Primero fue Arturo Pérez-Reverte y su Quijote profiláctico -una adaptación 'rigurosa, limpia y sin obstáculos'-, es decir, la edición popular de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha adaptada por el novelista y académico, quien ha podado el texto y refundido unos capítulos con otros. Ahora, la Real Academia Española (RAE) ha presentado una nueva edición crítica del Quijote del apócrifo Alonso Fernández de Avellaneda, junto con otros dos títulos: Diálogo sobre la vida feliz y Epístola exhortatoria a las letras, de Juan de Lucena, e Historia de los indios de la Nueva España, de fray Toribio de Benavente, «Motolinía». Estos son los tres primeros volúmenes de la serie Anejos de la Biblioteca Clásica de la Real Academia Española.
La edición se suma a las celebraciones cervantinas —en 2015 se cumplen cuatro siglos de la aparición de la segunda parte del Quijote y en 2016 se conmemora el 400 aniversario del fallecimiento del autor-. Se trata, aseguran los académicos, de un texto mejorado en el que se recorren los entresijos y misterios que rodean esta versión escrita para contraponerse a la edición de Cervantes, y de cuya autoría sobran las hipótesis.
Con el título Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, el volumen cuenta con un estudio que analiza este apócrifo del Quijote, con edición, análisis y notas de Luis Gómez Canseco. Un volumen que conmemora los 400 años de su edición en 1614. El director de la RAE, Darío Villanueva, se ha mostrado convencido de que esta colección "es necesaria e imprescindible y nace con la vocación que Antonio Machado atribuía a la poesía: la palabra esencial en el tiempo", en contra de "la moda del libro postmoderno" que se da en la actualidad. "Creemos que tenemos que dar la batalla en el libro de fondo, el libro que construye la memoria cultural de una lengua de un país o de una civilización", dijo.