Cultura

Ledicia Costas: "Cuando investigué sobre brujería, vi webs que echan las cartas por videollamada de WhatsApp. Ese mundo es un delirio"

La escritora viguesa presenta 'Piel de cordero', un libro oscuro, que mezcla la fantasía con la realidad

  • La autora, Ledicia Costas, en el Pazo de Oca

"Si te cruzas con la Santa Compaña tienes que dar tres vueltas y escupir al suelo. Si llevas agua bendita, haz un círculo de protección en la tierra y espera a que pasen sin moverte y sin coger la cruz que porta el vivo que preside la procesión, si es que te la ofrece", esta es una de las múltiples creencias populares que durante años ha ido de boca en boca. Sobre estas vivencias, costumbres y creencias de hace siglos habla 'Piel de Cordero' (Editorial Destino) de Ledicia Costas, una historia de fantasía con numerosas referencias a remedios naturales, ritos y creencias.

La novela mezcla la historia de dos mujeres en épocas diferentes. Dos historias que aparentemente no tienen nada en común, pero que se entrelazan entre sí. La primera parte relata la historia de una familia de brujas, Catalina y Elvira, que son perseguidas por la Inquisición. La segunda parte de la novela narra como Lola, una mujer escéptica, se adentra en el mundo del tarotismo y de las adivinas debido a una crisis existencial. 

Dentro de este "mundo mágico" la autora viguesa expone realidades como la violencia obstétrica, el duelo o la violencia machista.

En Vozpópuli hemos hablado con Ledicia sobre esta nueva novela y de cómo la magia forma parte de la espina dorsal de Galicia. 

Pregunta: ¿Qué le llevó a hablar de la Inquisición y de las brujas?

Respuesta: Siempre me ha interesado el mundo de los sobrenatural, todo lo que tiene que ver con los fantasmas, los espíritus… De hecho, casi toda mi obra infantil transita por esos temas. Tengo muchos libros de fantasmas para niños. Me gusta romper el tabú de la muerte con humor porque me siento bastante cómoda haciendo humor macabro.

En este sentido, el tema de la brujería me llega por varias vías. Por un lado, esto que te comento de que me gusta mucho la fantasía y todo lo relacionado con lo sobrenatural. Pero es que además, de pequeña, vivía al lado de la casa de una bruja. Supongo que eso ha hecho que me interese siempre ese lado mágico de las personas que tienen talentos, que dicen que son capaces de leer las cartas o saber qué es lo que te va a pasar. Así que me animé a investigar.

P: ¿Cómo se ha documentado para realizar esta novela?

R: Tenía muchísimos libros en mi casa sobre estos temas. Desde ‘Grimorios’ al libro de ‘San Cipriano’. De hecho, con 13 años ya tenía mi primer libro de ‘San Cipriano’ que conseguí en una tienda de segunda mano. Es un libro precioso con las tapas de terciopelo y letras doradas.

Además, en Galicia hay mucho arraigo cultural de estas temáticas. A día de hoy la gente sigue yendo a ver a brujas y no solo allí, porque aquí en Madrid o en Andalucía también pasa. Pero sigue siendo bastante tema tabú y no es algo de lo que la gente hable abiertamente. Pero gracias al boca a boca y al ir preguntando hice mi propio recorrido. Para documentarme también visité a muchas de estas mujeres.

Lo que sí que me preocupa es que haya personas que se aprovechen de otras que están en situación de vulnerabilidad. Me interesaba también profundizar en toda esa cuestión. Cuando empecé a investigar vi cosas como que había webs donde te ofrecen echarte las cartas a través de videollamada de WhatsApp. Todo ese mundo es un delirio y me interesaba unir esas dos partes: la de la tradición de las curanderas, las que usaban todos esos conocimientos de las plantas que eran casi como doctoras y lo que hay en la actualidad, que es un variado.

Estuve meses leyendo de manera compulsiva para luego poder escribir la novela.

P: ¿Por qué tiene tanto protagonismo la muerte durante toda la novela?

R: Es algo que me preguntan mucho porque siempre escribo sobre la muerte. La verdad es que no es algo que haya analizado. Creo que en Galicia tenemos una relación muy especial con la muerte y que se convive con ella de una manera en la que quizás no se hace en el resto de España. Siempre me ha interesado el mundo gótico, lo oscuro, las historias sobre vampiros o de ultratumba y al final me convertí en una autora que escribe sobre sobre la muerte. He tirado por ahí porque es lo que me estimula.

P: ¿Diría que ‘Piel de Cordero’ es un libro oscuro?

R: Es oscuro, es radical, es hiperbólico y también es fatalista, pero a la vez es muy constelación literaria. Hay episodios que son desgarradores. Aún así, también es una novela muy reivindicativa porque habla sobre la rebeldía y sobre atreverse o no. Narra la historia de dos mujeres que se rebelan, con consecuencias distintas, porque viven en momentos históricos diferentes. Es un libro que habla sobre las violencias que heredamos, como la obstétrica, que es una cuestión de la que parece que se está empezando a hablar ahora.

P: La novela empieza y acaba con la imagen de un parto brutal...

R: Efectivamente, el libro comienza con un parto monstruoso. Pero es que yo tengo amigas que han tenido partos así y que en ese momento se le quitaba peso e importancia a lo que había pasado. Al final, aquello de lo que no se habla es como si no existiese. Por eso acabo incidiendo en esas cuestiones sociales que nos afectan y nos interesan. Supongo que el hecho de haber empezado con un parto me llevó a hablar de la violencia obstétrica en la actualidad, pero no es algo que diseñara previamente. Me gusta mucho esa forma tan visceral de concebir la literatura. Yo soy una escritora sobre todo instintiva y el resto surge por el camino.

P: Pero además, también habla del aborto en la Sanidad Pública

R: Hay un estigma sobre las mujeres que sufren un aborto. Creo que sienten de alguna manera que han fracasado porque no han cumplido su misión. Me parece durísimo, es algo que a veces produce vergüenza y ese estigma me parece súper injusto.

También conozco a muchas mujeres que han sufrido episodios de este tipo. Me han contado cosas de manera muy explícita, por eso también lo cuento con tanto detalle. De hecho, en Ourense se me acercaron en la firma dos enfermeras porque justo había salido en la prensa un artículo sobre las condiciones terribles en las que se encontraba el Hospital Materno. Se les caía el techo, había episodios de violencia obstétrica… a veces se dan unas coincidencias increíbles. Creo que lo que produce más horror del libro es precisamente que siendo una novela que habla sobre brujería hay algunas escenas que son perfectamente verosímiles.

P: ¿Cuántos de esos conjuros o brebajes que aparecen en el libro son reales?

R: No me he inventado nada de la primera parte del libro. Todo lo que aparece en la parte de Catalina: las aplicaciones de las plantas, los usos naturales que tienen o los efectos que pueden provocar, todo eso lo he encontrado en algún sitio. Intento que no se note y que el lector se pregunte si es verdad o no, pero si tiene curiosidad y busca, verá que todo está basado en datos. Me gusta ser rigurosa, en la medida de lo posible, porque se trata de una historia de ficción.

P: ¿Siguen existiendo a día de hoy esas meigas?

R: Están operativas y están trabajando, lo que pasa que la gente no dice que va. De hecho, en Galicia, cuando alguien tiene varios problemas encadenados es muy común decir: “Voy a tener que ir a una bruja”. Está muy interiorizado. Las componedoras o curanderas están en activo. Hay de todo tipo y están ahí. Si te fijas a tu alrededor verás muchos negocios donde venden cosas relacionadas con este mundo.

P: ¿Y sigue habiendo tabú o estigma en torno a este tema?

R: Sí y además creo que incluso ha ido a peor. Te voy a poner un ejemplo. Rubiales tuvo las narices de decir que lo que se estaba haciendo contra él era una caza de brujas. Vamos a ver, las brujas fueron mujeres señaladas por los hombres. Mujeres a las que se les acusaba de brujería para perseguirlas y asesinarlas, ¿se puede manipular tanto el lenguaje y retorcerlo de esa manera? Que Rubiales diga eso es casi un insulto al lenguaje.

P: Por ultimo, ¿un libro que recomiende?

R: Pues recomendaría ‘El cuerpo de cristo’. de Bea Lema y ‘La seducción’ de Sara Torres, este último es el que me he comprado en la Feria del Libro.

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