No se celebraba una reunión de patronato desde el 4 de junio de 2011. Desde entonces, el centro cultural Oscar Niemeyer perdió su nombre, se vio obligado a cerrar sus puertas -después de que el Principado no renovara la cesión de los derechos de uso a la Fundación Niemeyer- y a reabrir después como Centro Internacional Avilés bajo el control de unos estatutos prácticamente impuestos por el gobierno de Francisco Álvarez Cascos.
Sin embargo, todo volvió a la calma el miércoles pasado cuando, en una reunión del patronato, se revocaron los cambios realizados en los estatutos y se restableció la representación de los patronos fundadores, lo que quiere, según la Consejería de Cultura del Principado, que se devuelve a la Fundación Oscar Niemeyer tanto el derecho de gestión del centro como su carácter público con la participación del Principado, el Ayuntamiento de Avilés y la Autoridad Portuaria.
A la cabeza de la Fundación como presidenta de la entidad ha sido nombrada la consejera de Cultura, Ana González, que pasa a ocupar el lugar que tenía Manolo Díaz, que se queda en la Fundación en calidad de patrono. Ana González es quien sustituye en la Consejería de Cultura de Cultura a Marcos Vallaure, quien impulsó el cambio de los estatutos, la práctica expulsión de la Fundación del Centro en diciembre de 2011 y la administración del centro a manos de la sociedad Recrea.
Con el nombramiento de Ana González, el Gobierno socialista de Javier Fernández ataja uno de los problemas políticos derivados de la administración se Cascos: la decapitación de uno de los centros que, se suponía, debía traer inversión, turismo y movimiento al ayuntamiento de Avilés y a Asturias.
Está prevista para hoy, al final de la tarde, una nueva reunión del patronato. Se espera que antes del verano se realicen dos más, pues quedan todavía muchos temas abiertos, entre ellos quién ocupará la dirección del centro, anteriormente encomendada a Natalio Grueso, quien abandonó su cargo para trabajar en el área de Artes Escénicas del Ayuntamiento de Madrid.
