Cultura

John Waters: u0022Los estadounidenses somos estúpidos, solo hablamos un idioma y a muchos no les gusta leer subtítulosu0022

El polifacético artista, icono de la provocación, visita Madrid como padrino del Festival Rizoma

  • John Waters en rueda de prensa. -

Madrid se ha convertido en una fiesta con la presencia de John Waters, pionero en demasiados campos y una de las lenguas más libres de prejuicios que se conocen en el mundo del cine y del arte. Este "pontífice de la basura", como se le conoce, ha recalado en la capital como padrino del Festival Rizoma. Además de presentar una proyección especial de su película Cry baby (1990), firmar ejemplares de sus libros a sus seguidores, y defender sobre el escenario del Teatro Cofidis Alcázar su monólogo Falso negativo, ha sido generoso en ofrecer a la prensa un puñado de titulares sobre todos los temas imaginables, desde vaginas artificiales al incómodo asunto en torno a la polémica del juicio de Johny Depp y Amber Heard.

Ni el ritmo frenético de su visita -la segunda de su vida a España-, ni siquiera su miedo confeso al coronavirus, han impedido a Waters encontrarse con sus seguidores. "Este mundo no volverá a ser nunca lo que era", sentenció el artista durante la extensa rueda de prensa que ofreció esta semana en la Casa de la Panadería de la Plaza Mayor. Precisamente, el covid, la moda, el sexo o las películas son algunos de los temas que ha abordado en su monólogo, elocuente e ingenioso como ningún otro, a juzgar por los comentarios que se han leído en las redes. Excepto el deporte porque, eso sí, afirma no haber tocado una pelota en su vida.

Waters (Baltimore, Estados Unidos, 1946) llegó al mundo seis semanas antes de lo previsto, por lo que siempre ha sido alguien que "ya desde temprano no obedecía las normas", según apunta en el libro Consejos de un sabelotodo (Caja Negra). "Escribir me permite seguir contando historias", señaló a la prensa el polifacético artista que, a pesar de llevar casi dos décadas sin dirigir, asegura que no se ha retirado de hacer cine. "Me pagaron para hacer tres secuelas de Hairspray que no llegaron a rodarse y un guion de un filme navideño", contó el padrino de Rizoma, que aseguró no haber estado en "cuarentena".

El artista acaba de publicar su primera novela en Estados Unidos y, según avanzó y recogió Vozpópuli, ya ha encontrado sello para su publicación en España. "Escribir me permite seguir contando historias", enfatizó este artista multidisciplinar que, más allá de ser autor de un buen puñado de películas "trash" de culto, también cuenta con instalaciones artísticas, esculturas y fotografía entre sus producciones. En cualquier caso, le cuesta referirse a sí mismo como tal. "Nunca me he llamado artista, eso lo juzgará la historia", dijo.

Si te dan dinero para comprarte una casa, escuchas lo que tienen que decir. Si vas por tu cuenta, puedes hacer lo que quieras", afirmó Waters

El director de películas icónicas como Pink Flamingos (1972), de la cual se cumplen 50 años, ha navegado siempre entre el cine underground, independiente y mainstream, algo que depende, según explicó, de una variable: "Es una cuestión de matemática simple: si te dan dinero para comprarte una casa, escuchas lo que tienen que decir. Si vas por tu cuenta, puedes hacer lo que quieras".

Precisamente, sobre el futuro del cine menos comercial, el cineasta y artista se mostró realista. "La gente que ve Top Gun no volverá a ver otra cosa. El cine independiente es más difícil de hacer que antes", lamentó. Del mismo modo, también cree que Hollywood está deseando encontrar al próximo "loco con una cámara", nada parecido a lo que ocurría cuando él empezó a filmar.

John Waters y Johnny Depp

Tampoco celebra precisamente los tabúes y la falta de libertad, o cómo lo políticamente correcto invade todo. Como ejemplo, lamentó que para filmar una vagina se coloca una artificial sobre una real, lo que en su opinión es "siniestro". "Antes los censores eran gente idiota. Los censores de la corrección política de hoy son más difíciles de combatir porque son más listos", dijo. No obstante, es consciente del peligro que supone afirmar que en otros tiempos las cosas eran mejores, según destacó.

Waters, doctorado en provocación e incorrección política, afirmó llevar tantos años con sus monólogos, desde que empezó a presentar sus películas en campus universitarios, por su dedicación a reírse de lo que ama y no de lo que odia. Y precisamente, acerca de lo que ama, celebra el cine que se realiza en Europa, en especial los trabajos de Gaspar Noé -cita Clímax- y Bruno Demont, por la capacidad de ambos de llevarle a lugares donde nunca ha estado. "Los estadounidenses somos estúpidos, solo hablamos un idioma y a muchos no les gusta leer subtítulos", lamentó.

La violencia y las armas son otras cuestiones que tampoco faltaron entre las preguntas y sobre las que se mostró pesimista. "Los tiroteos de mi país los que mueren son los pobres asesinados por los pobres", dijo. ¿Qué ocurre con Johnny Depp? Hasta en dos ocasiones levantaron la mano dos periodistas preparados para hacer la pregunta del millón que todo el mundo sabía que podía incomodar. "Ojalá volvieran a estar juntos para joder a todo el mundo", bromeó Waters, para después afirmar que él es su "amigo" con la mejor de las sonrisas.

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