Entre los actores, directores y otras estrellas que se pasean estos días por San Sebastián ha pasado probablemente desapercibido para la mayoría de los viandantes una de las personalidades más celebres de esta edición. Al brillo y glamour de Ricardo Darín, Olivia Wilde, David Cronenberg, Penélope Cruz o Juliette Binoche se ha sumado la sabiduría y el conocimiento de Kazuo Ishiguro, premio Nobel de Literatura 2017 y guionista de Living, una de las películas que componen la sección Perlas del certamen donostiarra en su 70º edición.
El escritor británico de origen japonés adapta en esta película el guion del clásico de Akira Kurosawa Vivir -o Ikiru, en su idioma original- (1952) y esta tarea no es ninguna casualidad, puesto que Ishiguro siempre ha reconocido la influencia del cineasta japonés en sus obras.
"No es mi película favorita de Kurosawa, pero el mensaje que transmite me influyó mucho en lo que yo decidí hacer con mi vida. Cuando era joven nunca llegué a soñar que sería un escritor conocido, ni mucho menos un premio Nobel. Pensaba que mi vida iba ser discreta como los funcionarios de la película", ha señalado el escritor durante una entrevista a Vozpópuli con motivo de su visita al festival.
Cuando era joven nunca llegué a soñar que sería un escritor conocido, ni mucho menos un Premio Nobel", cuenta Ishiguro
Living, dirigida por el caboverdiano Oliver Hermanus y que tuvo su puesta de largo mundial en la pasada edición del Festival de Venecia, está ambientada en la década de 1950 en plena posguerra en Londres. Williams, un veterano funcionario demasiado sumergido en la rutina y el papeleo de la oficina, descubre un diagnóstico medico que le resulta demoledor. Tras conocer la noticia, decide vaciar su cuenta de ahorros y hacer feliz a todos quienes están a su alrededor.
A diferencia de otras películas americanas, con las que recibió un mensaje erróneo sobre el éxito, según las cuales para encontrarlo uno ha de "hacer algo grande" y "convertirse en una estrella o construir un estadio enorme" para su ciudad, en la película de Kurosawa el escritor encontró la inspiración.
"Lo que decía era que tu vida puede tener un significado y puedes vivirla al máximo, incluso llevando una vida discreta, sin tener muchas oportunidades, y no importa si otras personas reconocen lo que tú has hecho. De hecho, es muy probable que la gente olvide lo que hayas hecho o que alguno se lleve el mérito por algo que hayas hecho tú mismo", ha señalado.
Sin embargo, cree que eso no es lo importante, sino que uno ha de encontrar "el sentido solitario del éxito y del fracaso". "Si puedes lograrlo, es muy posible que consigas hacer que una vida discreta sea significativa y trascendente. Creo que al hacerme mayor había vivido una gran parte de mi vida con esta idea. Yo quería ver esto en versión inglesa, porque pensé que una nueva generación se podría identificar", ha señalado Ishiguro.
El capitalismo ha creado situaciones en las que las personas trabajan en pequeñas celdas durante muchas horas y mucha gente no sabe para qué va a servir su contribución al mundo", señala el escritor
Al hilo de esto y en referencia a Living, el premio Nobel está convencido de que "el mundo se había convertido en un lugar más difícil para los individuos, para encontrar el sentido al trabajo" y que "el capitalismo" ha creado situaciones en las que las personas trabajan en "pequeñas celdas durante muchas horas y mucha gente no sabe para qué va a servir su contribución al mundo". "Trabajamos, recibimos un salario y no sabemos nada más del resto del mundo", lamenta.
Kazuo Ishiguro y la vida cotidiana
Ishiguro ha reconocido que para él fue "maravilloso" recibir el premio Nobel, un galardón que le sorprendió muchísimo. Sin embargo, asegura que no le ha cambiado su trabajo. "No lo hace ni más fácil ni mas difícil. Cuando trabajo en mi estudio, los problemas de dar vida a los personajes o cómo hacer que las relaciones entre ellos sean interesantes no varían, no importa que hayas ganado el Nobel o no, nadie te va a ayudar con estos problemas cotidianos", ha dicho.
En su discurso de aceptación del Nobel, Ishiguro habló de las revelaciones, que a veces llegan de música como Tom Waits o del cine clásico. Preguntado por sus referencias cinematográficas, el escritor hace mención al cine japonés de los 50, las comedias americanas de los años 30, el cine de Billy Wilder en los 40, las películas de los franceses Chabrol o Rohmer, los western de John Ford y Sergio Leone o las películas italianas de los 70.
En su lista entran muchos y variados cineastas. Precisamente, sobre esa variedad y sobre los lenguajes más novedosos, Ishiguro recuerda el año en el que Pulp Fiction recibió en Cannes la Palma de Oro. "Muchos críticos de cine dijeron que era una basura. Hoy, los mismos críticos dicen que es un clásico. Tarantino tiene muchísimo talento. A pesar de la presión comercial de Hollywood sigue produciendo grandes películas", ha agregado.