Cultura

¿Existe el fitness filosófico? Sí, 101 ejercicios lo demuestran

Porque la filosofía no consiste en concebir ideas, sino en ponerlas a prueba. De ahí esta lista de más de un centenar de acciones tan cotidianas como extraordinarias...

  • (Imagen: Olga Capdevilla).

De las ciento una experiencias, quizá la más extraordinaria sea la de sentarse, en una habitación vacía, y repetir únicamente nuestro nombre, sin parar, durante veinte minutos. Pero ese depende de cada lector, que hará con este libro lo que le plazca: dejar pasar 120 veinte minutos, a todo volumen, para convertirse en música; preguntarse “cómo se divertían los locos en los tiempos en los que había locos y la gente se divertía”;  creer en la existencia de un olor o sonreír a un desconocido.

Él es el hombre de las preguntas delirantes –quién si no, hubiese escrito Entrevistas con Michel Foucault y La religión explicada a mi hija-. Es Roger-Pol Droit, investigador en el CNRS, director de seminario en Institut d’Études Politiques de París, miembro del Comité Nacional Consultivo de Ética de Francia y director de Filosofía de la UNESCO, de quien ahora el sello Blackie Books publica el libro 101 experiencias de filosofía cotidiana, un libro afirmativo –que no blandengue- bellamente ilustrado además por Olga Capdevilla.

Porque la filosofía no consiste en concebir ideas, sino en ponerlas a prueba. De ahí esta lista de más de un centenar de acciones tan cotidianas como extraordinarias, que coquetean no con el optimismo, sino con la posibilidad de detenerse en el valor de las cosas que parecen no tenerlo.

La experiencia número nueve, provocarse un dolor leve; la número quince, caminar en la oscuridad; la 55, inventarse los titulares de la actualidad; la 57, quitarle el sonido a la tele o, en general, aumentarle el volumen al mundo marginal y a la vez extraordinario que se esconde, como el polvo, en el borde de las cosas.

“Se trata –dice Droit- de crear microscópicos acontecimientos desencadenantes, impulsos mínimos”. Que la vida sea un juego, un repertorio realizable de pequeñas contemplaciones. Cada experiencia descrita en las páginas, asegura el autor, está pensada para realizarse en la vida real, para repetirlas o corregirlas. ¿Adónde va a parar todo esto?  “A donde tú vayas”, asegura.

Airear la vida como quien sacude un mantel, permitirse el gesto afirmativo de lo pequeño, lo insignificante. Editad en la colección Academia de Blackie Books, con este libro, el sello independiente profundiza en esa forma, aparentemente leve, de hablar de lo serio. Recuperar lo que no hay, procurarlo ahí donde reina la confusión y el hartazgo.

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