Cultura

Mayte Martín repasa los ‘Tatuajes’ de la canción sentimental hispana

Su concierto en el Teatro Circo Price de Madrid fue un vibrante y riguroso repaso a nuestros grandes clásicos de la canción sentimental

Antes de comenzar con la crónica, procede un comentario sobre el menosprecio de las versiones. Se sugiere demasiadas veces que alguien no es un verdadero artista si no compone su propio material, o que los discos de repertorio ajeno son algo menor en una carrera, y otros disparates de parecido calibre. Deberían estar desmentidos estos topicazos en una época como la nuestra, en la que Luis Miguel bate récords de bernabéus deseosos de arrullarse con los boleros clásicos, Diego el Cigala pone al público en pie con el cancionero hispano de toda la vida y Falete nos recuerda lo importante que es un gran intérprete para saborear a fondo los clásicos de Manuel Alejandro, entre otros.

Por eso hay que agradecer mucho a Mayte Martín su proyecto Tatuajes, que repasa grandes himnos que los oyentes hispanohablantes llevamos grabados en la memoria, de manera mucho más indeleble de la que puede marcarse cualquier diseño con tinta. El arranque de la noche fue un rodillo: “Gracias a la vida “ (Mercedes Sosa), “Lucía” (Joan Manuel Serrat) y “Te recuerdo Amanda” (Víctor Jara); tres clásicos que nos confirman que la música cantada en castellano nunca estuvo por debajo de la anglosajona, por mucho que la industria haya querido hacernos creer lo contrario. La voz de Martín, todo elegancia y rigor, construye la emoción con mimbres mínimos, apoyada solo en contrabajo (Guillermo Prats), batería (Vinces Soler) y piano (Nelsa Barón, responsable también de los arreglos). A los diez minutos ya nos tiene mudos y comiendo de su mano.

Manuel Alejandro y copla

El mayor voltaje de la noche, bajo mi punto de vista, se alcanza en las dos piezas de Manuel Alejandro, donde Martín aplica una sobriedad que ayuda a que la emotividad llegue limpia a los sentidos. La primera, una desgarrada “Procuro olvidarte”, la segunda una devastadora “A que no te vas”, que destripa los rincones de un amor lleno de juegos de poder y cálculo. Como aún no se ha publicado “Tatuajes”, que llega el 8 de marzo a través de Nuevos Medios, recomiendo recuperarla en la volcánica versión de Rocío Jurado, que contrasta con la expresividad minimalista de Mayte Martín. Otro punto fuerte llega al resucitar "El breve espacio en que no está", de Pablo Milanés, con su letra desarmante y destemplada y una majestuosa sencillez setentera.

La Mayte Martín madura puede enfrentarse a estas canciones inmensas y obtener un resultado valioso

No todas las canciones son en nuestro idioma, también se hace sitio a “Ne me quitte pas” del enorme Jacques Brel, al clásico italiano “Amore mio” y a una acariciante “Eu sei que vou te amar”, del brasileño Vinicius de Moraes. Son tres himnos enormes, incuestionables, aunque siempre he pensado que es complicado aportar algo a una canción que no está escrita en tu idioma materno, por la distancia inevitable que se crea entre intérprete y letra. En todo caso, como dijo la artista al final del recital, ella concibe su trabajo como una labor de amor, paciencia y respeto, algo que se nota en cada gesto y que al final es lo que hace que acudamos a sus recitales con la confianza plena de que se va a disfrutar de algo sustancial (algunos llevamos escuchándola en vivo casi tres décadas, desde que actuaba en la minúscula sala Suristán, cerca de la Plaza de Huertas).

Las canciones menos conocidas también brillan, por ejemplo una breve y brutal “En la imaginación”, de la cubana Marta Valdés, sobre las ensoñaciones amatorias en las que nos perdemos tantas veces. Martín sabe darle toda su carga poética y escalofriante. También brilló en la dulce “Porque vas a venir”, de Carmen Guzmán, retrato vibrante de la anticipación amorosa. El cierre de la noche, sencillamente pletórico, fue para la copla clásica “La bien pagá”, donde Martín demostró toda su potencia para resucitar nuestro repertorio popular. La Mayte Martín madura puede enfrentarse a estas canciones inmensas y obtener algo valioso.

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