No es una rebaja para los galeristas, es una rebaja para las obras hechas por los autores. Así lo explica la medida anunciada en el consejo de Ministros y así lo reciben determinados miembros del sector, entre ellos Alberto de Juan, presidente del Consorcio de Galerías Españolas de Arte Contemporáneo, quien ha planteado en este asunto más dudas que entusiasmos.
"Hay muchos flecos por entender; indudablemente es una noticia muy positiva pero necesitamos tener los datos técnicos. Según mis informaciones, entendemos que las entregas tendrán un IVA del 10%, pero, por ejemplo, no sé si yo hago una importación si también se aplica el mismo porcentaje", comentó este viernes el presidente del Consorcio de Galerías Españolas de Arte Contemporáneo.
Incluso, mucho más enfático fue Alberto de Juan en sus declaraciones a El Confidencial, a quienes confirmaba no tener claro si esa rebaja se aplicará al artista o al precio de venta al público. "Si es sobre la pieza, se beneficia el artista en su venta al galerista, pero éste seguiría tributando al 21% del precio de venta al público", dijo.
Y mientras unos arman fanfarria pensando que esa medida convertirá, por ejemplo, la Feria ARCO –que celebra su edición de 2014 en febrero- en una orgía de ventas, se equivoca. Está claramente expresado en el anuncio: el IVA aplicable a las "entregas de objeto de arte que realicen sus autores" pasarán de un 21% (tipo general del impuesto) al 10% tipo reducido.
Y fue justamente ese detalle –el del IVA que tributan los artistas- el que convirtió el aumento del 2011 en una lápida para el comercio de arte. Lo que más afectó al sector con el aumento de 2011 no fue la subida del IVA para sus empresas –que sí, y bastante-, pero lo que resultó asfixiante para el mercado español del arte fue el hecho de que el gravamen que afectaba a la creación, es decir, al trabajo del artista español aumentó del 8% al 21%, convirtiéndose en el más caro de Europa. Otros países como Francia gravan “esa entrega” de la obra al 10%, como Francia e Italia, o al 7% como los alemanes.
Ese aumento no permitió a las galerías acogerse al régimen especial que tenían antes y que les permitía aplicar el IVA sobre el margen de beneficio. “Un IVA del 21% no nos permitía ser competitivos con las galerías europeas, que tienen un porcentaje mucho más bajo y, lo que es peor, los artistas españoles pasaron a ser demasiado caros. Nos salía más rentable vender a un austríaco que a un español”, dice Idoia Fernández, de la galería Nieves Fernández y miembro de la Junta Directiva de Arte Madrid.