Las novelas de Arturo Pérez-Reverte siempre han sido una tentación para quienes se dedican a contar historias a través de la cámara de cine. No son pocos los directores que han caído rendidos a sus tramas, a sus personajes y a sus aventuras, y ahora el colombiano Sergio Dow se suma con La piel del tambor, una película que se estrena este viernes en los cines españoles y que completa una lista de 13 producciones, entre películas y series, basadas en los relatos del autor.
Entre estos cineastas, figuran nombres nacionales como los de Pedro Olea, que en 1992 dirigió El maestro de esgrima, así como Gerardo Herrero (Territorio Comanche, 1996), Enrique Urbizo (Cachito, 1996), Agustín Díaz Yanes (Alatriste, 2006, y Oro, 2017), Imanol Uribe (La carta esférica, 2007), y también el internacional Roman Polanski, que llevó a la gran pantalla El club Dumas bajó el título La novena puerta (1999). A estos títulos y nombres emblemáticos del audiovisual se suman también varias series de televisión, aunque es de sobre conocida la reacción del escritor y académico de la RAE a algunas de ellas, en algunos casos nada favorables.
No ocurre siempre y cuando una película no me gusta me callo, ahora, cuando me gusta lo digo. Es una gran película”, ha señalado Pérez-Reverte
Por eso mismo, durante la promoción de La piel del tambor, Pérez-Reverte, que no ha estado involucrado en el proceso de rodaje, disipó ante los medios cualquier duda acerca de su opinión acerca del resultado de esta producción. "La película es extraordinaria", señaló en declaraciones a los periodistas. “No ocurre siempre y cuando una película no me gusta me callo, ahora, cuando me gusta lo digo. Es una gran película”, insistió el escritor, quien alabó el trabajo del director Sergio Dow y de todo el reparto de la producción. “Quizás junto con El maestro de esgrima que hizo Pedro Olea, sea de las mejores películas que han hecho de un texto mío”, confesó el autor, según recogió Efe.
Pérez-Reverte no tuvo buenas palabras, en cambio, para la serie Las aventuras del Capitán Alatriste, de Telecinco, protagonizada, entre otros, por Aitor Luna o Lucía Jiménez. De ella, el escritor solo salvó a los actores, una historia "amena" y una realización "aceptable", tal y como indicó en su perfil de Twitter, red social en la que es muy activo, y en la que tiempo antes ensalzó el trabajo de Emmanuelle Seigner en el papel de Irene Adler en La novena puerta, adaptación de El club Dumas. Del mismo modo, La piel del tambor ya tuvo una adaptación a una serie de televisión.
El reto de adaptar a Pérez-Reverte
La piel del tambor cuenta con un reparto encabezado por Richard Armitage (Robin Hood, Strike Back, El hobbit), quien da vida al padre Quart, protagonista, y que completan, entre otros, Amaia Salamanca en el papel de la joven aristócrata Macarena Bruner; Rodolfo Sancho, que interpreta a Pencho Gavira, ex marido de Macarena; o Paul Guilfoyle (C.S.I, Turnover, Spotlight), que da vida al padre Spada.
El director de esta película, Sergio Dow, ha señalado a Vozpópuli que los retos de esta película han sido muchos, pero principalmente adaptar "una obra emblemática, importante, que ha sido traducida a 32 idiomas en 50 países, de la que hay reimpresiones constantes". "No se trataba de hacer una adaptación libre ni mucho menos, sino de mantener la integridad, que reflejara el espíritu, que el espectador que la viera reconociera que era una novela del escritor".
No se trataba de hacer una adaptación libre ni mucho menos, sino de mantener la integridad, que reflejara el espíritu", señala el director
Esta película, una coproducción entre España, Italia y Colombia, ha tenido como escenarios las ciudades de Roma y Sevilla y está rodada en inglés, idioma del que no huye la trama ni siquiera cuando dialogan entre sí los actores españoles. Aunque a menudo se dice que las historias más locales son las más universales, quizás por la capacidad que tienen de profundizar en unos personajes que destilan realismo, en esta adaptación cinematográfica se ha decidido optar por prescindir de elementos propios del lugar donde está rodada, como el idioma.
Su vocación para viajar y el objetivo de entretener al espectador en una historia que aborda aspectos como la fe y la corrupción desde el thriller son quizás los elementos que consiguen mantener el "equilibrio" con el que, en palabras del director, lograr contentar a las "legiones de lectores" de Pérez-Reverte.