Fuera persistían los abucheos, silbidos y gritos de protesta de diversos colectivos contra de los Premios Princesa de Asturias, a los que se han sumado IU y Podemos, pero Felipe VI ha encontrado en el Teatro Campoamor el abrigo para defender fervientemente la 36ª edición de los galardones y ha llamado a construir una España "de concordia y respeto". Ante la atenta mirada de los ocho premiados, que representan lo mejor de la cultura, artes y ciencias, el Monarca ha recordado que este reconocimiento nació "como un sentido acto de afirmación cívica de la cultura frente a la ignorancia".
"Nacieron con el deseo de que el alma de esta tierra fuese un referente para todos. Nacieron con la voluntad de afirmar una España que, como dijo Unamuno, tiene que ser de brazos abiertos; una España alejada del pesimismo, del desencanto o del desaliento, fiel a su irrenunciable afán de vivir y orgullosa de lo que somos, de lo que junto hemos conseguido, que ha sido mucho y admirable; y seguros de nosotros mismos, porque un pueblo que quiera, respete y ampare la cultura nunca le temerá a su futuro", ha insistido.
Dirigiéndose a los ocho galardonados, Felipe VI ha resaltado que el cometido de los Premios no es otro que "ensalzar vuestros méritos, para reivindicar que la cultura inspire nuestra libertad y para renovar nuestro compromiso con España".
todos ellos por ser "la representación más alta y brillante" de "ese anhelo por hacer un mundo mejor donde prevalezcan la concordia, el respeto y la solidaridad". "Gracias a todos y cada uno de vosotros, somos más conscientes de que el progreso es siempre fruto de muchos esfuerzos compartidos entre personas de orígenes diversos, entre culturas y creencias distintas, entre naciones diferentes", ha señalado, antes de subrayar que estos premios y la fundación que los otorga nacieron por un sentimiento de "amor profundo a Asturias y a toda España".
