Dos equipos de investigación de las universidades de Girona (UdG) y Barcelona (UB) han constatado que el claustro de Palamós (Girona), reconstruido en una finca privada y cuya existencia se dio a conocer el pasado año, pertenece al de la catedral antigua de Salamanca. La hipótesis de la procedencia del claustro de Palamós ha sido dada a conocer esta semana por el doctor en Cristalografía y Mineralogía Màrius Vendrell, uno de los directores de un estudio realizado por expertos de las dos universidades catalanas.
Esta versión contradice el informe encargado por el Departamento de Cultura de la Generalitat que concluyó el pasado julio que el claustro de la finca de Mas del Vent de Palamós era una recreación historicista construida en el primer tercio del siglo XX y no un claustro románico del siglo XII, como se pensaba inicialmente. También desmiente la idea que en su momento sostuvo el especialista Gerardo Boto, quien pensó que el claustro podía pertenecer a la arquitectura de Escuela de Santo Domingo de Silos (Burgos) y del norte de Palencia.
"No se trata de un claustro románico, sino de la recreación historicista de estilo románico propia del interés que despertaba este estilo arquitectónico durante los siglos XIX y XX", decía el informe dado a conocer por el conseller de Cultura, Ferran Mascarell. Pese a todo, Mascarell precisó en el mismo acto que "hay un cierto número de piezas artísticas y elementos propiamente románicos", que hacen necesaria una mayor investigación.
Ahora, Màrius Vendrell y el historiador de la UdG Gerard Boto, protagonista del hallazgo y defensor del origen románico del claustro, firman un estudio según el cual este corresponde al de la antigua catedral de Salamanca, desmontado en 1783 sin que se instalase otro nuevo, ya que dos años más tarde se optó por construir en su lugar el actual, de estilo neoclásico. Según estos expertos, los análisis confirman que las galerías están elaboradas con piedra de Villamayor, ampliamente utilizada en la capital salmantina. El análisis estilístico y los sistemas constructivos llevan también a estos expertos a evidenciar la procedencia del monumento.
La Generalitat inició el pasado octubre los trámites para declarar la pieza Bien Cultural de Interés Nacional en la categoría de monumento histórico, a pesar de que inicialmente se había considerado una recreación. La nueva consideración de este conjunto arquitectónico comportará la prohibición de parcelación, edificación o derribo en la zona afectada, aunque la Generalitat podrá autorizar la realización de obras que no perjudiquen los valores culturales del monumento.
El claustro, que anteriormente estuvo ubicado en el barrio madrileño de Ciudad Lineal, donde permaneció instalado de 1931 hasta 1959, fue trasladado entonces y reconstruido pieza a pieza en Palamós en 1959. El conjunto presenta una planta completamente cuadrada de poco más de veinte metros de lado y de una extrema regularidad. De sus cuatro pórticos originales, sólo dos están completamente alzados, los de los costados norte y este, mientras que los otros dos sólo cuentan con el podio que apenas sobresale del suelo.
Por lo que se refiere a las partes esculpidas, éstas se dividen entre capiteles que combinan en su temática los repertorios de carácter vegetal con los de bestiario, junto a alguna excepcional pieza historiada con figuración humana y sencillos elementos de ornamentación arquitectónica.