Cultura

85 años de 'El mago de Oz', la primera 'factoría' de 'juguetes rotos'

Durante la época dorada de Hollywood aparecieron varios talentos jóvenes que prometían mucho pero la fama les llevó por mal camino. Ejemplo de ello es Judy Garland, que llegó al estrellato con la mítica producción de 1939 y, desde entonces, su vida fue cuesta abajo

Este 2024 se cumplen 85 años del estreno de una de las películas más emblemáticas de la historia del cine: 'El mago de Oz' (1939). Una de las primeras producciones en utilizar el technicolor, destinada a un público infantil y que, además, es considerada como Memorias del Mundo por la UNESCO. Sin embargo, su rodaje estuvo lleno de dificultades y polémicas. Prueba de ello es la protagonista del largometraje, Judy Garland, uno de los primeros 'juguetes rotos' de Hollywood, que aspiraba a tener un futuro brillante y terminó con una trágica vida.

El famoso papel de Dorothy casi es encarnado por Shirley Temple, otro de los jóvenes talentos de la época. Finalmente, fue Garland quien se quedó con el papel. La actriz, de entonces dieciséis años, iba a interpretar a una niña de doce, por lo que para disimular su pecho fue obligada a llevar un apretado corsé.

Asimismo, también tuvo que usar una peluca rubia y maquillaje en exceso, el cual terminó siendo eliminado porque le daban un aspecto agrandado. De hecho, a lo largo de la película se le pueden apreciar diferentes peinados a Dorothy, reflejando la disparidad entre los distintos directores que pasaron por el set.

Pero, esto es simplemente un pequeño suceso de todos los horrores que pasó Judy Garland en el rodaje de 'El mago de Oz'. Sufrió acoso sexual, como se pudo saber posteriormente, a lo que se le suman las humillaciones del magnate de la productora -Metro Goldwyn Mayer (MGM)-, Luis B. Mayer, lo que le importunó una gran inseguridad en ella debido a insultos como "mi pequeña jorobada" o "cerdita gordita". También fue espiada por su doble y entrenadora personal, Barbara Bobbie Koshay, ordenada por el estudio.

La productora hacía lo que quería con Judy, sometiéndola a rodajes exhaustivos y pastillas para no dormir. La madre de la actriz fue quien, con tan solo trece años, explotó su prodigiosa voz hasta que alguien se interesó por ella. El camino de baldosas amarillas le llevó a su único Oscar y su estrella poco a poco se fue apagando.

La vida de Judy Garland no fue a mejor a lo largo de los años. La adicción a las anfetaminas, calmantes y alcohol, y otras secuelas que le dejó el rodaje de 'El mago de Oz' derivaron en múltiples tratamientos de desintoxicación y el paso por distintos psiquiátricos tras el nacimiento de su hija, Lizza Minelli. Además, estuvo casada cinco veces y tuvo otros dos hijos. Tras varias crisis nerviosas, ataques de ansiedad e intentos de suicidio, sufrió una sobredosis el 22 de junio de 1969.

Judy Garland

Shirley Temple, aunque no acabó siendo Dorothy, su experiencia en el mundo del cine no fue muy distinta a la de Garland. En 1934 se convirtió en la primera actriz infantil hollywoodiense y era la niña mejor pagada en la época. Sin embargo, la ricitos de oros fue explotada por las big five.

Mientras la megaproductora Fox se llenaba los bolsillos con obras como 'La pequeña coronela' (1935) o 'Heidi' (1937), a la pequeña solo le pagaban 13 dólares mensuales. A su madre le ingresaban 250 dólares a la semana, a lo que se le sumaba un plus de 15.000 o 35.000 al finalizar cada película. No obstante, Temple acabaría confesando que su padre se quedaba con la mayoría del dinero que ganaba.

Escritores de la época, como Graham Green, comentaron la sexualización que se apreciaba en algunos de los personajes que interpretaba Shirley Temple, como el Cupido medio desnudo de 'La simpática huerfanita' (1935). En el caso de Green, despreciaba las producciones en las que aparecía la pequeña, las cuales consideraba "depravadas". Además, se refería a ella como "la pequeña zorra". El escritor y la revista donde publicaba sus artículos, Night and Day, fueron demandados por 3.500 dólares cada uno por Fox debido a daños y perjuicios a la productora y a la actriz.

James Dunn y Shirley Temple en la película de 1934 'Ojos cariñosos'wikicommons

Al igual que otras actrices jóvenes de Hollywood, cuando Shirley creció, la industria se desinteresó en ella y el punto de no retorno fue cuando no terminó participando en 'El mago de Oz'. A partir de ahí, sus largometrajes dejaron de ser tan exitosos y pasó a ocupar personajes secundarios en su adolescencia.

Su primer marido, a sus diecisiete años, terminó siendo un alcohólico que le era descaradamente infiel mientras ella estaba embarazada. Pero, los años de penuria llegarían a un fin con Charles Alden Black, quien le introdujo a la política. Shirley Temple, al contrario que otros niños hollywoodienses, no culpó a la industria de su trágica vida.

Elizabeth Taylor también fue una de las promesas del cine, debutando a los nueve años. A los once, su papel en 'Lassie' (1943) le otorgó un contrato con MGM. Un año después se convertiría en estrella gracias a 'Fuego de juventud' (1944). Su aspecto físico más maduro la catapulto a un cine más adulto a una temprana edad, en donde sus personajes eran habitualmente sexualizados.

Su carrera profesional se vio perjudicada en más de una ocasión por su vida personal. Se casó en ocho ocasiones con siete hombres distintos. Pero, su mayor escándalo amoroso fue cuando acabó contrayendo matrimonio con Eddie Fisher. Su romance comenzó cuando Fisher era aun el marido de Debbie Reynolds, la mejor amiga de Taylor. Esto supuso la ruptura de amistad entre ambas.

Las tragedias de la actriz, conocida por sus bonitos ojos, pueden verse en el documental de HBO 'Elizabeth Taylor: las cintas perdidas'. En él confesó que siempre quiso alejarse del mundo de la actuación, ya que odiaba que su belleza la hubiese encasillado en un tipo de papel y quería reprimir la imagen de 'sex symbol' que reflejaban sus personajes.

Linda Blair fue otra de las jóvenes víctimas de Hollywood. A sus trece años saltó al estrellato en 1973 interpretando a la niña de 'El Exorcista' y a los catorce ya era adicta al alcohol y las drogas. Un año después comenzó una relación con el cantante australiano Rick Springfield, diez años mayor que ella.

En 1977, Blair acompañó a Springfield al funeral al cantante de la banda Lynyrd Skynyrd, Ronnie Van Zant. Allí, una redada policial terminó con la actriz siendo detenida por tráfico de cocaína y posesión de anfetaminas. Después de tres años en libertad condicional y rehabilitación, acabó retirándose.

Los 'juguetes rotos' del cine español: Joselito y Marisol

El cine español, al igual que Hollywood, también recurrió a jóvenes promesas. Los mayores ejemplos son Marisol y Joselito, que protagonizaron distintas películas de las décadas de los 1950 y 1960, como 'El pequeño ruiseñor' (1956) o 'Tómbola' (1962).

Joselito, apodado como "el niño ruiseñor" o "el niño de la voz de oro", fue descubierto por un electricista cuando cantaba en bares para conseguir unas monedas y ayudar en casa. El hombre lo llevó al programa radiofónico 'Cabalgata fin de semana', donde comenzó su camino a la fama.

De origen humilde, la talentosa voz de Joselito deslumbraba a todo el que la oía ya a sus cuatro años. Su aparición en 'Cabalgata fin de semana' llamó la atención del productor cinematográfico Cesáreo González, quien le consiguió un buen contrato. Su gran éxito en España le llevó al otro lado del charco, la entonces conocida como Hispanoamérica.

Sin embargo, el triunfo internacional sobrepasó a Joselito. Al crecer, el interés de la industria cinematográfica en "el niño de la voz de oro" desapareció. El prodigio fue acusado de narcotráfico, fue encarcelado y adicto a la heroína.

De hecho, en entrevistas ha confesado que se arrepiente de la infancia que tuvo y que llegó a tener pensamientos suicidas. Además, reveló que su representante se aprovechó de él económicamente, llevándole a la ruina.

Marisol fue otra de las grandes promesas del cine español del siglo pasado. Comenzó en la industria en 1960, a los doce años, con el pelo teñido de rubio porque quedaba mejor en la pantalla. Desde entonces, su éxito creció estrepitosamente; llegando a Japón y Estados Unidos, donde participó en "El show de Ed Sullivan".

A los quince años tuvo una úlcera en el estómago a causa del estrés que sufría. El estrellato de Marisol continuó creciendo, pero Pepa Flores comenzó a rebelarse cada vez más contra la industria que la tenía sometida, lo que le ayudó a poco a poco salir de ella. "Los años de mi niñez me hicieron vivir una vida monstruosa y vacía. Lo peor es que yo tenía conciencia de todo, porque me pagaban para mantener a los míos", dijo en una entrevista.

'El mago de Oz' y el rodaje de los horrores

El film de 1939 ha pasado a la historia del cine por muchas cosas, una de ellas su desastroso y polémico rodaje lleno de desdichas. Los actores pasaban largas horas en el set, ya que debían estar a las 4 de la mañana para comenzar su caracterización y hasta las 20 horas no terminaban. Las jornadas llegaron a durar hasta doce horas.

Además, debido a lo aparatosos que eran sus trajes, tenían que comer con ellos: una dieta basada en líquidos porque no podían masticar. A esto se le suma que un total de cinco directores pasaron por la producción.

La primera 'víctima' de 'El mago de Oz' fue Buddy Ebsen, que interpretaba al Hombre de Hojalata. El polvo de aluminio que usaban para caracterizarle le causó una intoxicación en los pulmones que le llevó al hospital, tan solo diez días empezado el rodaje. Ebsen abandonó la producción y fue sustituido por Jack Haley, al que se le aplicó una pasta plateada para evitar los errores cometidos.

'El mago de Oz' (1939)ep

La actriz Margaret Hamilton, que caracterizaba a la bruja mala del Oeste, sufrió quemaduras graves -debido al maquillaje que utilizaba- en una escena donde su personaje aparece entre fuego. En este caso, Margaret sí volvió al set, pero se negó a volar en una escoba de la que salía humo. Para ello se contrató una doble, quien también terminó herida gravemente debido a un fallo en el mecanismo.

Toto, el perro de Dorothy, también resultó lastimado en la realización del largometraje. Se rompió la pata después de que le pisaran accidentalmente. Por otro lado, para la mítica escena de nieve de la película, lo que se utilizaba era amianto, una sustancia cancerígena que llevaba años prohibida. No obstante, no se sabe que ningún profesional del set sufriera consecuencias por ello.

Las altas temperaturas en el estudio, que alcanzaban los 40 grados, fue otro de los grandes horrores en el rodaje. El León Cobarde fue el que peor lo pasó. Su traje estaba hecho con piel de león auténtica, lo que le ocasionaba fuertes sudores. Por las noches era lavado, pero no se pudo eliminar el olor.

Esto son solo algunos de los horrores -que se saben- del rodaje de 'El mago de Oz'. El funcionamiento de la industria cinematográfica antes, poco tiene que ver con el de ahora -aunque los rodajes siguen siendo exhaustos-. Asimismo, el prestigio del séptimo arte y de los que trabajan en el, pasando de ser una profesión de segunda a uno de los trabajos soñados para muchos.

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