Cultura

¿Vivir del cuento tres días? ¡En Guadalajara es posible!

Hay ciudades como Hamelín o Canterbury que conocemos a través de los cuentos y hay otras como Guadalajara, que se transforman gracias a ellos.

No pueden enfadarse los habitantes de Guadalajara cuando les llamen cuentistas. Porque lo son –hasta el alcalde-; al menos durante tres días, los que dura el Maratón de los Cuentos que convoca la ciudad cada segunda semana de junio, desde hace 21 años, en el Palacio del Infantado. En esta oportunidad, la cita se celebra desde el viernes 14 hasta el domingo 16 de junio.

No es un asunto exclusivo de niños o jóvenes. En el Maratón de los Cuentos de Guadalajara participan personas de todas las edades, ocupaciones y procedencias. La mayoría son vecinos, aunque muchos también vienen desde otros lugares –los 27 países de Europa, por ejemplo, y otros continentes- para disfrutar de esta fiesta del relato. Sólo hay una condición para participar: nadie puede leer su historia, debe contarla de viva voz.

“En este festival no hay lectores, hay contadores de cuentos; tampoco hay oyentes sino escuchadores, como nos gusta llamarles”, cuenta Blanca Calvo, actual directora de la Biblioteca de Guadalajara, quien ha visto cómo año tras año, el Maratón ha ido robusteciéndose. Fue en 1992, durante su gestión como alcaldesa de la localidad, cuando comenzó a organizarse el encuentro, que entonces formaba parte de la Feria del Libro.

Se calcula que el año pasado participaron más de 1.500 personas, quienes relataron cerca de 960 cuentos en 46 horas. Vale la pena decir que gracias a su primer récord de 36 horas, la ciudad se hizo con un reconocimiento del Libro Guiness que ahora, dicen ellos mismos, deberían actualizar. Tres días dan para mucho. Y los más de 15.000 “escuchadores” que asisten lo saben.

¿Quién organiza este Maratón y por qué? Lo primero que hay que decir es que se trata de una iniciativa del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil de Guadalajara, con sede en la Biblioteca Pública del Estado de esta ciudad, la cual se lleva a cabo, justamente, gracias a la participación ciudadana.

El objetivo es empapar de lectura e imaginación a los habitantes de la zona. No sólo a niños, también a jóvenes, adultos, ancianos… “Es posible saber cuándo estamos más o menos cerca de la fecha, porque la biblioteca comienza a llenarse de gente buscando historias para contar en el maratón”, cuenta Calvo.

El Maratón de Cuentos de Guadalajara ha tenido participación en distintos programas culturales europeos e internacionales y justamente esta semana ha recibido el sello Buenas Prácticas Iberoamericanas que concede el Ministerio de Cultura. Se trata de un reconocimiento a las propuestas didácticas de todo el ámbito iberoamericano que contribuyen a desarrollar la competencia en comunicación lingüística.

Historias de cueva en cueva

Este año, el Maratón tiene un matiz distinto. Busca recuperar el momento primigenio del relato oral. En ese sentido, Sudáfrica es el origen. Allí se encuentran lugares como las cuevas de Sterkfontein, donde se han encontrado los fósiles de homínidos más antiguos, o la cueva de Blombos, decoradas con figuras geométricas de 75.000 años de antigüedad.

Si hay un lugar donde surge el pensamiento simbólico y del que bebe la tradición oral es África y justamente por esa razón, este año, el Maratón de los Cuentos tiene como lema “Historias de cueva en cueva”, frase detrás de la cual tiene espacio un programa de cooperación con Sudáfrica que incluye también lecturas en distintas cuevas españolas: la de los Casares, en Guadalajara, o la de Atapuerca, en Burgos.

Recuperando  esa idea de cueva, de lugar de reunión, Guadalajara permanece contando y escuchando. Lo hace año, tras año, desde las cinco de la tarde de un viernes hasta las tres de la tarde de un domingo de junio. En este caso, del 14 al 16 de junio.

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