Cultura

Oxfam Intermón convierte el cómic en un arma cargada de solidaridad

El lenguaje gráfico del comic consigue enganchar a la lectura a muchas personas que jamás tomarían un libro o entre manos. Las viñetas pueden contener tan buen lenguaje político como los periódicos y no faltan quienes las utilizan como medio para acercarse a un público joven. Ese es el caso de Oxfam Intermón, que ha elegido el comic por su espíritu transformador y mágico.

  • Una de las ilustraciones realizadas para la campaña de Intermón Oxfam.

La organización no gubernamental ha decidido apostar por el comic y por eso ha lanzado un programa para que diversos dibujantes viajen a países en vías de desarrollo y ejerzan de reporteros como mejor saben: entintando con sus viñetas una serie de ilustraciones que sirvan para elevar la conciencia general sobre la necesidad de combatir la pobreza.

Para desarrollar esta acción, Oxfam Intermón ha contado con la colaboración de algunos de los nombres más destacados en el panorama español de la ilustración: están Paco Roca (Los surcos del azar), Cristina Durán y Miguel Ángel Giner (La máquina de Efrén), David Rubín (Beowulf), Sonia Pulido (Duelo de Caracoles), Álvaro Ortiz (Cenizas), Miguel Gallardo (María y yo), Antonia Santolaya y Enrique Flores (Cuadernos de Sol).

Todos ellos han viajado hasta países latinoamericanos y africanos. Pertrechados con sus cuadernos en blanco y rotuladores, estos creadores han sabido transmitir, sin injerencias y debiéndose tan solo a la verdad y a su espíritu creativo, las historias detrás de una realidad desconocida para muchos ciudadanos del primer mundo.

Los trabajos de estos creadores ya han recorrido diversos lugares de la geografía española. Así, durante las últimas semanas han sido expuestos en la cita más importante en el calendario peninsular de la viñeta, la feria Expocómic, donde se mostró una selección de las obras completas que los artistas han desarrollado hasta ahora. También el domingo 15 de diciembre tuvo lugar un encuentro en el Salón del Cómic de Zaragoza entre David Rubín y Álvaro Ortiz y se prevé que la instalación recorra aún más eventos dedicados a la ilustración. Todo sea por conseguir que la sociedad española recupere el espíritu solidario que durante tanto tiempo sirvió para definirla.

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