Una inmensa puesta de sol despereza a todos los animales que se reactivan y avanzan en una misma dirección, mostrar los respetos al príncipe heredero del reino que acaba de nacer. Un plano aéreo sigue a un loro que llega ante una formación rocosa que sirve de balcón ceremonial donde espera el orgulloso padre y rey de todos los animales, el león Mufasa. El joven príncipe Simba recibe la bendición en su frente con un líquido y ceniza de Rafiki, el anciano y sabio mandril que hace las veces de sacerdote. En 3 minutos de película, el director ya ha hecho una presentación de personajes propia del arranque de El Padrino y ha emocionado hasta al más republicano de la sala con una sucesión de planos magistrales sobre una canción que automáticamente ha quedado grabada en el cerebro del espectador.
Hace 30 años que los espectadores estadounidenses llenaban las salas para ver lo que se estaba convirtiendo en un clásico del cine moderno. Después del éxito en la adaptación de cuentos clásicos como La sirenita, de 1989 o Aladdín de 1992; en 1994 subió la apuesta y representó la historia de Hamlet de Shakespeare con El Rey León. Aquella corte medieval danesa del clásico inglés se trasladó a la sabana con importantes toques de mitología africana. Pero la historia central seguía siendo la misma: un joven príncipe cuyo padre, el rey, es asesinado por su propio hermano (el tío del príncipe), quien usurpa el trono. Al igual que en Hamlet, el protagonista lucha por el legado de su padre, que se le aparece de forma espectral, y finalmente consigue vengar su muerte y recuperar su lugar legítimo en el trono, en este caso de una forma mucho más feliz para Simba que para el príncipe shakespeariano.
Aunque es considerada una cinta infantil, Disney volvió a traumar a su público con la muerte del padre en una escena de pura acción con un final desgarrador. También acongojaba el carismático villano y el sulfúreo desfile nocturno de hienas, de corte fascistoide al más puro estilo del Triunfo de la voluntad de Leni Riefenstahl.
Estábamos viviendo una década dorada en la industria de la animación en la que Disney se superaba año tras año y, todavía sin la categoría de mejor película de animación, colaba cada año nominaciones a los Oscar a la mejor banda sonora y a la mejor canción original. La lista es de tal nivel que no es nada aventurado compararla con la década dorada de los años treinta. Este renacimiento produjo La Sirenita (1989), La Bella y la Bestia (1991), Aladdín (1992), El Rey León (1994), Pocahontas (1995), El jorobado de Notre Dame (1996), Hércules (1997), Mulán (1998) y Tarzán (1999).
La categoría de la mejor canción llegaba a colapsar las nominaciones en años como este del Rey León en el que hasta tres canciones de la misma cinta compitieron por la estatuilla, resultado ganadora "Can You Feel the Love Tonight" con música: Elton John y letra de Tim Rice, traducida al español como "Es la noche del amor". La película también consiguió el premio a la mejor banda sonora, a cargo de Hans Zimmer, Elton John y Tim Rice, y el disco vendió más de 10 millones de copias en Estados Unidos.
Éxito en taquilla y éxito en teatros
El proceso de animación de El Rey León fue sumamente complejo y laborioso. Se realizaron investigaciones exhaustivas en las que los animadores viajaron a parques naturales de Kenia para plasmar de una forma realista la vida salvaje, los movimientos y el comportamiento de los animales. Así como los paisajes africanos para asegurar la autenticidad en el diseño de los escenarios. Además, se utilizaron tecnologías avanzadas para la época, como la animación por ordenador en la famosa escena de la estampida de ñus, lo que agregó un nivel de dinamismo y realismo sin precedentes en la animación.
El estreno de El Rey León fue el 15 de junio de 1994, en España hubo que esperar hasta el 8 de noviembre, y fue recibida con un entusiasmo abrumador. En su primer fin de semana en cartelera, la película recaudó más de 40 millones de dólares, rompiendo récords de taquilla para una película animada. La crítica también fue mayoritariamente positiva, elogiando su historia, música y calidad de animación.
Su impacto cultural fue tan grande que en 1997 se adaptó en un exitoso musical de Broadway, dirigido por Julie Taymor, que continúa siendo uno de los más longevos y exitosos de la historia, y que en su versión española cumplirá este otoño 13 años siendo el show más exitoso de la Gran Vía.
gwy
¿En qué parte de Hamlet el protagonista se pasa años fuera de su hogar? ¿También conspira la madre de Simba para liarse con Scar?
carlorosebud
Qué barbaridad... era necesario semejante dosis de almíbar para una película nefasta? En serio hay que recurrir a los clásicos para poder enmarcar esta basura? Y pagan el artículo?
gwy
"Una inmensa PUESTA DE SOL..." Y ahí lo he dejado. Madrelmorhermoso, qué rigor.... La Edad de Oro del Periodismo....
Joselo23
Eran otros tiempos, ahora Disney está en estado de descomposición.
marifaifa
De acuerdo totalmente con usted, sobre todo en lo del barrio chungo de la p*** Cataluña, yo no piso por allí ni aunque me regalen una semana en hotel de 5 estrellas.
oselote
Al sacar Sanchez al tio Paco del traje de pino, saco tambien del armario fa_chilla a los voxeros. Ahora "mola" el nacionalismo espagnol, que es el bueno, el catalan y espagnol no, jajaja
Begonhonotineneconho
Y asi fue como poco a poco, producción a producción, fueron lavando el cerebro de la masa.