Fue una mañana de primavera de 1989 cuando Miguel Ángel Rodríguez, entonces convertido en el director de comunicación veinteñaero del Partido Popular de José María Aznar, citó al productor musical e ingeniero de telecomunicaciones asturiano Manuel Pacho, creador de sintonías publicitarias inmortales como papillas Puleva, le va, le va, le va, en el número 13 de la madrileña calle Génova para encargarle una misión: componer una melodía que identificara al partido tanto o más que el par de gaviotas.
Aunque Pacho (Oviedo, 1953) solía pedir a sus clientes un puñado de valores con los que identificar a las empresas, no consiguió sonsacárselos al equipo de Aznar y tuvo que atribuírselos él mismo. Tras repasar varios mítines, llegó a la conclusión de que aquel PP que luchaba por captar votos en la España felipista era "un partido de derechas, liberal y que daba idea de avance"; así que, en una semana, Rodríguez tenía el pa pam pa pam papara pa pam en sus manos, un jingle sencillo y pegadizo que la formación política pronto bautizaría como el himno del PP.
Entre las decenas de libros, cuadros y recuerdos de viajes que decoran su colorido despacho, el compositor asturiano explica a 'altavoz' cómo fue el encargo del pegadizo himno del PP
Han pasado casi 30 años de aquel lanzamiento, pero la música continúa vigente. Incluso es identificada por generaciones más allá de los denominados millenials, un logro del que Pacho, que en más de una ocasión ha asegurado no ser militante del PP, se siente muy orgulloso.
Sin embargo, según explica a altavoz entre las decenas de libros, cuadros y recuerdos de viajes que decoran su colorido despacho, su carrera ha estado marcada por constantes idas y venidas. "Hacer un jingle importante en esta profesión no vale para nada, no se acumulan méritos, tienes que seguir estando activo", reconoce.
En los últimos años, el también ingeniero de telecomunicaciones se ha especializado en música corporativa, un campo en el que asegura que hay mucha competencia
Por ello, en los últimos años este dicharachero asturiano se ha especializado en música corporativa, esa que sirve para hacer las esperas más amenas a quienes llaman por teléfono o con la que arrancan los vídeos internos o juntas de accionistas. "Las empresas necesitan tener una música propia que las diferencie y represente", advierte convencido.
A sus 64 años, a Pacho aún le quedan muchos sueños por cumplir. Componerle un himno a Podemos sería uno de ellos si se tratase de un partido "danés o inglés". "Pablo Iglesias es un tío que me cae muy bien, pero por una fidelidad tácita que tengo con el PP, que me trató muy bien, no me gustaría hacer la música para otro partido en este momento", reconoce este creador de más de mil melodías que invitan al tarareo.
¿Cuando comenzó su interés por la música?
Mi abuelo fue un emigrante del norte de España que se fue a Argentina. Al volver, se trajo un piano de cola, así que en casa de mi abuelo había un piano y mi madre y sus hermanas lo tocaban. De pequeño eso te alucina y te terminas interesando por ello. Luego, con diez años, estudié solfeo y empecé a tocar el violín en el conservatorio de Oviedo. A los 16 años, en los 60, montamos un grupo, Los Estelares, donde tocaba la batería, pero después me retiré de la música y me vine a Madrid a estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones e Ingeniería Industrial de Electricidad.
Pero alguna vez ha reconocido que eligió Madrid como estratagema porque era aquí donde se encontraba el meollo musical...
Sí, era una excusa. Haciendo Ingeniería en Madrid mis padres me pagaban la carrera, pero cuando terminé de estudiar todo y tenía un empleo como ingeniero en una empresa dije, ¡joder, si a mí lo que me gusta es la música! Así que descarté todo y me dediqué a hacer publicidad.
A principios del año 2000 dejaron de venderse discos porque por un lado empezó internet, y por otro, la piratería"
Y habiendo formado parte de una banda, ¿por qué apostó por la música para anuncios?
Pues porque no tenía otros contactos y en aquel momento estaba muy bien pagada. Eran los maravillosos 80. Me fue muy bien y, al acabar esa década, me fui a México. Allí trabajé con Rocío Banquells, una artista muy importante en aquel momento, e hicimos un disco que funcionó muy bien, así que empecé a ir a México asiduamente hasta que en 1992 decidí mudarme allí. Trabajé con Ricky Martín y Paulina Rubio, entre otros, pero después de cuatro años me volví a España.
¿Echaba de menos el mundo de la publicidad?
Volví a la publicidad, hice muchos Cortylandias [los espectáculos navideños de El Corte Inglés], pero no tardé mucho en irme a Miami porque conocía a mucha gente. Monté allí una productora, pero a principios del año 2000 dejaron de venderse discos porque por un lado, empezó internet, y por otro, la piratería. Se acabó la historia. Entonces, enfadado de no haber podido seguir allí, me di la vuelta para España otra vez y y empecé de nuevo.
Toda mi vida es una serie de caídas y levantadas. Como el himno del PP lo había hecho en el 89, empecé a hacer versiones. Hicimos hasta 28 versiones y retomé mis proyectos en el mundo de la publicidad, y me abrí nuevos horizontes como la música corporativa.
Versión bachata, tecno, flamenca... ¿Cómo se cocinó el himno del PP original? ¿Quién le contactó?
Me llamó Miguel Ángel Rodríguez, que estaba en aquel momento en el departamento de Comunicación del PP, y me pidió una música a secas, un himno para el partido, pero no me dio ninguno de los valores de éste. Los tuve que deducir yo. Entonces pensé que era un partido liberal, que daba idea de avance, un partido que es de derechas, es decir, que cree más en lo individual que en lo colectivo, que cree más en el impulso individual. Y con esos valores hice esa música que tiene como particularidad que es muy fácil de recordar.
Me llamó Miguel Ángel Rodríguez y me pidió una música a secas, un himno para el partido, pero no me dio ninguno de los valores de éste"
Más que la del PSOE... ¿Necesitan los socialistas un himno más pegadizo?
La gente no recuerda con facilidad la música de otros partidos. De hecho, solamente el PSOE tiene música y no la va a cambiar porque la hizo ocho o nueve años antes de que yo hiciese la del PP y la tiene muy asentada. El problema es que la gente no se acuerda de él para nada.
¿A qué le suenan los partidos emergentes, Podemos y C's?
Tengo la teoría de que la música para un partido de derechas o un partido liberal es muy diferente a la de un partido de izquierdas. La de un partido de izquierdas tiene que ser más ampulosa y reflejar un carácter colectivo porque la gente de izquierdas, por ejemplo, se manifiesta en conjunto para pedir un 1,5% más de sueldo para todos, mientras que la derecha no hace huelgas para pedir aumentos de sueldo, simplemente se lo suben ellos si pueden. Vamos, quiero decir que no hay huelgas de derecha que yo sepa, es el enfrentamiento entre lo colectivo y lo individual.
¿Y se atrevería a hacerle un himno a Podemos?
Me encantaría hacer una música para un partido de izquierdas, pero como el PP me trató tan bien, sin ser yo militante... Hablé con Pablo Iglesias en varias ocasiones, que es un tío que me cae muy bien, pero por una fidelidad tácita que tengo con el PP no me gustaría hacer un himno para otros partidos en este momento. Me gustaría hacerle un himno a Podemos pero si fuese danés o inglés, a un partido de izquierdas, ahí sí que no tendría ningún inconveniente...
La música de un partido de izquierdas tiene que ser más ampulosa y reflejar un carácter colectivo porque la gente de izquierdas, por ejemplo, se manifiesta en conjunto"
El himno del PP, la canción de papillas Puleva y Vacaciones Santillana o el Tenemos chica nueva en la oficina del anuncio de Farala... ¿Qué tienen en común para que todos hayan triunfado?
No lo sé. Los jingles son músicas muy cortas que se te tienen que meter en la cabeza y no te puedas olvidar de ellas. No sé cuál es la fórmula del éxito, lo que hago es tirar muchos papeles... Me interesa mucho que sea muy pegadizo y muy recordable. A mí me gusta mucho trabajar en tres segundos porque se puede elaborar una célula básica que después se puede desarrollar fácilmente.
Desde hace bastantes años hay una tendencia a que las músicas no sean pegadizas, a usar sintonías de fondo que a veces no tienen que ver con el producto, pero creo que poco a poco estamos volviendo a las canciones fáciles de memorizar.
¿Cuánto se tarda en dar con la melodía de los tres segundos? ¿Hay mucho trabajo detrás?
Hay algo esencial con respecto a la música, a las esculturas, a las pinturas... Todo depende de tu situación económica. Dependiendo de ella, tardas más o menos. Supongo que también le pasa a los periodistas. Si uno anda mal y le encargan un artículo, va a tirar de oficio tiras de ingenio para tenerlo lo antes posible. En la música pasa algo parecido, aunque si te dan tres meses para hacerlo, entonces cuando lo haces es el último día.
Todo está cambiando por completo y hay mucha competencia. Hay que buscar nuevos modelos de negocio y de trabajo. Uno de estos es la música corporativa"
¿De cuál de las sintonías creadas está más orgulloso y cuál de las que no son suyas le hubiese gustado que lo fueran?
Las muñecas de Famosa, turrones El Almendro, la canción de patés La Piara o la actual de Mercadona no son mías y están muy bien. El himno del PSOE no es malo. Hay gente muy buena en el sector. En mi caso estoy orgulloso de muchas, pero quizá más del himno del PP, porque ha durado tanto que lo han conocido muchas generaciones.
De todas maneras, en esta profesión hacer un jingle importante no vale para nada, no se acumulan méritos, nadie lo tiene en cuenta y tu trabajo no vale para nada si no sigues estando vivo y activo. Eso es un poquito cruel.
¿Cómo ha influido la irrupción de internet y la piratería en la muerte paulatina del jingle? ¿Hacia dónde avanza el sector?
En general, hasta 2008 me fue muy bien en publicidad, pero llegó la crisis y se apagaron todas las estrellas. Ahora, poco a poco, nos estamos recuperando, pero no del mismo modo que antes de la crisis porque está la influencia de internet y de las redes sociales. Estamos en una estación totalmente diferente, todo está cambiando por completo y hay mucha competencia. Hay que buscar nuevos modelos de negocio y de trabajo. Uno de estos es la música corporativa.
Las empresas reciben cientos de llamadas, y si hay una música que sea la misma siempre y que las identifique, la compañía verá reforzada su imagen de marca"
¿En qué consiste? ¿Por qué es importante que una empresa tenga una melodía?
Las empresas necesitan tener una música propia que las defina, diferencie y represente. Se emplea en todas las manifestaciones de la empresa que tengan que ver con lo audiovisual. Por ejemplo, la música para las esperas de llamada. Las empresas reciben cientos de llamadas, y si hay una música que sea la misma siempre y que las identifique, la compañía verá reforzada su imagen de marca.
También la emplean en todos los vídeos corporativos que utilizan, por ejemplo, para presentar un nuevo proyecto o un nuevo producto. Hay algunas que no utilizan su música corporativa en la publicidad y a mí me parece un gravísimo error. Además, se utiliza en las reuniones de accionistas o en los desayunos con los medios de comunicación.
¿Qué le piden las empresas cuando se ponen en contacto con usted?
Nosotros lo que hacemos es estudiar los valores de la empresa, si es una empresa que quiere hablar de tradición, de modernidad o de solidez tiene que aportar una serie de valores, y con todos ellos elaboramos una música que luego someteremos al análisis del departamento de comunicación de la compañía para que vea si estamos en sintonía con lo que la empresa quiere. Es muy importante ajustarse con exactitud a los valores de la empresa con la música.