Hace dos décadas, en agosto de 2000, la revista mensual británica Mojo convocó a los mejores compositores de música popular vivos para escoger sus canciones preferidas. Hablamos de gigantes de la talla de Paul McCartney, Jerry Leiber, Hal David, Carole King y Brian Wilson (Beach Boys), entre otros. La primera canción jamaicana que aparecía en el listado era “Many Rivers to cross”, de Jimmy Cliff, elección que reavivó un viejo debate sobre si Cliff es mejor artista que el legendario Bob Marley (que no aparecía en la lista). Comparto anécdota por la impresión de que muy pocos oyentes actuales menores de treinta años saben quién es Jimmy Cliff, aunque siga haciendo música a sus 77 años.
“Many rivers to cross” es un logro grandioso, pero no estamos hablando de un artista de un solo himno, sino de alguien que ha pasado seis décadas grabando, componiendo y girando, gracias a clásicos tan emblemáticos como “The harder they come”, “You can’t get it if you really want it” y “Wonderful world, beautiful people”, entre muchas otros. Debutó en Kingston a los catorce años y desde entonces se convirtió en uno de los máximos difusores del reggae en todo el planeta. El pasado 6 de agosto, coincidiendo con el día de la celebración de la independencia de Jamaica, publicó la canción “Human touch”, medio tiempo inspirador sobre la necesidad de contacto humano en la era de la pandemia y la sociedad digital. En realidad, Cliff compuso la canción en 2015, cuando estaba de gira y echaba de menos a su familia. Apreciaba aplicaciones como Skype pero no se engañaba en que eran un mero sucedáneo del contacto real con sus seres queridos.
“Human touch” es un adelanto de Bridges, un disco que ha preparado con diversos productores, entre ellos Mark Batson, conocido por su trabajo con Jay-Z, Eminem y la estrella de Ghana Kwame Yeboah. Haciendo honor a la tradición de Jamaica, el disco está lleno de mensajes positivos, por ejemplo la canción “So happy day”, en la que habla de disfrutar aunque no puedas salir de casa. La figura de Cliff se hace más querida tras los recientes fallecimientos de clásicos como Toots Hibbert, Bunny Wailer y U-Roy. Ahora mismo, es el único musico jamaicano vivo que tiene la orden del mérito, máximo honor nacional de las artes y las ciencias. En las charlas con la prensa, se muestra orgulloso de su contribución al reggae, un estilo omnipresente en la cultura popular, clave para la invención del hip-hop (que parte de la cultura del soundsystem) además de ingrediente del popular reguetón y base para muchos estilos musicales en la África contemporánea.
Jimmy Cliff sin marihuana
La revista Rolling Stone publica una estos días una entrevista en su edición estadounidense. Allí cuenta cómo es su vida diaria cerca de cumplir ochenta años: nada cada día y ya no fuma marihuana, aunque de vez en cuando toma un poco de alcohol. “Dejé la hierba porque me afectaba demasiado la voz, que es mi instrumento de trabajo”, confiesa. Sigue las novedades de la música jamaicana y aprecia especialmente a Chronixx. “No se limita a hablar de coches y chicas, sino que canta sobre cultura”, destaca.
Su gran salto fue la película The harder they come (1972), que retrata el lado oscuro de Jamaica
En los años sesenta, a Cliff le costó cuajar en el mercado británico donde pretendían venderle como la primera estrella musical negra no estadounidense. Le fue mejor en el circuito europeo y todavía triunfó más en el brasileño, donde tras ganar un festival gustó tanto que grabó un disco con aroma de bossanova, titulado Jimmy Cliff in Brasil. Su gran salto fue la película y la banda sonora de The harder they come (1972), que retrata el lado oscuro de Jamaica, lejos de los hoteles de lujo y las playas paradísiacas. Los diálogos se grabaron con el denso acento de los barrios pobres jamaicanos, por lo que requirió subtítulos para su comercialización. El año que viene se cumple el cincuenta aniversario de la cinta, que se incorporará a la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.
El diario The Guardian le hizo una extensa entrevista esta semana donde explicaba la importancia de esta película: “Ese filme hizo mucho por el reggae, la llevó por todo el mundo, ya que en esa época no existían los videoclips musicales. Mostró la dureza que conlleva la la industria de la música, y la alegría y celebración de esas mismas personas. Mostró la profundidad de lo que hacíamos y consiguió respeto en todo el mundo. Aunque antes había algunas canciones de reggae que fueron grandes éxitos, la gente las veía como piezas de broma. Con la película pudieron decir ‘Ah, entonces esto viene de aquí’. Esa película puso la carretera para todo lo que vino después”, recuerda.