, su intención es seguir vinculado al mundo del cine. "No sé hacer otra cosa, ni un huevo frito, pero la intensidad será muy diferente, también es una cuestión de edad", apunta.
