Cultura

Lucía Puenzo: "En los ochenta estaba permitido todo lo que nos escandaliza ahora"

Un concurso de belleza, una finca aislada en la selva mexicana y 32 guapísimas chicas 
luchando por el triunfo. Estas premisas tan de temible 'reality show' son las que ha manejado la realizadora argentina Lucía Puenzo para su nueva ficción, a partir de este domingo en la plataforma Starzplay

El físico siempre manda, ahora en las redes sociales, con sus fotos atrevidas anunciando marcas y sus likes pero hace 30 años, cuando las pantallas eran otra cosa, fueron los concursos de belleza los que reflejaban una manera de entender la vida de lujo y, también, a la mujer. Ganar un certamen podía ser un pasaporte a la fama y al dinero y se pagaban precios muy altos, a costa de la autoestima y, también, la salud. Este mundo tan terrible es el que refleja Señorita 89, la nueva ficción de ocho episodios de una autora imprevisible, Lucía Puenzo (XXY, El médico alemán), que ha contado con la producción del chileno Pablo Larraín. Puenzo contesta a Vozpopuli desde su casa en Buenos Aires, ciudad en la que nació en 1976.

Pregunta: Tu nueva serie es casi como un reality show pero sin cámaras aunque con los mismos odios y amores súbitos. ¿Cómo encaja esta ficción en tu filmografía?
Respuesta: Creo que es una continuación de mi trayectoria. Cuando estábamos rodando la segunda temporada de La Jauría [sobre abusos sexuales en un colegio] los hermanos Juan de Dios y Pablo Larraín pensaron en realizar su primera serie en México. Querían un equipo de mujeres latinoamericanas y la premisa era desarrollar el mundo de la belleza en México a finales de los 80. Se nos ocurrió la idea de una matriarca, Concepción (Ilse Salas), que organiza el primer concurso de belleza de México en su finca La encantada, en plena selva. Hasta allí viajan 32 señoritas muy jóvenes e ingenuas representando a sus estados. Nos pareció un escenario muy potente para reflejar la situación social y política del país. En los 80 todo lo que ahora nos escandaliza estaba permitido.

P: Y todo en un universo cerrado, con drogas, explotación sexual, crímenes. Una mujer cae del tejado sobre un coche ya en el primer capítulo…
R: Los mundos cerrados siempre me han parecido muy atractivos. Siempre sucede algo atractivo si encierras a gente en un sitio, y más durante tres meses, como ocurre aquí.

P: Siempre hay algo incómodo en tus relatos, en este caso la chica sacándose leche a escondidas, las operaciones quirúrgicas, el trato terrible a las aspirantes…
R.: ¡Puede ser! Es misterioso de dónde lo saco. Son mis miedos, pero no tienen que ser experiencias propias. Siempre que hablo de mujeres jóvenes hablo de problemas que afectan a millones de personas y a veces no son fáciles de ver. Las guionistas son mujeres [María Renée Prudencio, Tatiana Mereñuk y ella] y la dirección es también casi totalmente obra de mujeres [Silvia Quer, Jimena Montemayor, Lucía y, como excepción, su hermano Nicolás] así que nuestro mundo está muy presente, por supuesto.

Las misses se dan pronto cuenta que están en un mundo diseñado por un depredador, que no es un solo hombre, son varios


P: ¿Cómo es tu relación con Pablo Larraín, que se ha quedado a las puertas de la nominación por la dirección de Spencer?
R: Su hermano Juan de Dios y él son muy respetuosos con nuestro trabajo y siempre han estado ahí para consejos y apoyos, pero sin entrometerse nunca. Son amigos y colaboradores. Ahora mismo estamos con la tercera temporada de La Jauría y una nueva película.

P: ¿Ha cambiado tanto la vida en México desde 1989 a 2022?
R: Empecé a conocer este país cuando mi padre [Luis Puenzo, ganador del primer Oscar para Argentina por La historia oficial en 1985] rodó allí Gringo Viejo y toda la familia estuvo allí durante un año. Luego volví de mochilera y me recorrí el país de punta a punta. Ahora, he vuelto a rodar e incluso he tenido a mi hija allí, así que tiene un pedazo de mi corazón. Pero también te digo que me beneficia ser argentina y tener cierta distancia. Por ejemplo, en política no nos parecemos en nada. Las derechas e izquierdas aquí y allí son muy diferentes. Ambos países, sobre todo México, han perdido su ingenuidad. Con Televisa el público era mucho más ingenuo y ahora vemos con otros ojos todos esos escándalos del pasado y esa relación entre política y televisión.


P: Me ha gustado mucho una frase del primer capítulo: ‘El mundo es una trampa diseñada por el peor depredador’. ¿Tiene algo que ver con Simone de Beauvoir y Virginia Woolf, autoras que también se mencionan en la serie?
R: ¡Muchas gracias! Sí, es eso. Las misses se dan pronto cuenta que están en un mundo diseñado por un depredador, que no es un solo hombre, son varios. Y eso es el corazón de la serie, cómo se defenderán ellas.

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