Cultura

Jonathan Franzen: "Siento un profundo compromiso de luchar por la novela"

Fue el encargado de inaugurar el Salón Literario de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, uno de los eventos de mayor importancia y prestigio cultural del contienente, que se celebra ahora en México. Allí, habló de sus libros Más afuera y Libertad y de su relación con la literatura latinomericana.

El estadounidense Jonathan Franzen afirmó  en México que está comprometido como escritor a "luchar por la novela", un género en el que cree, que sigue vivo y que mantiene su vigor pese al avance de nuevas tecnologías y forma de comunicación. "Mi propia vida ha sido tan transformada y enriquecida por la existencia de las novelas que siento este profundo compromiso de luchar por la novela como una forma", sostuvo Franzen en Guadalajara, oeste de México, donde inauguró el Salón Literario de la Feria Internacional del Libro 2012 (FIL).

"Mi comunidad son los lectores y los escritores", expresó Franzen ante varios cientos de personas que le escucharon contestar preguntas del escritor mexicano Jorge Volpi y otras del público. Explicó que siendo un veinteañero tenía la "abrumadora responsabilidad" que le cargó su familia de ayudar a otros, y decidió que lo haría "escribiendo una novela" que cambiara el mundo, un proyecto que con los años y una mayor madurez sustituyó por un compromiso real por la palabra escrita y dedicado a la novela. Este género, señaló, "vivió su Edad de Oro" en el siglo XIX pero sigue vigente porque ha tenido una transformación formal y hoy es posible "amar a Jane Austen y a William Faulkner".

Dijo que como escritor siente gran satisfacción por la posibilidad de estar cerca de "lectores reales", con la que puede "conectar en lugares como México y Sudamérica" o en cualquier parte del mundo y que le ha traído estos días por primera vez la FIL. Preocupado por que el libro electrónico pueda generar en el público la creencia de que comprar un libro no debe costar dinero, Franzen se mostró crítico con el uso de redes sociales como Twitter y Facebook, a las que considera "adicciones" y un "paliativo" a la falta de una verdadera comunicación.

Reconoció, a diferencia de lo que sucede con la música, que un escritor "jamás va a conseguir una audiencia de 40 millones de personas" para sus libros fácilmente. Pensativo, reflexivo ante las preguntas que se le hicieron pero también con gran sentido del humor, confesó que algunos de sus "héroes" son autores como Alice Munro o Don DeLillo, quienes hacen gala de "una especie de integridad por no tener grandes audiencias" que un mundo como el actual de famosos y celebridades.

"No hay nada que ser famoso me pueda conseguir, no hay nada que quiera que me pueda eso conseguir excepto, a veces, una buena mesa en un restaurante en Nueva York", dijo de sí mismo al respecto. De sus vínculos con la narrativa latinoamericana indicó que hace años leyó a escritores como Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes o Mario Vargas Llosa, y que hace poco ha vuelto a acercarse a otros como Roberto Bolaño o Juan Gabriel Vásquez, más jóvenes o contemporáneos suyos. "(En Latinoamérica) hay una gran sofisticación formal, hay muchos menos juegos con el lector ahora. Siento que la nueva generación de escritores está encontrando un modo de solo ser seres humanos sin preocuparse de lo que la gente piense de ellos como colectivo", indicó.

Una parte de la conversación giró en torno a sus obras más recientes, Más afuera (2012) y Libertad (2010), su novela más famosa. De esta última, que transcurre cuando EE.UU. sufrió los atentados del 11 de septiembre en 2001 contra las Torres Gemelas, el mexicano Volpi dijo que Franzen "urdió un universo narrativo en el cual los zigzagueos vitales" de los personajes, en cierta medida semejantes a los de Guerra y Paz de León Tolstoi, mostraban "no solo los triunfos y sinsabores de la clase media estadounidense sino la desazón suscitada por la presidencia de George W. Bush (2001-2009)".

"En aquellos años empecé a sentir que todos (los estadounidenses) intentábamos ser responsables en nuestro discurso político para cuidarnos unos a otros y que el país estaba tomando ventaja de nosotros", ofreció Franzen como explicación. Confesó que en algún momento trató de hacer de ese libro "una novela política" pero fracasó y que terminó yéndose por otros derroteros incapaz de imaginar "un republicano simpático". Antes de su conversación con Volpi, el escritor estadounidense recibió la medalla "Carlos Fuentes" de manos de la viuda del escritor mexicano, Silvia Lemus, quien también recibió otra por parte del presidente de la FIL, Raúl Padilla

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