Desde el minuto uno el actor estadounidense nacido en Puerto Rico Joaquin Phoenix fue ovacionado por su magistral interpretación en la última película de Todd Phillips, 'Joker'. Desde que pronunció en el filme que su propósito era "traer risas y alegría al mundo", Phoenix iba encaminado directamente al premios Oscar y ahora, se ha llevado la 'estatuilla' a mejor actor protagonista.
La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood ha celebrado este domingo la ceremonia de los premios Oscar 2020 en el Dolby Theatre de Los Ángeles (California, EEUU) y ha decidido otorgar el galardón a mejor actor protagonista a quien ha dado vida al payaso más malvado y siniestro del cine.
La versión del cineasta Todd Phillips del villano disfrazado de payaso y enemigo mítico de Batman, que se estrenaba el pasado 4 de octubre y la taquilla le recompensó en menos de dos semanas con más de mil millones de dólares de recaudación.
Lo cierto es que se habían visto tantas versiones de este carismático personaje que parecía difícil sorprender. Sin embargo, Phillips lo ha logrado. La historia de 'Joker' es la de Arthur Fleck, un hombre ignorado por la sociedad. Envuelto en trágicos sucesos, su visión del mundo se distorsiona y acaba siendo un brillante y deshumanizado criminal.
La cinta del director estadounidense de otras producciones tan alejadas de esta como es 'Resacón en Las Vegas', es una visión completamente distinta a lo visto hasta ahora. El guion, la escena y la historia provocan un dilema en lo más profundo del cinéfilo: ¿es correcto que nos pongamos del lado de un creativo pero psicópata y amoral protagonista?
El origen de un psicópata
Lo que narra Phillips provoca justo eso. Que el espectador se emocione por las situaciones que vive este marginado de la sociedad, un enfermo incomprendido que solo quiere vivir su trágica vida de la manera más llevadera posible pero que no todos le permiten hacerlo.
'Joker' cuenta el origen y la raíz del comportamiento de un psicópata, algo que no había ocurrido hasta ahora. Ya que en las otras versiones del guasón, el personaje era, básica y exclusivamente, un psicópata sin ningún tipo de empatía ni razón lógica. Un asesino sin escrúpulos.
De traje, en rojo a juego con su dibujada sonrisa, Phoenix perdió 23 kilos para este papel para el que previamente se había considerado a Leonardo DiCaprio. En esta cinta, en la que comparte cartel con Robert De Niro, entre otros, Todd Phillips pone al estadounidense hasta a bailar rock and roll, en una de las mejores escenas de este 2019.
Alarmas por posibles "olas de violencia"
El público, en esta ocasión, puede ponerse tanto en el papel de este delincuente y criminal que, por sus actos y la violencia que desprende en cada uno de sus delitos, las autoridades de EEUU activaron todas las alarmas. Incluso, avisaron de posibles "olas de violencia" a raíz de la película.
Sin embargo, lejos de estos comportamientos, lo único que se ha repetido desde su estreno ha sido una ovación general a la interpretación magistral de esta turbia y oscura versión de Phoenix.
Ahora, parece que la Academia de Hollywood está de acuerdo al otorgarle el galardón más relevante del séptimo arte, el premio Oscar a mejor actor protagonista, gracias a, entre otras citas, esa de "la peor parte de tener una enfermedad mental es que la gente espera que te comportes como si no la tuvieras".