La mayoría de los expertos en psicología infantil lanzan la misma advertencia: uno se ha de preocupar sobre la llegada de la adolescencia de su vástago casi desde el momento en el que nace, cuando la criatura apenas tiene unos meses. Después, cuando aparecen los primeros signos de la pubertad, con los cambios físicos y las primeras señales en el comportamiento, puede ser demasiado tarde para enfrentarse al cóctel de hormonas que llega.
Así, a medida que la personalidad de los más pequeños comienza a adquirir prestaciones, uno recurre pronto a cuentos como El monstruo de colores, que les ayuda a identificar y ordenar las emociones, una tarea similar a la que asumieron los responsables de la película de Pixar Del revés, estrenada en 2015, con la que, eso sí, se consiguió que tanto niños y mayores se conocieran mejor. Pero, ¿qué ocurre después? ¿Qué pasa cuando la ira, la alegría, la tristeza, el asco y el miedo reciben la visita de nuevos inquilinos en el centro de mandos? ¿Qué hacen los padres, desesperados por entender lo que ocurre en la cabeza de sus pequeños?
El estudio de animación Pixar no ha querido desaprovechar la oportunidad de sacar rédito de uno de sus mayores éxitos y por ello llega a los cines esta semana Del revés 2, una secuela que las salas de cine esperan como agua de mayo ante la sequía en la venta de entradas y que busca repetir el mismo efecto entre el público con una fórmula idéntica de diversión y aventuras, pero sin ceder ni un milímetro en el terreno al factor riesgo.
En esta continuación de la historia, Riley, la encantadora niña a quien vimos crecer en la primera parte, se levanta un día con sentimientos contradictorios e imprevisibles, y un fuerte olor corporal. Algo ha cambiado en su cuerpo y su comportamiento se ha sofisticado con nuevas emociones que llegan para asumir el control de los altibajos emocionales y los nuevos desafíos que se presentan con la pubertad. Ansiedad, Envidia, Vergüenza, Aburrimiento y la aparición tímida de Nostalgia son los nuevos invitados, que se harán con el control de esta nueva etapa.
"El resultado no es más que una divertidísima secuela llena de alegría, bromas y aventuras, una película impecable que ya hemos visto en otra ocasión"
Como carta de presentación, esta segunda parte es muy atractiva. Sin embargo, para esta redactora de Vozpópuli el resultado no es más que una divertidísima secuela llena de alegría, bromas y aventuras, una película impecable que ya hemos visto en otra ocasión. Pixar está considerado desde hace tiempo como ese alumno brillante y con gran potencial que no obstante se ha quedado adormilado y que pretende sacar jugo de sus buenos resultados durante un tiempo. El estudio que adquirió Disney hace unos años que está de capa caída y, aunque tiene el control de la fórmula, su único logro consiste en reproducirla y desaprovechar, por tanto, todo con que esta fascinante etapa -la pubertad y la adolescencia- puede ofrecer.
Si el reto emocional al que se enfrenta Del revés 2 no se aprovecha al máximo y se recurre tan solo a la escuadra y el cartabón, teniendo en cuenta que el resultado será bien recibido por los espectadores ¿Quién estaría dispuesto entonces a ver una tercera parte, centrada en la edad adulta? Caminar sobre seguro puede convertirse en la vía más rápida para destruir aquello que mejor se le puede dar a uno.
Del revés 2 y el apego a la fórmula
Más allá de la pérdida de oportunidad, de la falta de frescura o de originalidad, Del revés 2 funcionará en los cines porque aprueba con nota en el apartado de la diversión, porque las nuevas emociones son personajes muy simpáticos que dan juego y que casan muy bien con los antiguos inquilinos, porque recurre de nuevo al juego de capas de lectura y a los guiños a los adultos, y porque, en definitiva, para el público resultará sencillo reencontrarse con una historia que le suena familiar.
Incluso merece un gran aplauso que se incluya sin pudor esa emoción, la ansiedad, que acapara tantas cabezas, las de los adolescentes y los adultos, para que el espectador se mire en este espejo animado y para que el pequeño comprenda lo que viene en la vida.
Sin embargo, el apego a la fórmula que tan bien funciona conseguirá que quien salga de la sala después de hora y media de diversión y estímulos placenteros se olvide demasiado rápido de lo que acaba de ver y Pixar, precisamente, siempre ha destacado por lograr justo lo contrario. Este estudio, que no recibió las mejores críticas tras Lightyear y Elemental, se la juega con este estreno, que debería servir para tomar oxígeno.