Cultura

Los hermanos Foenkinos exploran las parafilias sexuales en su nueva comedia

Los hermanos franceses David y Stéphane Foenkinos analizaron alrededor de 250 parafilias sexuales diferentes y, de ellas, eligieron un total de seis para la trama de su nueva comedia, Las

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Los hermanos franceses David y Stéphane Foenkinos analizaron alrededor de 250 parafilias sexuales diferentes y, de ellas, eligieron un total de seis para la trama de su nueva comedia, Las fantasías, una cinta coral en la que exploran los límites del deseo a partir de las vivencias de seis parejas, que ponen en práctica algunos de sus deseos sexuales más oscuros y difíciles de entender, como el juego de rol, el exhibicionismo, la dacrifilia o la tanatofilia.

A pesar de estar consideradas por los expertos como parte de una vida sexual sana, lo cierto es que las parafilias aún se esconden, se ocultan y se evita hablar de ellas con naturalidad, un terreno muy fértil para la creación que los hermanos Foenkinos han aprovechado en su tercera película juntos, después de 'La délicatesse' (2011), basada en una novela de David, y 'Jalouse' (2018). Los directores se han basado en la cinta australiana The Little death (2014), que más tarde adaptó en España Paco León bajo el título de Kiki, el amor se hace.

Además de su capacidad de acertar con una propuesta que invita a la liberación sexual, los hermanos Foenkinos también han dado en la diana con un reparto formado por Ramzy Bedia, Nicolas Bedos, Monica Bellucci, Carole Bouquet, Suzanne Clément, Joséphine de Meaux, Joséphine Japy, William Lebghil, Denis Podalydès, Jean-Paul Rouve, Céline Sallette, Alice Taglioni y Karin Viard. Sobre esas parafilias, el amor en Francia, los tabúes, el poliamor o la rutina ha hablado Stéphane Foenkinos con Vozpópuli en esta entrevista.

Pregunta: ¿Por qué la rutina de las parejas es siempre carne de comedia?

Respuesta: Es nuestra historia, la de todos nosotros: podemos estar en pareja pero es verdad que esa pareja ha cambiado. Hay tantas maneras distintas de amar que en el momento en el que dos personas viven juntas la rutina permite como creadores inventar situaciones y al fin y al cabo la vida es a veces más sorprendente que las propias películas.

P: De las 250 fantasías sexuales que habéis identificado habéis elegido seis. ¿Por qué?

R: Nos gustó la idea de la película australiana y de ella guardamos un 10% o 15%, lo que nos permitió buscar una nomenclatura y un repertorio de todas las filias que existían. Nos gustaba mucho crear situaciones a partir de una idea de base, que por un lado nos permitía tener la comedia y por otro llevarla por ángulos distintos. En estas parejas descubríamos varias situaciones en relación al deseo. Hay algunas parejas que pueden tener la misma fantasía, otras que pueden sufrir la fantasía del otro, otras que se empiezan a dar cuenta de su deseo o fantasía, y teníamos que buscar motivaciones para cada historia.

P: A raíz de esta película, ¿ha pensado en por qué el deseo sigue siendo un tabú?

R: La sexualidad sigue siendo un tabú. Estamos todavía en una sociedad en la que se han fijado normas, hay unos códigos heredados de la sociedad judeocristiana que mantienen la sexualidad como un mal. A pesar de que tengamos ahora cada vez más al alcance, queda esta definición del deseo que es difícil compartir, por eso es uno de los temas más tratados en la ficción. En las series, en las películas, en el teatro o las novelas la sexualidad sigue muy presente y la gente se sigue haciendo las mismas preguntas de siempre.

P: A pesar del mensaje universal, ¿Cree en Francia se vive un concepto más tradicional de pareja que en otros lugares de Europa?

R: El amor a la francesa es la cocina, la habitación, muchas palabras y poca acción. Hemos intentado mezclar las dos cosas y estamos viendo que en estas parejas hay cosas que ya no les gustan. La película habla de la frustración porque creemos que todas las parejas de nuestra película se quieren, en distintos grados o a lo mejor no están en el mismo momento de la relación. Con el director de fotografía nos gustaba trabajar con películas míticas francesas de Chabrol o Truffaut de parejas que están en la cama. De alguna forma lo asociamos con imágenes de actores de antaño.

El modelo de pareja tal y como lo hemos conocido a lo mejor era solo un trampolín hacia nuevas vías. Lo más importante de todo esto es no juzgar", afirma el director

P: Amor, sexo, relaciones fluidas y poliamor. ¿Qué le dicen a usted las nuevas maneras de entender las relaciones?

R: Una de las cosas más importantes es enseñar que hay distintas maneras de amar y no imponer una manera única. Cuando hemos investigado y hemos hablado con jóvenes, hemos descubierto que muchos tienen miedo a el sexo sea una manera de hacer huir el amor. En este sentido, hemos heredado de otras sociedades, como la japonesa, en la cual se disocia cada vez más el sexo del amor. Va a ocurrir en un futuro. Por otro lado, la independencia general del placer de la mujer es muy importante, el descubrimiento y aceptar el deseo de la mujer, y estoy convencido de que cambiará las relaciones para bien. El modelo de pareja tal y como lo hemos conocido a lo mejor era solo un trampolín hacia nuevas vías. Lo más importante de todo esto es no juzgar.

P: Es la tercera colaboración con su hermano. ¿Cuáles los beneficios de trabajar con él?

R: Seguimos con ganas de estar juntos y yo no me veo en el mundo del cine solo. Tenemos la suerte de tener actividades muy distintas: él también es escritor y yo trabajo mucho en teatro y soy profesor. Me gusta mucho la formación y estar muy metido en los cambios de la época. Doy talleres a jovenes, a prisioneros y emrpesarios. El cine es una manera de estar juntos y nos nutrimos de los universos mutuos de cada uno.

P. Ante los cambios de la industria cinematográfica y las amenazas de desaparición de los cines, ¿tiene miedo de un cambio de paradigma?

R: Hemos tenido suerte. Es verdad que el gobierno francés sigue apoyando mucho al cine, y no podríamos haber hecho esta película sin su financiación. Hemos escogido una película de parejas que se besan que era lo contrario a lo que había que hacer en pandemia, pero solo hemos tenido que retrasar rodaje unos meses. También teníamos en este periodo tan oscuro el deseo de traer la fantasía a través del cine. Era difícil, pero los espectadores estaban contentos de pensar que se podían divertir y estar cerca. El cine permitía esta fantasía.

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