La nueva normalidad alcanza poco a poco todas las esferas y los premios no son una excepción. Si bien el pasado mes de febrero vimos una gala de los premios Goya sobria, solemne y respetuosa con el momento crítico que se vivía entonces a causa de la pandemia por coronavirus, con la llegada de las vacunas el optimismo y la alegría se abren paso y serán el invitado estrella en la gala de los premios Platino, que no pudo celebrarse en 2020 y que prometen humor y diversión en su octava edición, que se celebrará el 3 de octubre en Madrid y estará conducida por la actriz colombiana afincada en España Juana Acosta y el intérprete mexicano Luis Gerardo Méndez.
Con motivo de la entrega de estos galardones, que reconocen las mejores producciones iberoamericanas del año, en Vozpópuli hemos hablado con Juana Acosta sobre las sorpresas que depara esta gala, las conexiones entre las diferentes cinematografías, los escollos de la mujer en el cine y el reto de cumplir años en una profesión que adora la juventud.
La octava edición de estos galardones llegará con "un gran despliegue" en el que no solo estarán presentes los nominados, sino también multitud de actores latinoamericanos en una "alfombra roja espectacular". "Tenemos ganas de encontrarnos y mirarnos a los ojos", ha reconocido Acosta sin desmerecer, eso sí, las nominaciones de este año, lideradas por El olvido que seremos, dirigida por Fernando Trueba y protagonizada por Javier Cámara, y La llorona, del guatemalteco Jayro Bustamante.
Hoy en día la globalización es tan grande que nos entendemos bastante bien, el idioma nos une y el amor al oficio también", afirma Juana Acosta
Uno de los retos de los premios Platino ha sido siempre salvar las diferencias culturales y tender puentes, una premisa que va más allá del idioma. Del mismo modo ocurre con el transcurso de la gala, en la que, de nuevo, se recurrirá a "códigos universales". "Hoy en día la globalización es tan grande que nos entendemos bastante bien, el idioma nos une y el amor al oficio también", ha asegurado la actriz durante una entrevista concedida en Casa de América, en Madrid, un mes antes de la ceremonia.
Es inevitable dejar de lado una de las cuestiones que más controversia ha generado entre las mujeres cineastas. Hace unos meses, el Festival de Cine de San Sebastián anunció su decisión de eliminar la diferencia de género en la categoría de los premios a la mejor actuación. Lo cierto es que el festival donostiarra no ha sido pionero en esta decisión, ya que un año antes lo había anunciado ya la Berlinale, mientras que la academia de cine de Países Bajos ha decidido también que sus "premios Goya" eliminarán la separación entre hombres y mujeres.
Juana Acosta ha reconocido que aún no tiene una respuesta "muy elaborada" al respecto, aunque reconoce que ve importante que "el actor tenga su lugar y la actriz también". "Esperemos que no se lo empiecen a dar a hombres y nosotras seamos las últimas de la fila, como suele pasar. En dos o tres años volveré a responder a la pregunta. Puedo equivocarme, pero es mejor que cada uno tenga su sitio", ha indicado.
Juana Acosta: sin miedo a madurar
Preguntada acerca de las declaraciones que la actriz Aitana Sánchez-Gijón hizo a Vanity Fair con motivo de la puesta de largo de Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, en el Festival de Venecia, en las que afirmó que a partir de los 35 años el cine dejó de contar con ella y que pasó de ser "el objeto de deseo a la madre del objeto de deseo", Juana Acosta reconoce que es algo que le ocurre a muchas actrices. "Llega un momento en el que el teléfono suena menos o deja de sonar", apunta, por lo que cree que la "lucha" consiste en "combatir eso".
Ella, en cambio, cuenta con una carrera artística sin pausas, en cine y televisión, y celebra que su trayectoria no se haya detenido. "Sigo celebrando que siga sonando el teléfono a mis 44 años y espero que no deje de sonar, sigo trabajando todos los días para que así sea", admite.
Para mí es un trabajo intentar que cada personaje sea muy diferente al anterior, no tenerle miedo a la que ahora es la madre del deseo, sino entender que el tiempo pasa", señala la actriz
"Confieso que para mí es un trabajo intentar que cada personaje sea muy diferente al anterior, no tenerle miedo a la que ahora es la madre del deseo, sino entender que el tiempo pasa y que ahora no seré yo la que cuenta eso sino la que cuenta otra historia, pero que haya un espacio para que yo también pueda contar lo que tengo que contar a mi edad, que estoy con la madurez, la profundidad, la hondura y la experiencia, con lo que no tenía cuando tenía 20 años", apunta.
Para lograrlo, cree que la solución está en conseguir "más personajes femeninos en las historias, más papeles en los que la mujer lleva la acción, el hecho de encontrar guiones escritos por mujeres que retraten universos femeninos y no solo masculinos". En su caso, aporta su grano de arena con la productora que comparte con su hermana, Valentina Acosta, que nació con el objetivo de contar historias en las que las protagonistas sean las mujeres, y también los equipos, desde las directoras, a las escritoras, o las showrunners para "retratar el universo femenino, que es riquísimo".
Esta aventura se suma a la nominación al premio Goya a la mejor actriz secundaria por El inconveniente, su presencia en la serie de Netflix El inocente o el inminente estreno de Las consecuencias, de la venezolana Claudia Pinto. Además, acaba de rodar a las órdenes de Imanol Uribe y ha trabajado también con el uruguayo Gustavo Fernández en el filme Lobo feroz, pendiente de estreno. Su carrera, tal y como ella asegura, no se detiene.