Cultura

El festival más antiguo de España que nació en 1939: solera musical a orillas del Cantábrico

Esta semana arranca la 85º edición de la Quincena Musical de San Sebastián

  • Escenografía de la ópera Carmen.

Quién iba a decir a aquel grupo de hosteleros y comerciantes donostiarras que idearon un festival de música para reactivar la actividad turística en la ciudad tras la Guerra Civil y con Europa recién sumergida en su segunda contienda mundial, que esa iniciativa auténticamente emprendedora y arriesgada seguiría navegando viento en popa por las aguas del Cantábrico, 85 años después. A los conocidos atractivos de San Sebastián como destino de veraneo (inmejorable gastronomía, clima suave, elegante urbanismo, playa cuando las nubes lo permiten y hermoso entorno natural) se unen sin duda los tres grandes festivales que jalonan la estación estival: el Jazzaldia en julio, el de Cine en septiembre y el que nos ocupa, la Quincena Musical de San Sebastián durante todo el mes de agosto.

Contar la historia del más antiguo de los festivales musicales españoles sería conformar una lista interminable con los músicos y agrupaciones más relevantes de los siglos XX y XXI: de la Filarmónica de Berlín a la Concertgebouw, la Filarmónica Checa o la Orquesta de París; de Ataúlfo Argenta a Riccardo Muti, Daniel Barenboim o Segiu Celibidache; de Montserrat Caballé y Teresa Berganza a Giuseppe di Stefano, Simon Keenlyside o Christian Gerhaher; del ilustre donostiarra Nicanor Zabaleta a Alfred Brendel o Itzak Perlman… Y así podríamos seguir de forma casi indefinida.

La Quincena Musical Donostiarra, con el devenir, el esfuerzo colectivo de las sucesivas direcciones y la aprobación del público, ha convertido su particular nombre en una piadosa mentira: dura todo un mes y se extiende mucho más allá de los límites locales para adentrarse por valles y pueblos pesqueros guipuzcoanos, pasear por llanuras y viñedos alaveses, llegar a los confines de Navarra en un camino espiritual o incluso cruzar la frontera y descubrir algún rincón idílico del País Vasco-francés. Y no se puede desdeñar el ambiente que allí se vive, en el que se mezcla el cariño de los melómanos locales que lo viven lógicamente como algo muy propio, junto a un público cada vez más cosmopolita y que atrae aficionados de toda España, casi toda Francia y buena parte de Europa.

Auditorio Kursaal

La jornada inaugural contará con multitud de actos a lo largo y ancho de la ciudad y culminará en el Auditorio Kursaal con el concierto de la Orquesta de Luxemburgo dirigida por su titular Gustavo Gimeno -quien asumirá las riendas musicales del Teatro Real en 2025-, que ofrecerán junto al pianista canadiense Bruce Liu el poco habitual y delicioso 5º Concierto para piano y orquesta de Saint-Saëns “Egipcio”, seguido de la 5ª Sinfonía de Mahler. A esta formación se unirá al día siguiente el Coro Easo y el bajo Alexander Vinogradov para interpretar la muy infrecuente Ejecución de Stepan Razin, de Dimitri Shostakovich. Narra la historia de este líder cosaco que promovió una revuelta contra la nobleza y el zar a mediados del XVII, cuyas hazañas le llevaron hasta Persia. Tras haber declarado la República Cosaca, el castigo a su insurrección y sus razzias a lo largo del Volga fue la tortura y una terrible ejecución en 1671. Nos cuenta Patrick Alfaya, director de la Quincena Musical, que hizo la propuesta de interpretar esta obra a Valeri Gergiev con la Orquesta de San Petersburgo para la edición de 2020. En aquel entonces, el afamado director ruso reconoció no conocer la obra, pero quedó entusiasmado al estudiar la partitura.

Sin embargo, la pandemia vino a truncar este propósito y más tarde, la guerra entre Ucrania y Rusia ha tenido las consecuencias de cancelación que conocemos en la carrera de Gergiev. En definitiva, que la susodicha obra de Shostakovich ha tenido que esperar otros cuatro años para ser programada, pero por fin tendremos la ocasión única de disfrutarla, junto a la Sinfonía fantástica de Berlioz. Al interés de ambos programas se une el fantástico recuerdo que dejaron Gimeno y su orquesta en sus anteriores prestaciones en la Quincena.

En el mismo marco del Kursaal se darán cita los grandes conciertos sinfónicos de esta edición. Tendremos a la Budapest Festival Orchestra bajo la batuta del siempre estupendo Ivan Fischer junto a la violinista Patricia Kopatchinskaja para interpretar el 2º Concierto para violín de Bártok y la 7ª Sinfonía de Dvorak el día 17 y un programa íntegramente dedicado a Mozart (Sinfonía n.º 38 y Requiem) junto al Orfeón Donostiarra el día 18. El director francés Jérémie Rhorer -quien ha cosechado un rotundo éxito en el Real con el doble programa La voz humana-Erwartung) se pondrá al frente de la Orquesta de Euskadi y de nuevo el Orfeón para lidiar con la Misa Solemnis de Beethoven el día 23, mientras que el 27 será el turno del gran Riccardo Chailly al frente de la Filarmonica della Scala de Milán, con la 5ª Sinfonía de Chaikovski y las dos Suites de Daphnis y Chloé de Ravel. Por último, el día 30 la Orchestre Philarmonique de Radio France dirigida por su titular Mikko Franck, interpretará un programa eminentemente francés que contará con la fabulosa violonchelista argentina Sol Gabetta para el Concierto de Lalo.

Pero también habrá sitio para el barroco en el auditorio Kursaal puesto que el día 11 el Bach Collegium Japan presentará un compendio de Cantatas de Bach de la mano de uno de los grandes especialistas en este repertorio: Masaaki Suzuki. Y cómo no, la cita operística de la edición tendrá lugar los días 8 y 10 con Carmen de Bizet. En esta ocasión tendremos la oportunidad de descubrir una producción propia de Quincena cuya dirección escénica corre a cargo de Emilio López -que ya colaboró con la Quincena en una preciosa Butterfly- y la musical, de José Miguel Pérez-Sierra, actual director musical del Teatro de la Zarzuela que está llevando a cabo una gran labor. La complicidad existente entre los dos directores y que ambos han reconocido en muchas ocasiones, es sin duda una garantía de buen hacer entre foso y escena. Las voces de Rihab Chaieb (Carmen), Dmytro Popov (Don José), Miren Urbieta-Vega (Micaëla) o Simón Orfila (Escamillo) entre otros, conforman un elenco de gran calidad para este título siempre apreciado por el público.

Una original propuesta de danza se subirá al escenario del Kursaal el día 25: “Folia”, de la Compagnie Kräfig, que aúna la coreografía basada en la danza contemporánea y el baile urbano de Mourad Merzouki con la música barroca interpretada por Le Concert de l´Hostel-Dieu fusionada con música electrónica. Todo un desafío que sin duda invita a vivir la experiencia.

Conciertos en claustros y monasterios

El precioso y extraordinariamente húmedo claustro del Museo de San Telmo – encantador para el público y según la climatología, una auténtica prueba, por no decir ordalía, para los instrumentos de cuerda- acogerá los ciclos de Música de Cámara y Música Antigua, que, como todos los años, nos deparan auténticas joyas. Pensemos en esa Iberia de Albéniz interpretada por Luis Fernando Pérez, un pianista referencial en el repertorio español y cuya grabación de la obra está considerada como una de las cinco mejores. Él será quien abra el ciclo en esta sede el día 4.  Le seguirán el dúo conformado por el chelista Iagoba Fanlo y el pianista Mario Prisuelos (6 de agosto),  el joven pero ya consagrado Cuarteto Elías (día 7), el Dianto Reed Quintet, una peculiar y versátil formación de instrumentos de viento (día 22) y por último, la violista navarra de gran proyección internacional Isabel Villanueva junto a Patrick Messina al clarinete y Philippe Bianconi al piano (día 24). 

Al Ayre Español, el conjunto de Eduardo López Banzo, traerá el primer concierto barroco a  dicho museo de San Telmo el día 3 de agosto con un concierto íntegramente dedicado al nunca suficientemente reconocido Arcangelo Corelli. Como corresponde a su nombre, el Bachcelona Consort interpretará obras de Bach, acompañadas de una “reflexión visual contemporánea” con proyecciones del artista Bruno Delgado (día 5). Las cantantes de Egeria nos evocarán a Marco Polo con una selección de músicas mediterráneas y orientales (día 9) mientras que The Ministers of Pastime dedicará su concierto del día 21 a la música de compositores viajeros y exiliados en torno a 1600. Las compositoras barrocas italianas y francesas serán honradas por le Concert de l´Hostel Dieu (día 26), y el ciclo se cerrará el día 28 con la intervención de la arpista Sara Águeda que, junto al conocidísimo actor Pepe Viyuela, nos acercará al mundo medieval  y a los Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo.

El curso de órgano romántico y el ciclo dedicado a este instrumento (2-13 de agosto) pone de relieve los magníficos instrumentos que la ciudad de San Sebastián y la provincia de Guipúzcoa pueden preciarse de tener. Entre los intérpretes más relevantes de esta edición se encuentran Thomas Ospital, Daniel Oyarzabal o Karol Mossakowski. La música contemporánea se alojará en su habitual espacio de las Salas polivalentes del Kursaal a finales de mes y la danza encontrará su sede en el edificio Tabakalera. Lugar también para los jóvenes talentos en el Palacio de Miramar, ciclo que siempre depara más que agradables sorpresas. 

Y mención especial para la Quincena Andante y la Quincena en Álava, que ofrecen conciertos de grandes solistas y grupos de cámara en lugares maravillosos y recoletos a lo largo de todo el mes. No quiero cerrar sin hacerles un par de recomendaciones muy personales. En primer lugar, el concierto del Cuarteto Gerhard dedicado a Shostakovich en Chillida Leku el día 16: no sólo tendrán ocasión de visitar el caserío Zabalaga, donde se alberga una colección única de esculturas del artista donostiarra más universal, que además mantenía una relación de orden espiritual con la música, sino que pocos lugares son más idóneos para disfrutar del repertorio del siglo XX y XXI de la mano de un Cuarteto que interpreta esta música con una maestría difícilmente superable.

En segundo lugar, el concierto de violonchelo barroco y órgano que interpretarán Josetxu Obregón y Sara Johnson Huidobro el día 17 en el Monasterio de Leyre. A la calidad incontestable de los músicos se une el placer de vivir la experiencia en un santuario cargado de historia y donde el silencio es de verdad el contrapunto perfecto de la música. Si pueden, pasen la noche en la hostería, paseen bajo las estrellas y descubran un amanecer donde las piedras románicas van reflejando la luz del sol y cambiando de color a medida que los pájaros despiertan. Estarán listos para volver a San Sebastián y seguir disfrutando de la música con sabor marinero.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli