Cada 1 de septiembre recordamos el nacimiento de Gonzalo Fernando González de Córdoba, más conocido como el Gran Capitán, por su papel decisivo en la reconquista de Granada, de Nápoles y por ser el que cambió el modo de luchar de la Edad Media, de la Caballería pesada a la infantería ligera. Es decir, es considerado el padre de los Tercios Españoles. Hace pocos años el CNI ha descifrado el sistema de cartas secretas que se mandaban entre el rey Fernando el Católico y el Gran Capitán, abriendo la posibilidad de poder saber qué se decía en esas cartas.
Pero empecemos por el principio… La familia Aguilar era una familia noble andaluza que vivía en la frontera, entre el reino cristiano de Castilla y el reino musulmán de Granada, en Montilla, Córdoba.
Gonzalo, el protagonista de esta historia, nació el 1 de septiembre de 1453. Es decir, 39 años antes de la conquista de América. Gonzalo era el segundo hijo de Pedro Fernández de Córdoba, por tanto el señorío de los Aguilar pasaría al primogénito de la familia, a su hermano mayor, Alonso.
A sus doce años y por mediación de su hermano, entró a servir al infante Alfonso. Tras la muerte de este, Gonzalo no tenía nada que hacer y regresaría a Montilla. Pero ese mismo año de 1476 entró a servir en la corte de los Reyes Católicos, a punto de conquistar Granada, último reino musulmán en la Península Ibérica.
Gonzalo, con apenas 30 años, recibió su primer encargo: comandar una compañía de espadachines. De esta manera se convertirá en un héroe en la toma de Granada y por las profundas conversaciones que tuvo con Boabdil, rey de Granada.
Conquista de Nápoles
Tras la conquista del reino Nazarí, los Reyes Católicos se marcarán un nuevo objetivo, esta vez, arrebatar Nápoles a los franceses. Por eso, tras su éxito en Granada, Gonzalo fue designado por los Reyes Católicos para defender los intereses españoles en Italia y resolver dicho problema.
Con un ejército de 5000 hombres y 1000 caballeros, desembarcó en Calabria, sufriendo al poco la primera y única derrota en su vida en la batalla de Seminara. Pero este gran estratega no se desanimó ante esta derrota y a los pocos meses recuperará toda Calabria, expulsando a los franceses.
Con el tiempo se hizo con todo el reino de Nápoles, siendo premiado como virrey de estas tierras por Fernando de Aragón. Ante su gran prestigio como militar y por el aprecio de sus hombres fue apodado como el “Gran Capitán”. Era más querido que el mismo rey, pero el monarca, que según dicen era envidioso y temía por su propio poder, le hizo llamar a la Corte para pedirle cuentas de una supuesta corrupción que era atribuida a Gonzalo, cuando en realidad lo que quería el rey era quitarse a su contrincante antes de que adquiera más poder.
Las cuentas del Gran Capitán
Para dar cuentas ante el rey, dice la leyenda, que nuestro héroe redactó esta carta:
- Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados…
- Por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados…
- Por guantes perfumados para que los soldados no olieran el mal olor de la batalla, doscientos millones de ducados…
- Por arreglar las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados…
- Y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces al rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados…
Gonzalo acabó sus días alejado de la guerra pasando sus últimos días descansando. Murió el 2 de diciembre de 1515 en Loja (Granada).
M-V-P
Fernando Fernández de Córdoba, quien gustaba de vestir al estilo árabe, revolucionó la caballería de la época al introducir la caballería ligera. Sustituyó los pesados "caballos de guerra" por corceles mas ligeros y rápidos y jinetes dotados con armas igualmente ligeras que tenían una mayor movilidad y se desplazaban rápidamente por el campo de batalla, retirándose con igual rapidez. Imitaban a la caballería árabe en oposición a los pesados caballos tradicionales.
errefejota
Gonzalo Fernández de Córdoba humilló tanto a los franceses que 300 años más tarde se cobraron la venganza profanando la tumba de el Gran Capitán cuando ocuparon Granada entre 1810 y 1812.
stoicus
Mucho más que comentar que este breve esbozo: - Era castellano pero Isabel le envió a Italia al servicio del Reino de Aragón. - El que pagaba el ejército no era Fernando de Aragón, ni Isabel de Castilla que en esa época estaba en plena campaña de Granada y tiesa como una regla. - El que pagaba el ejército era Alonso Fernández de Córdova, Señor de Aguilar y hermano mayor del Gran Capitán, que era el único con dinero suficiente como para poder hacerlo. - Este es el motivo y causa de la respuesta altanera y valiente de un héroe a la repugnante falta de vergüenza de aquel a quien estaba haciendo rico sin nada a cambio. Este es el origen y sentido de las famosas "Cuentas del Gran Capitán". Que lo era frente a todos.