Cultura

Coronación de Carlos III: cinco espadas, dos coronas, la piedra del Destino y un rito oculto a las cámaras

La Casa Real británica lucirá todas sus joyas durante la coronación de este sábado

Entre los miles de preparativos para la coronación de Carlos III de los últimos meses, la semana pasada tuvo lugar una de las ceremonias más simbólicas para la Corona británica. No fue en Londres, sino a más de 600 kilómetros al norte, en el castillo de Edimburgo, en una pomposa ceremonia. En la sala de la corona del castillo escocés, frente a una enorme chimenea y escoltada por armaduras y pajes, seis personas alzaron en procesión la conocida como piedra de Scone o piedra del Destino, un objeto de 150 kilos con enorme simbolismo para Escocia, al ser utilizado en las ceremonias de los reyes medievales, y un elemento esencial para la coronación de los monarcas británicos. La procesión estuvo encabezada por Lord Lyon King of Arms, representante del monarca en Escocia, y asistió Humza Yousaf, el primer ministro, como guardián del Gran Sello de Escocia.

El destino de esa losa fue la silla de Coronación en la Abadía de Westminster, donde Carlos III se sentará este sábado. Aunque algunas leyendas hablan de una procedencia en Tierra Santa, como almohada del patriarca bíblico Jacob, estudios geológicos determinaron un origen local, y conocemos su uso por monarcas escoceses desde el siglo IX. La fecha exacta de la historia de la roca que se puede concretar es 1296, cuando durante la Primera guerra de independencia escocesa, en la que luchó y murió el célebre William Wallace, el rey Eduardo I de Inglaterra, tomó la piedra como botín de guerra y mandó construir la silla de coronación en la que colocó la emblemática roca. Desde entonces, la silla y la roca han estado presentes en las coronaciones de los reyes de Inglaterra, posteriormente de Reino Unido. 

En las Navidades de 1950, un grupo de estudiantes nacionalistas escoceses robaron la piedra de Westminster y la mantuvieron oculta durante meses. Finalmente, en 1996, siete siglos después de que Eduardo I la tomara para Inglaterra, la piedra del destino fue devuelta definitivamente a Escocia, de donde solo sale para momentos especiales como el de este sábado.

Dos coronas

El resto de los objetos utilizados durante la coronación son más modernos. Carlos III lucirá dos coronas, la más importante de ellas la corona de San Eduardo que fue elaborada en 1661 para el anterior rey Carlos, Carlos II. Con este monarca se reinstauraba la monarquía en el país después de que la revolución inglesa la aboliera y decapitara a Carlos I, padre del anterior.

Es un objeto contundente de 2,2 kilos de peso, elaborado en oro macizo y decorado con 444 piedras preciosas y semi preciosas como rubíes, amatistas, zafiros, topacios y aguamarinas. La corona solo fue utilizada por los dos sucesores en el trono de Carlos II, y durante más de 200 años se dejó de emplear hasta que, ya en el siglo XX, el rey Jorge V reinstauró su uso. Es el objeto clave de la ceremonia y suele descansar en la Casa de las Joyas de la Torre de Londres, lugar de donde solo sale para momentos como la coronación.

La otra corona que Carlos lucirá el sábado será la Corona del Estado Imperial, mucho más ligera en peso y más utilizada que la anterior.  Será la corona que portará el Rey durante la procesión desde la Abadía de Westminster hasta el Palacio de Buckingham, y en el saludo del balcón del palacio. La Corona del Estado es más cómoda que la de San Eduardo, pesa poco más de un kilo y está elaborada en  oro, plata y platino, y decorada con 2.868 diamantes, 273 perlas, 17 zafiros, 11 esmeraldas y cinco rubíes.También es bastante más moderna, puesto que fue elaborada para la Coronación del Rey Jorge VI en 1937, reemplazando la corona hecha para la Reina Victoria en 1838.

Cinco espadas, dos cetros y una cuchara

En la ceremonia también se lucirán hasta cinco espadas: la de Estado, mucho más empleada en otros actos que las siguientes; la de la Justicia Temporal, que simboliza que el monarca es Jefe de las Fuerzas Armadas; la Espiritual que representa al soberano como Defensor de la Fe; la de la Misericordia, conocida como Curtana o Cortana, con la punta roma y que simboliza la misericordia del monarca; y por último, la espada de la Ofrenda que representa el compromiso del soberano con el pueblo. 

Carlos también lucirá anillos especiales para la ocasión, túnicas, espuelas y brazaletes. Se empleará un orbe dorado y dos cetros, el Cetro con Cruz del Soberano representa el poder temporal del soberano, y el Cetro del Soberano con Paloma, conocido tradicionalmente como “la Vara de la Equidad y la Misericordia”, representa el papel espiritual del Soberano.

Isabel II con el orbe, el Cetro con Cruz del Soberano y la corona del Estado Imperial

Por último, otro de los elementos cruciales de la ceremonia será el aceite sagrado, contenido en una ampolla de oro con forma de águila. Del pico de la figura del ave saldrá el aceite crismal con el que serán ungidos los nuevos reyes. El arzobispo de Canterbury ungirá a Carlos y Camila con aceite consagrado en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, y lo hará con el objeto más antiguo de todas las joyas reales, la Cuchara de la Coronación, elaborada en la segunda mitad del siglo XII.

El momento de la unción es considerado el más sagrado de toda la ceremonia de coronación y se espera que sea el único que no podrán ver los espectadores. En la coronación de Isabel II, el ritual se realizó bajo un palio dorado y con Carlos se hará tras un biombo de tres lados de 2,6 metros de alto y 2,2 metros de ancho con un diseño de un árbol que incluye los nombres de todas las naciones que conforman la Commonwealth. El Palacio de Buckingham señaló que la pantalla buscaba proteger la santidad del ritual considerado "como un momento entre el soberano y Dios". El arzobispo mojará su dedo con aceite de la cuchara de la coronación y ungirá al rey haciendo una cruz en las manos, el pecho y la cabeza, a continuación, hará lo mismo en la cabeza de Camila. Con este gesto, los nuevos dioses tendrán la bendición de Dios.

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