El equilibrio puede ser un estado perfecto pero también lleva consigo la ansiedad, el terror y el riesgo de perder. La cineasta peruana afincada en España Claudia Llosa, una de las voces más interesantes del cine actual, aborda el misterio, la armonía y la belleza de los miedos de la maternidad en Distancia de rescate, la adaptación de la novela homónima de Samanta Schweblin, protagonizada por la española María Valverde y la argentina Dolores Fonzi, con la que compitió por la Concha de Oro en la pasada edición del Festival de San Sebastián.
La suya ha sido una de las películas que más interés despertó en el certamen donostiarra y que mejores críticas cosechó, a pesar de haber pasado desapercibida en el palmarés. Este miércoles llega a los cines y el próximo 13 de octubre podrá verse en Netflix, plataforma que se encuentra tras este `proyecto. Con motivo de su estreno en el marco del Festival de San Sebastián, la directora -galardonada con el Oso de Oro en Berlín con La teta asustada (2009)- y una de las actrices protagonistas, Dolores Fonzi, han hablado con Vozpópuli sobre las claves de esta adaptación.
Distancia de rescate es uno de esos títulos que fue rodado antes de la pandemia y que ha permanecido en la nevera todo este tiempo. La historia, que se rodó en la Patagonia chilena, se desarrolla en la Argentina rural, donde una mujer, Amanda (la española María Valverde) llega para pasar sus vacaciones con su hija y conoce a la misteriosa y atractiva Carola, interpretada por la argentina Dolores Fonzi. La forastera, siempre preocupada por el bienestar de su pequeña, calcula siempre la distancia de rescate, es decir, el tiempo suficiente para evitar la tragedia sin caer en la sobreprotección.
Cuando uno es padre lo entiende de manera muy visceral: este balance tan difícil para darle la libertad a un nene para que explore, que se convierta en sí mismo, cometa errores y disfrute de la vida, y al mismo tiempo tener esa necesidad de estar cerca para protegerlo", afirma Claudia Llosa
"Cuando uno es padre lo entiende de manera muy visceral: este balance tan difícil para darle la libertad a un nene para que explore, que se convierta en sí mismo, cometa errores y disfrute de la vida, y al mismo tiempo tener esa necesidad de estar cerca para protegerlo. ¿En qué momento dejé mucho, en qué momento solté mucho la mano? Esa angustia de estar siempre tratando de saber si es suficiente, o si es muy poco, si arriesgas más", reflexiona la directora.
A pesar de los cambios para la mujer en el último medio siglo, especialmente en el entorno laboral, Llosa -sobrina del premio Nobel Mario Vargas Llosa- cree que a pesar de todos los movimientos "el concepto de la maternidad no se ha redefinido de la misma manera" y considera que "sigue habiendo algo muy sacro". A su juicio, "cambiar esos patrones y redefinir el concepto de lo materno a nivel simbólico es muy importante para construir nuevas relaciones sociales que permitan salir de viejos patrones, romper viejas estructuras más inamovibles, más esquemáticas".
Pero más allá de la maternidad, esta distancia de rescate también es una denuncia medioambiental, algo "muy identificable y claro" que se siente "físicamente en la película". En este sentido, la directora se pregunta hasta qué punto se ha sobrepasado esa distancia de rescate y si el mundo ya vive instalado en la tragedia.
El consumo "voraz" y el fin de las barreras
El festival de San Sebastián es uno de los certámenes que no cierran las puertas a las producciones que estrenan las plataformas. En este sentido, Llosa ha señalado que en la actualidad "las barreras se han difuminado", por lo que no ve diferencias entre hacer una película para una plataforma o no. "Son momentos muy paradigmáticos, todo está cambiando. El consumo es muy voraz y lo que se consigue en un año de trabajo se consume en un fin de semana", reflexiona. Lo importante para Llosa es tener presencia en los festivales, que "siguen protegiendo voces nuevas", así como "seguir apoyando a nuevos autores".
Ahora, cualquier actor puede tener una idea y gestionarla, cualquier director puede hacer una serie en otro país. La globalización nos vino bien en ese sentido", señala Dolores Fonzi
Por su parte, la actriz Dolores Fonzi opina que "el cine ya no es lo que era" y que los caminos han "cambiado completamente". En cualquier caso, se refiere a una "democratización de la ficción", que permite la existencia de "muchas series con actores que no son conocidos". "Ahora, cualquier actor puede tener una idea y gestionarla, cualquier director puede hacer una serie en otro país. La globalización nos vino bien en ese sentido. Antes era impensable que yo hiciera una película con una actriz española", sostiene.
Otro de los debates vivos es la conveniencia o no de eliminar el género de los premios a la mejor interpretación, tal y como ha hecho el Festival de San Sebastián a partir de la pasada edición. "Es extraño. ¿El mundo está preparado? ¿Elegirán a una actriz para que no quede machista el premio? Entonces, será machista de cualquier manera porque eliges a una actriz por ser mujer. Es complejo, porque existen los géneros", opina Fonzi.