El escritor barcelonés Juan Marsé ha dicho que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, es un "madelmal" y que ni él ni Jordi Pujol representan "totalmente a una nación". Marsé, que ha añadido que escribe en castellano porque le da "la gana", no ve un proceso independentista en Cataluña y ha instado a preguntar sobre ello a los empresarios. Así lo ha dicho en declaraciones a los medios tras presentar el libro Juan Marsé. Periodismo perdido (Edhasa) realizado junto a Joaquim Roglan, en la Facultad de Ciencias de la Comunicación Blanquerna.
No sin ironía, el escritor Juan Marsé ha dicho que abordará el proceso independentista en la novela Sentiments i centimets (Sentimientos y centimitos), que publicará en catalán y de la que, de momento, sólo tiene el título, ha explicado. Marsé ha asegurado contar con un buen título, ya que "define bastante la problemática y lo que está detrás de cualquier proceso independentista". El autor de El embrujo de Shanghai, que se ha mostrado tan preocupado por la actualidad de Cataluña como cualquier otro ciudadano, ha asegurado que en estos procesos "importan los sentimientos pero también la economía".
Preguntado sobre el recorrido de un eventual proceso independentista catalán, ha asegurado: "Yo no lo veo; si no, preguntad a los empresarios, a ver qué opinan". El Premio Cervantes, que ha reivindicado que escribe en castellano porque le "da la gana" y por haberse formado durante el franquismo, ha explicado que, ante una eventual invitación a asistir a la Feria del Libro de París -que tendrá como ciudad invitada Barcelona en 2013- no asistirá por pereza.
Un pésimo periodista
Bajo el título Periodismo perdido, el periodista y profesor Joaquim Roglan ha indagado en este pasado poco conocido de Marsé y ha seleccionado más de sesenta textos, que incluyen críticas de cine, teatro y televisión, entrevistas a folclóricas y toreros, consultorios sentimentales y retratos en los que no rehuye la polémica. Marsé ha rehuido todo elogio, al afirmar con rotundidad que fue "un pésimo periodista" y que sus textos eran "meramente alimenticios". "Tengo un concepto más alto del periodismo y el título del libro está por encima de mis méritos" y ha añadido: "Yo lo habría titulado Textos alimenticios".
Marsé reconoce que algunos textos pueden resultar hoy divertidos, como las cartas que se inventó del consultorio sentimental, del catálogo de sastrería Dom o las reseñas sobre estrenos de películas y de teatro de los años 50, "cuando había buen teatro en castellano en Barcelona y la compañía de Tamayo estrenaba a Tennessee Williams y Arthur Miller".
En cuanto al periodismo, añade, verificó su "fracaso más absoluto" con la entrevista que hizo al torero Mario Cabré, en la que éste le contó su noche con Ava Gardner, pero no le creyó. "Tiempo después descubrí que era verdad, por tanto, fracasé estrepitosamente como periodista". El antólogo Joaquim Roglan ha argumentado que para seleccionar los textos tuvo en cuenta que fueran difíciles de encontrar; que aportaran cosas nuevas como los nombres de diversos seudónimos utilizados por Marsé como Samuel Cramer, Popea Smith o Juan Faneca; o que fueran textos impecables que demuestran que el autor es un clásico. Por su parte, Marsé se lo toma con humor negro. Sin embargo, reconoce que algunos textos pueden resultar hoy divertidos.