La comedia Descarrillados fue uno de los primeros rodajes que arrancaron en 2020 tras el confinamiento debido a la pandemia por coronavirus y el próximo 12 de agosto, por fin, llegará a la gran pantalla dispuesta a impulsar la taquilla y hacer reír con su apuesta disparatada y descabellada. En el segundo verano atípico de nuestras vidas, parece que el humor más extravagante, absurdo e insensato es siempre bien recibido y este puede convertirse en uno de los mejores ejemplos.
Julián López (El Provencio, Cuenca, 1978) protagoniza junto a Ernesto Sevilla y Arturo Valls esta comedia loca sobre un viaje de tres amigos por Europa. Su rostro invita siempre a la carcajada desde el primer momento en el que aparece en la gran pantalla y su nombre es imprescindible en la comedia española desde que participó en Pagafantas (2009) y No controles (2011), ambas de Borja Cobeaga, películas que solo han sido el comienzo de su prolífica carrera en la comedia, en las que también han destacado Torrente, Perdiendo el norte o la recientemente estrenada Operación Camarón.
Junto a Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla, Raúl Cimas, Carlos Areces o Pablo Chiapella forma parte de la cantera de cómicos del extinto programa La hora chanante (más tarde, Muchachada Nui) que renovó el panorama humorístico nacional y que se ha extendido tanto por la televisión como por el cine y los teatros. Queda cuerda para el humor más surrealista y alocado que proponen estos cómicos y Julián López encabeza los decibelios de los alborozos del público. Con motivo de su próximo estreno, en Vozpópuli hemos hablado con él.
Pregunta: Descarrilados es cuenta una aventura disparatada sobre un viaje de interrail por Europa. ¿Tuviste en tu juventud un viaje tan loco como este?
Respuesta: Me refiero a ella como una comedia loca en la que pasan mil cosas a los protagonistas y en la que el público va con ellos. He hecho viajes así más maduro, dentro de mi juventud, pero hace como 20 años no viajaba demasiado, solo por trabajo, y era todo muy local. Hacías trastadas y te pasaban cosas, pero nunca llegó a ser un viaje como el de estos descerebrados, que es desternillante.
P: El humor (y quizás el fútbol también) es de las pocas cosas que ponen de acuerdo a todos los españoles. ¿Piensas en esto?
R: Aúno las dos cosas, porque soy bastante futbolero y me gusta vivir con pasión los partidos -eso sí, con conocimiento y con sensatez, que es como se tiene que vivir el fútbol-. En la comedia, pienso que al ser algo muy subjetivo hay cosas que hacen reír a unos y a otros no, pero es verdad que es un género muy agradecido. Todo aquel que vaya al cine a ver una comedia se va a reír, está bendecido por alguien que une en la risa.
P: Este año se conmemora el centenario del nacimiento de Luis García Berlanga, uno de los directores que mejor comprendió la realidad española. Parece que los directores de comedia siempre tienen una capacidad para dar en la diana, como les ocurre en la actualidad a Borja Cobeaga, Diego San José o Santiago Segura.
R: Siempre he pensado que la esencia española se cuenta mejor con comedia que con drama. En la manera de ser del español medio, el vehículo perfecto es la comedia, por eso Berlanga está tan encumbrado -y lo debería estar más-, porque utilizaba la mejor vía que podía utilizar. Y hay otros directores que han retratado muy bien la idiosincrasia desde otros géneros, pero hacerlo a través de ese poso de amargura que deja el humor en el que salen los perdedores es la mejor manera de contarlo y como mejor permanece en la memoria.
P: Todo el mundo resalta tu vis cómica pero también apetece verte en otros registros. ¿Ocurrirá pronto?
R: No se trata solo de lo que me apetezca hacer sino de las propuestas que llegan. En el momento en el que se apuesta por otro estilo de contar las cosas entran otros condicionantes, como un buen guion o un productor que se arriesgue, incluso el propio público, que cuando lo vea no espere la tontería para la risa. Por eso no doy muchas vueltas, ya se verá. Pero todos nos hacemos mayores, por cuestión de madurez la fruta se caerá al suelo e imagino que llegarán otras propuestas.
"Hay algunos rincones hacia los que vamos que son muy oscuros porque nos amordazamos y no se va a poder hacer absolutamente nada. Hay que tener una cosa clarísima en ficción: está en otro código, en otra frecuencia", afirma el actor
P: ¿Y te atreverías a dirigir?
R: He tenido alguna propuesta pero me infunde mucho respeto y no creo que esté preparado. Me gustaría haber hecho cosas más pequeñitas para estar listo si me proponen algo. No es algo que tenga en mis planes, creo que tiene que ser algo más vocacional. Si no noto que algo me nace de dentro es difícil que lo haga, pero por respeto a quienes sí les sale y que están más cualificados. Es algo que veo lejano aunque no cierro la puerta.
P: Durante la promoción de ¡A todo tren! Destino Asturias, Santiago Segura señaló en una entrevista a El Correo que en la actualidad sería difícil sacar adelante Torrente. ¿Estás de acuerdo?
R: Entiendo que lo dice porque la sociedad deriva a que todo el mundo esté irascible, cogiéndola con papel de fumar y estar pendiente de lo que se dice. Es muy peligroso hacia dónde vamos o por lo menos hay algunos rincones hacia los que vamos que son muy oscuros porque nos amordazamos y no se va a poder hacer absolutamente nada. Hay que tener una cosa clarísima en ficción: está en otro código, en otra frecuencia distinta a la vida real. Los mensajes tenemos que ser nosotros los que los extraigamos.
Cualquier persona que se ponga las películas de Segura ve que es un retrato deformado de la sociedad española como en su día hizo Valle-Inclán", señala Julián López
P: ¿Crees que esos límites pueden llevar a una autocensura en la comedia?
R: Desde luego, creo que ha ocurrido actuando o dirigiendo en código de comedia y ficción. Cualquier persona que se ponga las películas de Segura ve que es un retrato deformado de la sociedad española como en su día hizo Valle-Inclán, es algo más viejo de lo que parece, no es que él inventara la Cola-Cola. Lo que hizo es transformar algo: ponernos frente al espejo y mirar cómo podemos ser algunas veces. Él hace un retrato y cada uno tiene que sacar sus conclusiones.
P: ¿Hay algo de La Hora Chanante o Muchachada Nui que pueda ponerse en tela de juicio?
R: Lo he pensado. Llevamos ciertos años viviendo cosas y con mis compañeros comentamos que el día de mañana nos va a ocurrir. Empiezas a bucear en la memoria y piensas en un monólogo o en un sketch. Hay cosas que si alguien las sacase hoy no pasaría nada, no va a trascender, pero yo voy a pasar un mal rato. Pensaría que es algo tremendamente injusto, porque es la descontextualización en su estado más puro.
P: Hace unas semanas, una directora de una importante sala de monólogos de Madrid causó polémica con unas declaraciones acerca del nivel de las mujeres humoristas y el sector ha respondido de manera dispar.
R: Es algo con lo que no estoy de acuerdo, por supuesto. Tengo tres hermanas y he crecido por suerte en un ambiente en el que nunca he pensado que pudiera ser mejor que ellas por el hecho de ser un hombre. Eso se lo debo a ellas, así como a mi madre y a mi padre, que nos lo han inculcado. Nunca me he visto por encima de una mujer. El talento de una persona siempre va a ser mi vara de medir. Hay que dar la importancia justa a las opiniones. Respondamos con acciones y ya está.