La democracia está en mal estado, muy mal estado. Ese es el único punto en el que coinciden los autores de algunos ensayos que se publicarán en el primer trimestre del año y que sin duda, tienen tantos puntos de vista como contraargumentos para desmontarlos. Algunos signos, en embargo, parecen inequívocos para muchos de ellos: el auge de un pensamiento único, el descrédito de las élites, el infantilismo político, la falta de consenso y el exceso de asambleísmo como simulacro de participación... A diferencia de unos cinco años atrás, cuando los libros de ensayo y pensamiento político gozaban de una cierta candidez -Hessel; el efecto del fenómeno ‘indignados’; el análisis económico como eje de la crisis política-, los que aterrizan en los catálogos de las editoriales además de ser menos en cantidad, son mucho más agresivos en sus tesis. Ante la creciente sensación de hartazgo entre los ciudadanos, los editores reducen el número de libros de tema político pero eligen para publicar los más ácidos y polémicos.
Contra la socialdemocracia es un ensayo que plantea que "denuncia del pensamiento único socialdemócrata" y de lo que sus autores llaman una "hegemonía cultural" de la izquierda
Para muestra de lo anterior, el libro Contra la socialdemocracia (Deusto), un volumen que se publica el próximo 17 de enero y en el que Almudena Negro y Jorge Vilches proponen una "denuncia del pensamiento único socialdemócrata" así como de lo que ellos llaman una "hegemonía cultural" de la izquierda. "El término socialdemócrata se ha pervertido en los últimos años hasta límites increíbles –aseguran-. Bajo el paraguas de un apelativo que, históricamente, ha supuesto respeto a la libertad de mercado, propiedad privada y sostenibilidad del Estado de Bienestar, se han incorporado los elementos más aterradores del intervencionismo más liberticida", explican refiriéndose a la socialdemocracia, "una categoría que ha asumido y blanqueado el mensaje populista marxista y hoy se encuentra ante una grave crisis de identidad. Teme el auge del populismo y a la vez lo legitima·. Esos son algunos de los elementos más resaltantes que defienden Negro y Vilches.
En plena crisis de actores e ideas políticas, se produce una profunda confusión de conceptos, así como el entumecimiento del discurso. ¿Qué ha pasado con el lenguaje de la política?
En plena crisis de actores e ideas políticas, se produce una profunda confusión de conceptos, así como el entumecimiento del discurso. ¿Qué ha pasado con el lenguaje de la política? ¿Por qué si nunca habíamos tenido tanto acceso a información como ahora ni tantas oportunidades para debatir, en lugar de presenciar debates rigurosos y sinceros, se propicia una especie de arena que muta del espectáculo al escepticismo? ¿Qué papel juega el lenguaje político? Esa es una de las preguntas que intenta contestar Mark Thompson en el libro Sin palabras (Debate). A través de un recorrido histórico a lo largo de las últimas cuatro décadas, Thomson muestra cómo los cambios sociales y tecnológicos han alterado de forma dramática el panorama político así como la manera en que abordamos y discutimos las cuestiones que nos afectan a todos. La retórica política, asegura Thompson, se ha convertido en algo dudoso y decrépito, y el recelo hacia los políticos no ha hecho más que contribuir al voto populista que promete autenticidad, honestidad y confianza. A través de personajes como Donald Trump y Sarah Palin, pero también Tony Blair o Silvio Berlusconi, Sin palabras muestra cómo el lenguaje público está perdiendo su capacidad real de explicar y conectar con la gente, cómo una ominosa brecha se está abriendo paso aquí en Occidente entre los gobernantes y los gobernados, y qué puede hacerse para vigorizar el debate político y la participación ciudadana para frenar el proceso que amenaza paralizar las democracias occidentales.
¿Por qué si nunca habíamos tenido tanto acceso a información como ahora ni tantas oportunidades para debatir, en lugar de presenciar debates rigurosos y sinceros, se propicia una especie de arena que muta del espectáculo al escepticismo?
De los libros que forman parte de esta selección, éste puede que sea uno de los más radicales o al menos el más heterodoxo. Se trata de Contra las elecciones (Taurus), del analista y ensayista belga Davi Van Reybrouck y que Taurus publica el próximo 16 de febrero. Su punto de arranque es tan claro como polémico y tiene que ver con el hecho de que las elecciones populares no siempre propician la democracia, al contrario: la entorpecen. Según su autor, así lo confirman los comicios más recientes en el mundo, de los cuales han salido electos los populismos basados en el miedo. Considerado uno de los intelectuales jóvenes europeos más prestigiosos, según Davi Van Reybrouck el objetivo inicial de las elecciones es en realidad excluir a la gente del poder mediante la selección de una élite que les gobernara. De hecho, durante la mayor parte de los 3.000 años de historia de la democracia, las elecciones no existían, los cargos se repartían usando una combinación de sorteos y voluntarios que se ofrecían, asegura Davi Van Reybrouck. A partir de estudios y ejemplos de todo el mundo, el libro presenta una propuesta real para una “democracia verdadera, una democracia que funcione de verdad”.
En las elecciones populares no siempre propician la democracia, al contrario: la entorpecen. Según su autor, así lo confirman los comicios más recientes en el mundo
También en el ámbito del discurso político y el poder, Paidós publica Porque lo decimos nosotros, una recopilación de textos de Noam Chomsky publicados en en los que el académico reflexiona sobre la función de lo comunal en la sociedad democrática y la influencia derechista en la sociedad estadounidense. Aborda, asimismo, temas que van desde la expansión del Estado islámico, pasando por la política nuclear, la guerra cibernética, el terrorismo, la NSA y la seguridad nacional. Con la intención de tomar distancia y aportar perspectiva al debate, el filósofo Ferrán Caballero da un paso atrás y procura aportar una lectura del clásico El Príncipe de Maquiavelo en una clave contemporánea que permite redefinir la amplitud teórica del debate contemporáneo. Así lo procura en Maquiavelo en el siglo XXI. Consejos para el ciudadanos español (Ariel).