El óleo Estrella azul, de Joan Miró, acaba de ser subastado en Londres por 29,2 millones de euros, una cifra que resulta aún más llamativa en el actual contexto económico, en el que obras de otros artistas españoles han alcanzado cifras que confirman que el arte, si es bueno, no entiende de crisis.
Pero el de Miró no es un caso aislado, como prueba la subasta de arte impresionista y moderno celebrada ayer en la casa Christie's de Londres, en la que el óleo Mujer sentada, de Pablo Picasso, se cotizó en 10,6 millones de euros (13,4 millones de dólares) muy por encima del precio estimado.
Estrella azul se subastó el pasado martes en la londinense Sotheby's, en una puja en la que se alcanzó un precio récord para una obra del pintor catalán.
Estrella azul se subastó el pasado martes en la londinense Sotheby's, en una puja en la que se alcanzó un precio récord para una obra del pintor catalán. El cuadro, descrito por el propio Miró como un punto de inflexión "clave" en su trayectoria artística, incorpora símbolos y elementos surrealistas que el artista repetiría en sus obras posteriores y el característico color azul que influiría, además, en pintores como el letón Mark Rothko o el francés Yves Klein.
Pero estos no son los únicos ejemplos de arte como refugio seguro ante la crisis, como constata la venta hace sólo dos meses de El grito, del noruego Edvard Munch -uno de los iconos más reconocibles de la historia del arte- como la obra de arte contemporáneo más cara de una subasta, al alcanzar los 95 millones de euros (120 millones de dólares) durante una puja en Sotheby's de Nueva York.
Munch arrebató así el récord de una puja de arte contemporáneo logrado en 2010 por Desnudo, hojas verdes y busto, en la que Picasso retrataba a su amante Marie-Thérèse Walter, vendido por 83 millones de euros (106,5 millones de dólares).
En la misma subasta de Estrella azul, el cuadro Hombre sentado, de Pablo Picasso, se vendió por 7,6 millones de euros (9,6 millones de dólares), lo que confirma que las obras del malagueño se sitúan, con mucho, entre las más valoradas de la pintura española.
Así, la representación de otras de las musa y amantes de Picasso, Dora Maar, en Mujer sentada en una butaca, alcanzó recientemente en Nueva York los 22,8 millones de euros (29,2 millones de dólares).
Pero este florecimiento del arte español no sólo apunta a los artistas ya desaparecidos, sino que también encuentra su reflejo entre los pintores vivos, como es el caso de Miquel Barceló y Antonio López, dos de los más cotizados artistas tanto dentro como fuera de España.
Hace sólo un año, en junio de 2011, la obra sobre le mundo de los toros del mallorquín Miquel Barceló Faena de muleta se vendía en la galería londinense Christie's por 4,42 millones de euros (5,6 millones de dólares).
Barceló arrebataba así el anterior récord en una puja de un artista vivo español, el manchego Antonio López, cuya obra Madrid desde Torres Blancas, pintada entre 1976 y 1982, se adjudicó en el 2007 por 1,74 millones de euros (2,2 millones de dólares) en la misma galería.
Entre los pintores nacionales más cotizados fuera de nuestras fronteras se sitúa Juan Gris (1887-1927), con la venta de obras como Violon et guitare, por 20,1 millones de euros (25,5 millones de dólares) en Nueva York hace un año y medio.
Otros pintores como Joaquín Sorolla y Juan Gris o los contemporáneos Miquel Barceló y Antonio López suben su valor en el mercado.
Pero indudablemente uno de los más conocidos es el valenciano Joaquín Sorolla, del que se acaban de subastar Pescadores. Barcas varadas y Pescador de quisquillas por 1,15 millones de euros (1,4 millones de dólares) y 595.306 euros (744.012 dólares), respectivamente.
Sendos coleccionistas privados, de EEUU el primero y asiático el segundo, fueron los compradores de ambas obras maestras, pintadas en el periodo de madurez del autor, entre 1908 y 1910, cuando regresa a Valencia tras haber conocido el éxito internacional.
Otros lienzos del maestro valenciano, como El pescador también alcanzaron, con 3,9 millones de euros (4,9 millones de dólares), precios de venta por encima del máximo estimado, al igual que Niños en la playa, subastado por 2,3 millones de euros (3 millones de dólares).
No obstante, no todos los momentos son igual de buenos para el arte, como sucedió en junio de 2010 con la subasta de dos cuadros de Sorolla, El Bautismo, de tema costumbrista, y el paisaje Día de tempestad.
Ambos se vendieron en Londres por el precio mínimo estimado por Sotheby's, 800.000 euros (1 millón de dólares) y 180.000 euros (227.807 dólares), respectivamente, en una puja dedicada a la pintura europea que resultó decepcionante para la colección española.