Cultura

La literatura, una vía de Alta Velocidad entre España y Marruecos

Gamoneda y Goytisolo protagonizan el Salón del Libro en Casablanca. La literatura no construye vías de alta velocidad, pero se vale de la larga relación entre España y el mundo árabe 

  • Render del pabellón de España en Siel 2019 (AC/E)

Del 7 al 17 de febrero, España participa como país invitado en la vigésimo quinta edición del Salón Internacional de la Edición y del Libro (SIEL) de Casablanca, en Marruecos, un lugar cuya proximidad y vinculación cultural con España tiene fronteras muy próximas, así como un pasado común que se remonta al al-Ándalus. Todo en la relación de España y el mundo árabe constituye un territorio compartido y poroso que encuentra en el idioma uno de sus viajes más importantes. Si España ha ofrecido su experiencia en Alta Velocidad a Marruecos en la reciente visita del ministro de Fomento, José Luis Abalos, la literatura encuentra, cómo no, un corredor vial. 

Uno de los ejes principales del programa diseñado por los ministerios de Cultura y Asuntos Exteriores, así como Acción Cultural Española y el Instituto Cervantes, se ha centrado en  el papel desarrollado por los traductores a lo largo de la historia. De ahí proviene 'El viaje de las lenguas', una idea que irriga el programa y en función del cual se orientan los actos más importantes de esta cita, que propicia los encuentros entre dos de los más grandes poetas de cada orilla y sus traductores: Antonio Gamoneda, que conversa con Khalid Raissouni, su traductor al árabe y Mohammed Bennis, que lo hará con Luis Miguel Cañada, su traductor al español. A estas actividades se suma un homenaje a Juan Goytisolo, quien a lo largo de su obra reivindicó el acercamiento entre ambas culturas. 

Si España ha ofrecido su experiencia en Alta Velocidad a Marruecos, la literatura encuentra, cómo no, un corredor vial...

Acuden a esta cita algunos autores y traductores españoles, entre ellos Andrés Barba, que participa el viernes 15, así como María Luz Comendador y Margarida Castells, quienes han compartido su experiencia de traductoras al castellano y al catalán, respectivamente, de grandes obras de la literatura universal como Las mil y una noches. "La traducción es una forma de lectura", aseguró Comendador. Aquellos que como ella se dedican a volcar un libro de una lengua a otra no ejecutan una operación extractiva de significado, sino la construcción de uno nuevo. Esa fue una de las ideas centrales de esta mesa, celebrada el lunes de esa semana en Casablanca. 

"En el caso del árabe, la traducción no entraña una sola lengua sino muchas otras. Hay que escapar, eso sí, a la tentación de enmendar el original, una traducción no es un concurso de belleza", ha dicho Comendador en una conversación en la que intercambió ideas con Margarida Castells, quien, al momento de referirse a la dualidad catalán y español, explicó a los asistentes  que su lengua matera era el catalán, pero que en la escuela había aprendido "charnego". La frase, justa de humor, no fue rebatida ni matizada por nadie. 

"¿Quiénes son los embajadores de un país... pues sus traductores", asegura la directora general del Libro

Soflamas a un lado, Comendador ha defendido la naturaleza creativa a interpretativa de la traducción como delta en el que confluyen y del cual parten muchas otras corrientes literarias, una idea a la que Olvido García Valdés, directora general del Libro, ha aludido a en una entrevista concedida a Vozpópuli: "¿Quiénes son los embajadores de un país... pues sus traductores", asegura la directora general del Libro no sólo con respecto al español sino también de las otras "lenguas peninsulares". La literatura no construye trenes de alta velocidad, pero también crea rutas.

Balance de la Dirección General del Libro 

Han transcurrido más de seis meses desde que el ministerio de Cultura capitaneado por José Guirao recuperó la figura de una Dirección General del Libro y Promoción de la Lectura. Desde entonces, se encuentra al frente Olvido García Valdés, quien ha estado presente esta semana en el Salón del Libro de Casablanca. "El hecho de que la subdirección del libro dependiera de Industrias Culturales tenía una impronta editorial, lo cual está bien, pero la creación y los creadores, tanto los escritores como los traductores, tenían muy poca visibilidad. Para que se lea hace falta quien escriba. Poner el foco en ambas áreas es importante”, asegura la directora general en una entrevista de Vozpópuli

Al momento de hacer balance de la gestión, Olvido García Valdés resalta la recuperación del plan del dotación de bibliotecas anunciada por el ministerio de Cultura y Deporte en diciembre del año pasado. Se trata del relanzamiento  de un programa de dotación bibliotecaria para adquirir libros por 3,5 millones euros, un proyecto similar al que estuvo en vigor en el periodo 2006-2011 y que involucra tanto a la Cámara del Libro como a Cegal (la confederación de libreros), para propiciar la compra de volúmenes y ediciones a las librerías de proximidad.

Las comunidades autónomas participarán también, con un aporte equivalente a 3,5 millones de euros. Así, ambas administraciones destinarán 7 millones de euros para la dotación de las bibliotecas públicas. La medida, que se espera que entre en vigor en enero, reinyectará dinero a una de las redes culturales más desatendidas y que más estragos producto de la crisis sufrió: las bibliotecas, por supuesto. Ellas han sido uno de los eslabones más golpeados. 

"La lectura no tiene que competir con otras formas de ocio o entretenimiento, ni con los videojuegos ni con las películas"

Las cifras lo demuestran: el gasto en adquisiciones de libros bajó de 1,50 euros a 56 céntimos por habitante del 2009 a 2014, según el informe La lectura en España. En aquel documento elaborado y publicado en 2015 por la Federación del Gremio de Editores de España se abordaba la situación del sistema bibliotecario español y demostraba de qué manera tras el crecimiento experimentado en las décadas de 1990 y 2010, el número de bibliotecas y puntos de servicio se redujo no sólo en número, sino en horarios y fondos.

"Me interesa cómo se lee más que cuanto se lee. Es la forma de entender la lectura lo que nos interesa. Vamos a organizar jornadas sobre qué es leer y cómo leemos. Porque la lectura no tiene que competir con otras formas de ocio o entretenimiento, ni con los videojuegos ni con las películas. Y actividades como ésta -dice refiriéndose al salón del libro de Casablanca- buscan propiciar esa reflexión". 

Campos de Níjar, en Marruecos 

El pabellón de España en Salón del Libro de Casablanca, que cuenta  con una superficie de 280 metros cuadrados, exhibe más de 700 títulos publicados en español, entre ellos una panorámica de la edición más reciente con más de 300 libros de diversas materias narrativa, poesía, cómic, teatro, literatura infantil y juvenil, cine, historia, divulgación científica, turismo, gastronomía -los hermanos Torres, por cierto, consiguen también su espacio-, así como diccionarios, libros de Bellas Artes, ensayo, obras de los PremiosNacionales 2018 así como de la poeta uruguaya Ida Vitale, galardonada con el Premio Cervantes 2018.
Dos elementos centrales perfilan y apuntalan el espíritu de la participación española en este salón. Se trata de dos exposiciones, ambas relacionadas con la idea de viaje y continuidad de El viaje de las lenguas como idea vertebrada del programa.  La primera es la muestra fotográfica Campos de Níjar, que ofrece un recorrido por la España de los años 50, un regreso a la Almería de Juan Goytisolo de la mano de Vicente Aranda. Entre las fotografías exhibidas se encuentra la estampa en la que Simone de Beauvoir posa en la Alcazaba acompañada de Juan Goytisolo, en un reportaje escrito entonces por el escritor norteamericano Nelson Algren. La segunda exposición lleva por título La herencia andalusí en las bibliotecas españolas, un documento que busca excavar en los profundos vínculos históricos entre el español y árabe. 

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